Edición impresa. Lo manifestó Roberto García, quien es director general del Comité contra la Tortura, informa el Diario Crónica.
Por María Helena Ripetta
“En cuanto a las muertes violentas, que fueron 47 el año pasado, se vincula con el gobierno de la cárcel. La violencia es central en cómo se piensa hoy estos lugares. A la tortura de los agentes penitenciarios, se agrega la delegación del control de los pabellones, en grupos de detenidos que administran la violencia, provocándose disputas que en muchos casos son mortales. Esto acontece con el consentimiento o aquiescencia del personal penitenciario, que diseña lugares donde se puede morir y lugares más tranquilos, donde pueden ir quienes se adaptan a este sistema y no lo cuestionan”, le dice a Crónica Roberto Cipriano García, quien es director general del Comité contra la Tortura, de la Comisión Provincial Por la Memoria, que este martes presentará el informe anual sobre la situación de los penales bonaerenses.
“En cuanto a las muertes por enfermedad, fueron 75. Son casos de personas que mueren por enfermedades no tratadas y que si estuviera en libertad no moriría o bien extendería por mucho tiempo su sobrevida. La mayor causal de muertes es el VIH, más de 4 detenidos cada 100 fallecieron por esta enfermedad. Los medicamentos no se entregan, los profesionales no atienden de manera adecuada, no hay aparatología mínima y la lógica de la seguridad prevalece sobre la salud.Todos estos elementos tienen como consecuencia lo descripto”, agregó Cipriano.
-¿Cuál es la respuesta del gobierno provincial? -Durante estos años ha sido la negación del problema. Este año se abrió una instancia de diálogo, a partir de una serie de medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana sobre el complejo carcelario de San Martín. A partir de esto el gobierno nacional convocó a una mesa de diálogo, de la que participan el gobierno provincial, la CPM, el CELS y las secretarías de derechos humanos nacional y provincial, la Corte provincial y la Procuración General. Se está llevando a cabo en la actualidad y en dicho ámbito el gobierno ha reconocido la existencia de los problemas. También el gobernador recibió a la CPM hace dos días y asumió que había problemas, comprometiéndose a trabajar para resolverlos.
-¿Los problemas en las cárceles se pueden solucionar al corto plazo? -Si hay una decisión política de hacerlo, puede mejorar en el corto plazo, pero no hay soluciones mágicas.Debe iniciarse un proceso de democratización y reforma del servicio penitenciario y de la policía provincial, que reviertan esta situación estructural. Hay medidas que deben tomarse rápidamente: la separación de la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria, que debe pasar al Ministerio de Salud, la creación de una dirección de sumarios administrativos o asuntos internos por fuera de la órbita del Ministerio de Justicia, la desmilitarización del SPB, la modificación de la legislación penitenciaria, que tiene su origen en la dictadura, el control civil de estas instituciones. Si bien es un proceso que lleva tiempo, es necesario comenzar a desandarlo con urgencia.
-Más allá de la discusión mediática, ¿en qué casos los internos salen de las cárceles y cuál es el objetivo? -Los internos pueden salir de la cárcel cuando un juez los autoriza, a desarrollar actividades culturales, educativas, deportivas, visitar a sus familiares o ir a un velatorio de un ser querido.También hay una serie de institutos previstos en la ley (libertad asistida, libertad condicional, salidas transitorias), a fin de que la persona antes de salir pueda conectarse y revincularse con su familia, la sociedad y organizar cómo será luego su vida en libertad. En casos de problemas de salud o cuando el juez lo decida, por las características del caso, se le puede otorgar el arresto domiciliario.
-¿Por qué son importantes las actividades culturales? -Porque permiten que la persona cambie, mejore, se construya desde otro lugar y regrese mejor a la sociedad al salir de la cárcel. Los índices de reincidencia bajan cuando la educación se incrementa en los lugares de detención.
-¿Hay celdas de castigo? -Sí y se utilizan con diferentes fines, provocando el mismo efecto. No sólo se lleva allí a las personas a las que se sanciona, sino también a las que dicen querer cuidar. La medida también consiste en el aislamiento absoluto, así la consecuencia para el sancionado es la misma que para el que debe protegerse. El mensaje es: el buzón para el que comete una falta, pero también para la víctima que denuncia.