CINCO SALTOS (ACE).- El jefe de Policía de la provincia, Ariel Gallinger, confirmó ayer que el grupo BORA está en «etapa de transformación» y que la actuación ante protestas sociales estará excluida de sus funciones.
«Estamos en un trabajo de definición y transformación, estamos en la búsqueda de un nuevo nombre, nuevas misiones, nuevas funciones, grupos de trabajo de misiones especiales y de rescate en cada una de las seis regionales con un grupo de 15 o 20 personas en cada uno de los lugares con con otra impronta totalmente diferente», sostuvo el jefe policial ante la consulta por la disolución del grupo antimotines.
-Habrá cambio de personal o son los mismos agentes con otras funciones?, se le preguntó.
«No hay una definición cerrada al respecto. Implica una capacitación del personal, selección del personal que integra el nuevo cuerpo, algunos podrán ser integrantes de lo que en la actualidad conocíamos como BORA y otros podrán ser nuevos integrantes», respondió.
Destacó que en cada regional funcionará un equipo para función de rescate o algunas tareas especializadas en las que intervendrán porque no estén involucradas el área de seguridad policial o de prevención.
-¿Estarán dentro de sus funciones disolver las protestas sociales?
-«Esta cuestión está dentro de las funcionalidades que se deberán eliminar. En todo lo que se trata de protestas sociales y manifestaciones hay un protocolo de actuación a nivel nacional al que se tiene que ajustar la Policía de Río Negro y no se prevé en ese protocolo un grupo antitumultos, que era lo que accionaba el BORA».
Por su parte, el secretario de seguridad y de Justicia, Miguel Bermejo aportó que «cuando termina el proceso de disolución tendremos que evaluar, nunca se puede suprimir algo si no tenemos con qué suplantarlo; primero tenemos que velar por la seguridad de la gente, determinar con qué vamos a reemplazar esa fuerza o qué vamos a hacer con ellos. Han tenido actuaciones que no se tendrían que haber realizado conforme a derecho, por esto buscamos mejorar la situación y convertirlo con otra utilidad, y otra presencia», finalizó.
Consultado sobre la actuación de un civil al mando de la fuerza, Gallinger destacó que «es la democratización de la fuerza, un proceso de desmilitarización, porque las policías tienen una impronta militar muy grande y una organización jerárquica que muchas veces atenta con sus propias posibilidades de relacionarse con la comunidad: es someter a la fuerza de seguridad al control de los ciudadanos, donde un civil es designado por el gobernador que está sujeto al control ciudadano en cada elección», respondió.