ROCA (AR).- Las modalidades de evasión de la cárcel de Roca se renuevan día a día. Ayer el personal del Establecimiento de Ejecución Penal 2 logró impedir una nueva fuga y descubrió que con un simple método los internos habían retorcido los endebles caños que sirven de barrotes en las celdas.
El lunes fue una jornada sumamente violenta. El primer incidente se registró en las primeras horas de la noche cuando un interno sufrió una verdadera paliza por parte de otros reclusos.
La víctima habría sido atacada por otros cuatro detenidos, lo que inmediatamente derivó en su traslado a un centro médico y el inicio de una requisa por parte del personal penitenciario.
Horas después se trasladó a los cuatro sospechosos hacia otro sector de la cárcel.
La calma volvió parcialmente al centro carcelario ubicado sobre calle Maipú, en la zona norte de la ciudad. Fue cerca de las 5 de ayer que al menos siete reclusos intentaron escapar del pabellón 2, uno de los más complicados y violentos del penal.
Lo llamativo de este caso es que los internos utilizaron una modalidad nueva para abrir los endebles barrotes que los separan del patio interno. El «trabajo» es simple: cruzan un toallón o una frazada por atrás de los barrotes y en cada punta le atan un palo de madera. A partir de allí comienzan a hacer presión con una especie de torniquete hasta que el caño cede y se abre el espacio necesario para que los sujetos puedan escapar. «Es que no son barrotes sino caños huecos, por lo que resulta fácil doblarlos», dijo una fuente penitenciaria al ser consultada sobre la resistencia del material que se utilizó para esa construcción.
Pasadas las 10 de ayer, el gremio de UPCN inició una protesta en las puertas de la cárcel para reclamar por las horas extras impagas al personal del Servicio Penitenciario Provincial. El titular del Penal 2, Emilio Martínez, aclaró que ya se había modificado el horario de trabajo del personal por lo que ya no se hacían más horas extras.
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