La Prisión Regional del Sur o Unidad 9 de Neuquén está ubicada tercera entre las cárceles federales donde más violencia se ejerce sobre las personas detenidas, según un relevamiento oficial. El hecho más grave fue la muerte de un interno en abril de 2008 y otro pico se registró el año pasado, en coincidencia con las indagatorias a los penitenciarios sospechados de golpearlo. La semana próxima se decidiría la situación procesal de los 17 imputados.
Los golpes son una constante a tal punto que muchos presos ya no los denuncian. El temor es el otro motivo por el cual prefieren callar. A esto se suman las pésimas condiciones de detención: en abril una visita de miembros de la justicia federal con asiento en Neuquén constató los problemas edilicios y de higiene que se registran en la cárcel, ubicada en el área centro de la ciudad.
Fuentes judiciales indicaron que este año los casos de maltrato disminuyeron respecto de 2011, que fue uno de los peores: en ese período se abrieron 9 causas, una ya fue elevada a juicio, en dos hay pedidos de indagatoria y el resto está en trámite.
El Servicio Penitenciario Federal cuenta con 35 cárceles que alojan 9.644 detenidos a diciembre de 2011. A esa fecha en la cárcel neuquina había 179 personas, y su capacidad real es de 207.
El ránking que la ubica entre las prisiones donde se cometen más casos de violencia institucional del país fue elaborado por la Procuración Penitenciaria de la Nación, un organismo autónomo encabezado por Felipe Mugnolo que tiene como objetivo “proteger los derechos humanos de los internos comprendidos en el régimen penitenciario federal, de todas las personas privadas de su libertad por cualquier motivo en jurisdicción federal”.Aquí está completo en pdf.
De las estadísticas y de entrevistas personales con los detenidos surgió que en 2011 el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza y el II de Marcos Paz son las dos unidades donde se registraron más casos, mientras que la U9 “ocupa el tercer lugar entre las cárceles con mayor cantidad de hechos de violencia institucional”.
El informe revela que la violencia se utiliza como forma de gobierno de la población penal. Sobre la U9 señala que “las prácticas allí desplegadas también denotan medios de gobernabilidad basados en el ejercicio de la violencia, habiéndose relevado y denunciado penalmente por parte de este organismo diversos episodios de violencia institucional y práctica sistemática de torturas y malos tratos”.
Según surge del relevamiento realizado en todas las prisiones, “el maltrato penitenciario comprende desde todo tipo de insultos y amenazas hasta golpizas más feroces. En los casos investigados en 2011 los tipos de agresiones más frecuentes fueron patadas (62%), golpes con palos y tonfas (59%), cachetadas (47%), pisadas con los borceguíes (43%)”.
Respecto de la modalidad de maltrato, “48,5% de las víctimas manifestó haber sido golpeado mientras se encontraba desnudo y el 30% fue sometido a una ducha de agua helada. El 18% fue obligado a pasar por el puente chino (atravesar dos filas de penitenciarios mientras lo golpean con palos) y el 17% fue obligado a realizar la pila humana (los detenidos forman una montaña humana con sus cuerpos denudos apilados). El 70% de las víctimas presentó lesiones físicas tales como dificultades para caminar, imposibilidad de incorporarse los días posteriores a la golpiza y necesidad de ayuda para trasladarse”.
“A vos te va a pasar lo mismo que a Peloso Iturri” es una amenaza común de los penitenciarios a los detenidos en la Unidad 9, revelaron fuentes judiciales.
Argentino Peloso Iturri murió el 8 de abril de 2008, y hay 17 penitenciarios imputados. Esta semana el juzgado federal debería decidir la situación procesal de ellos.
La víctima sufría una afección cardíaca, y la estrategia de la defensa es demostrar que esa fue la causa de la muerte. Para la acusación, fueron los golpes que recibió.
Esta causa avanzó pese a las intimidaciones y amenazas a los testigos, uno de los cuales fue perseguido cuando recuperó su libertad. Según el informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación, a fines de 2010 esta persona ingresó al sistema de protección de testigos.
En tanto, uno de los penitenciarios imputados está procesado en una causa similar de torturas seguidas de muerte ocurridas en 2001 en otra cárcel federal.