“Lo que pasó fue una locura: maté a un chico de 15 años”

Dijo que disparó entre seis y ocho veces, porque temió que le hicieran algo malo a su familia

 

“En una situación así uno nunca sabe qué hacer. Pero lo que pasó fue una locura. Maté a un chico de 15 años”.Todavía con la voz un poco quebrada, Daniel Mannarino (48), el policía que el miércoles pasado mató a un ladrón de 15 años, al resistir un robo en su casa de Villa Elvira, repasó junto a EL DIA cómo fueron esos minutos dramáticos.

 

 

Daniel estaba durmiendo en su casa de 82 entre 1 y 115 cuando, alrededor de la una de la madrugada, lo despertó a los gritos una de sus tres hijas, de 17 años.

 

 

“Querían entrar a su habitación y vino muy asustada a avisarme. Estaba tan dormido que ni me di cuenta de que habían prendido la luz de mi cuarto”, contó el hombre, que pidió expresamente no ser fotografiado.

 

 

Mannarino, aturdido por la situación, atinó a gritarle a los ladrones: “Quedate quieto, soy policía”.

 

 

En tanto, los delincuentes, aparentemente tres, seguían forzando la persiana de una de las ventanas para ingresar al domicilio.

 

 

Por ese motivo el policía decidió ir más allá: fue a buscar su arma reglamentaria al comedor de la casa, volvió hacia la habitación de su hija y allí efectuó dos disparos al piso para ahuyentarlos.

 

 

“Yo seguía advirtiéndoles que se fueran. Mientras tanto, me imaginaba que si entraban, la casa se me iba a llenar de delincuentes y podían hacer un desastre, porque hacían señas de estar armados. Se me cruzó por la cabeza la posibilidad de que le pudieran hacer algo a mi hija”, recordó el hombre.

 

 

De esa manera, Mannarino disparó varias veces hacia la ventana que los ladrones intentaban forzar. “Ni sé cuántos tiros fueron. Supongo que entre seis y ocho”, estimó.

 

 

Uno de los tres delincuentes cayó malherido, porque uno de los disparos le dio en la espalda. Los tres delincuentes se fugaron pero el baleado no resistió: quedó tendido a media cuadra del lugar del hecho.

 

 

EXTREMA TENSION

 

 

“Le ordené a mi familia que se quedaran todos en el piso hasta que no viera la luz de un patrullero. En esos minutos, no podía creer lo que había hecho y me temblaba mucho la mano”, dijo el hombre.

 

 

Cuando los oficiales llegaron al lugar, Mannarino bajó hacia la calle y fue a reconocer al delincuente muerto. “Recién ahí me di cuenta de que era un pibe de 15 años y no lo podía creer”, sostuvo.

 

 

Luego de recobrar un poco la calma y consciente de lo que había pasado, el policía seguía consternado por el episodio: “Todavía hoy me pregunto cómo pude haberlo hecho”.

 

 

El hombre aseguró también que, si bien nunca planificó qué hacer en una situación de este tipo, tampoco tenía pensado reaccionar a los tiros: “Si hubiera querido hacerlo, tendría mi arma en la mesa de luz del dormitorio”, indicó.

 

 

NO QUEDO DETENIDO

 

 

Si bien los eventuales ladrones estaban armados -se ubicó un revólver calibre 22 en un terreno lindero la casa de Mannarino-, los disparos sólo partieron del arma oficial.

 

 

Por eso, hubo dudas respecto de la situación legal de Mannarino y empezó a correr el rumor de que para la Justicia local se trataba de un caso de exceso en la legítima defensa.

 

 

Sin embargo, el fiscal Tomás Moran le tomó al hombre declaración indagatoria y creyó en su versión de los hechos.

 

 

Ante esa situación, no se le pidió la detención, por entender que existió una legítima defensa para repeler una agresión externa e inminente.

 

 

ANALIZAN MUDARSE

 

 

En ocasiones similares, los comercios que son asaltados y, un delincuente termina herido de bala o muerto, no vuelven a abrir, fundamentalmente por temor a represalias.

 

 

En cambio, esa no parece ser la intención de Mannarino. “Yo por mí no me mudo. Pero teniendo en cuenta a mis tres chicos, que todos trabajan, es distinto”, sostuvo.

 

 

No obstante, en algo en lo que el policía aparenta no tener tantas dudas es en su actitud si se vuelve a topar frente a una situación similar.

 

 

“Volvería a hacer lo mismo si está involucrada mi familia y si quieren entrar a mi casa. En la calle, seguramente no lo haría”, afirmó.

 

 

“Me gustaría que se hiciera algo por esta juventud, porque está perdida”, finalizó.

 

 

Con custodia
Un móvil policial permanece afectado a la custodia personal del efectivo para resguardar su integridad frente a posibles represalias de los cómplices del delincuente muerto. Según los rumores, el ladrón asesinado pertenecía a una banda de delincuentes de la zona de 1 y 93