El número de policías en La Pampa durante la última década aumentó el 39,06 por ciento. De hecho, las estadísticas indican que mientras en 2002 había un efectivo en la calle cada 169 habitantes, en la actualidad hay uno cada 129 habitantes, lo que muestra este incremento.
Los números se desprenden de la cantidad de plazas asignadas en los Presupuestos para la Jefatura de Policía de los últimos años. Pero esta tendencia en el crecimiento del plantel de efectivos no es una cuestión sólo provincial, sino nacional y de las fuerzas de seguridad civil en otras jurisdicciones del país. En La Pampa, en 2002 había 1.769 efectivos. Durante últimos años del marinismo (1996-2002) el incremento de agentes fue del 2,31 por ciento (de 1.729 a 1.769). Actualmente la cantidad de efectivos es de 2.460. Y en los últimos cinco años el crecimiento fue del 20,64 por ciento (había 2.039 agentes en 2007). Las fuentes de Jefatura indicaron que a diferencia de hace diez años, en los últimos años se empezó a cubrir las vacantes que dejaban los retiros. Por ejemplo, en 2001 no hubo ingresos. Antes, apenas se mantenían las mismas plazas y se cubrían las bajas. En los últimos tiempos esta política comenzó a cambiar. Este año, por ejemplo, se incrementará la planta en 130 agentes, más 35 nuevos oficiales. De los 130 agentes 70 son plazas que mantienen la «población vegetativa» en la fuerza, mientras que 40 son incrementos genuinos.
Por supuesto, la cantidad de policías en las calles es otra discusión a la de la evolución del delito, sobre la efectividad de las políticas de seguridad o sobre la mayor violencia en los ilícitos cometidos.
Tendencia.
Un informe publicado en el diario Página 12 indicó que las polémicas a nivel nacional sobre la inseguridad esconden un hecho incontrastable: nunca en la historia argentina hubo más efectivos en las fuerzas de seguridad que en la actualidad, nunca hubo tantos patrulleros ni tantas cámaras ni tecnología ni estructura de comunicaciones dedicados a combatir el delito. La inversión estatal, no sólo nacional sino también provincial, bate récords.
El estudio, publicado por Raúl Kollmann, igualmente precisa que hasta la creación del Ministerio de Seguridad, en diciembre de 2010, la administración kirchnerista era reacia a hablar mucho del tema inseguridad. La hipótesis era que poner el acento en el tema hacía crecer los miedos e incluso incentivaba el delito. Cristina Fernández de Kirchner decidió un giro en esa estrategia cuando la toma del Parque Indoamericano la convenció de volcar al tema a una de las ministras en las que más confía, Nilda Garré, con un perfil nítido de control de las fuerzas de seguridad.
Aumentos de agentes.
Los datos del informe indican que el presupuesto de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria creció 800 por ciento en los últimos años. Gendarmería tiene hoy 30.435 efectivos, 70 por ciento más que en 2003, y del año pasado a este creció en mil efectivos.
La Policía Federal se mantiene en los casi 35.000 efectivos, pero dado que se volcaron dos mil gendarmes al Cordón Sur, es decir a las comisarías de la zona sur de la Capital Federal, los efectivos de la Federal que estaban en esas dependencias se pasaron al patrullaje y la seguridad del resto de la ciudad. La Prefectura tiene 18.000 efectivos, tres mil más que antes y la Policía de Seguridad Aeroportuaria tiene casi 4.000 hombres, también con un crecimiento.
En la Provincia de Buenos Aires también se dio esta tendencia. En total, hoy la Policía Bonaerense tiene 56.000 efectivos, 6.000 más que lo que tenía hace cuatro años y mil más que los que tenía en 2011. Sin embargo, están en marcha las escuelas de policía de La Matanza, Mar del Plata y Ramallo-San Nicolás, con lo que se espera sumar 4.000 efectivos el año que viene.
Además, se llamó a servicio a 2.500 ex penitenciarios que se hacen cargo de custodias de edificios, como son los juzgados, con lo que se liberaron 2.500 policías. El ministro de Seguridad, Ricardo Casal, informó que se clausuraron doscientos calabozos en comisarías, lo que también permitió poner en servicio otros 600 policías.
«Hay que sumarle prevención»
El diputado provincial Luis Solana (Frepam-PS) afirmó que el proyecto de reforma de la ley orgánica de la Policía pampeana que ingresará en días en la Legislatura «es un gran avance porque suplanta a una ley de facto, pero deberían contemplarse otras cuestiones en materia de políticas de seguridad».
Solana explicó que el debate por la inseguridad «no debe quedar preso de la interna del PJ», en relación a los cruces que hubo entre el ministro de Gobierno, César Rodríguez, y del diputado justicialista Martín Borthiry. Y destacó que en el proyecto para cambiar la ley de la Policía, que data de 1981, se incluya «una concepción de una policía de proximidad con la comunidad».
El legislador socialista igualmente consideró en diálogo con LA ARENA que una nueva ley para la fuerza de seguridad no sólo implica «aggionar» a esa fuerza de seguridad, sino también «debe ser acompañada por una política de prevención en donde el gobierno provincial, el Estado, le dé pelea a las adicciones, un punto muy flojo de su gestión, sino también atacar a la deserción escolar».
«Una política de seguridad debe ser acompañada por una política social que evite la vulnerabilidad de la población, que brinde educación, salud y contención a los jóvenes, que evite la exclusión y le brinde la base para que tengan las mismas oportunidades a todos los jóvenes», precisó.
La semana pasada, el ministro César Rodríguez informó a la prensa que «en pocos días» el Ejecutivo iba a enviar a la Cámara de Diputados para su tratamiento el proyecto de reforma de la ley de Policía. La iniciativa prevé, entre otros puntos, la inclusión de la Unidad Funcional de Género dentro de la estructura policial y se delega en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas el control de los actos de los funcionarios policiales.