El sábado se celebró la marcha anual por la despenalización de la marihuana, con reiterados pedidos por una nueva ley de estupefacientes. Varios proyectos buscan despenalizar el consumo. Las estadísticas de la penalización.
Hoy la ley de estupefacientes pena tanto la comercialización como el consumo de drogas, e incluye una figura intermedia de “tenencia simple”. El fallo de la Corte Suprema que estableció la inconstitucionalidad de la persecución de una persona por el consumo de marihuana sentó jurisprudencia para que no se condene el consumo. Pero si una persona no puede demostrar que su tenencia es para uso personal, puede recibir penas de entre uno a seis años, sin que sean necesarias pruebas de que tenía un fin de comercialización, es decir de tráfico, bajo la figura de tenencia simple.
La mayoría de los procesos se inician por la acusación de consumo. Durante el año 2011, entre los delitos de mayor presencia ligados a la ley de estupefacientes, el 48% fue por consumo. Otro 17% lo fue por tenencia simple, y el 34% restante por comercio de estupefacientes o materia prima, o tenencia para comercio, según las estadísticas del Ministerio Público Fiscal. Sólo en el 2 % de las causas iniciadas por comercio o tenencia para comercio hubo una condena.
Existen varios proyectos que buscan adaptar la ley al fallo de la Corte Suprema. Los dos más visibles son el presentado por la diputada Victoria Donda (FAP), y por el senador Aníbal Fernández (FPV). En ambos casos los proyectos van más allá del fallo despenalizando no sólo el consumo de marihuana sino de todos los estupefacientes.
En el caso del proyecto de Fernández, se prevé que “no es punible la adquisición y tenencia de estupefacientes cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiera que está destinada al consumo personal y no se ponga en peligro la salud de terceros”. Lo mismo ocurre en el caso de la siembra y cultivo. El proyecto no establece, sin embargo, cuál es el límite a partir del cual la tenencia deja de ser para consumo personal. Quien “tuviere en su poder estupefacientes que excedan un consumo personal será penado con uno a tres años de prisión”, por lo que no termina del todo con la figura de la tenencia simple.
En la propuesta de Donda, en cambio, se pena la comercialización, pero se derogan todos los artículos de la ley referidos a las penas al consumo o la tenencia. Es decir que para iniciar un proceso, se necesitarán pruebas de que se busca comercializar la droga.
Ambas iniciativas buscan despenalizar el consumo, para poner más énfasis en la lucha contra el narcotráfico. Así lo explica el proyecto del ex ministro del Justicia en los considerandos: “Esta legislación [actual], en general, formó parte del fracaso de la política criminal en materia de persecución, represión y sanción de los delitos vinculados al tráfico ilícito de estupefacientes, al direccionar la operatividad a los eslabones más débiles, lo que trajo por consecuencia: un sistema judicial colapsado por causas referidas al consumo y comercio en menor escala.”
El debate se da hoy a nivel mundial. En el informe elaborado por la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, constituida por Fernando Henrique Cardoso y Mario Vargas Llosa, entre otros, a favor de la despenalización del consumo, se refieren a la situación internacional: “En la mayoría de los países europeos (con excepción de Suecia [N. de R.: Las leyes suecas son muy duras con la tenencia de drogas] y Grecia), Canadá y Australia, la posesión de cantidades pequeñas de marihuana no lleva a la criminalización de los usuarios. Tanto en la práctica legal como en la represión al comercio, se observa una distinción entre drogas débiles y fuertes. En la mayoría de los países, los traficantes, en particular de drogas pesadas, pueden ser tratados con penas severas.” Y luego aclara que las políticas varían de país a país.
En Latinoamérica la discusión es especialmente fuerte en países como México, donde la lucha contra el narcotráfico ha provocado casi 50 mil muertes desde 2006. En ese país se aprobó una ley impulsada por el presidente Felipe Calderón quedespenalizó la tenencia de hasta dos gramos de marihuana, 50 miligramos de heroína, 500 miligramos de cocaína y 40 miligramos de metanfetamina.
En Chile, en cambio, no existe una tolerancia legal al consumo, lo que repercute en un alto porcentaje de detenidos por consumo o porte de drogas, estos representaron el 78% del total de los detenidos por la ley de drogas en 2011. Los detenidos por narcotráfico fueron el 17% del total.