La Cámara de Casación Penal resolvió cesantear “por la pérdida absoluta de confianza” a un prosecretario que está procesado por cohecho y tráfico de influencias en la causa en la que se investigan maniobras desde el propio tribunal para beneficiar a José Pedraza y a la patota de la Unión Ferroviaria acusada de matar a Mariano Ferreyra. Se trata de Luis Ameghino Escobar, quien trabajaba en la oficina de sorteos de causas, desde donde se sospecha que direccionó el expediente del asesinato del militante del Partido Obrero (PO) para que le tocara a la Sala III, cuyo ex presidente, Eduardo Riggi, fue salpicado por las escuchas que revelaron esta trama.
Ameghino Escobar fue procesado en septiembre por el entonces juez de instrucción Luis Rodríguez, ahora juez federal porteño, junto con Pedraza, el contador de la Unión Ferroviaria (UF) Angel Stafforini, el ex agente de la SIDE Juan José Riquelme y el abogado Octavio Aráoz de Lamadrid. Todos quedaron escrachados por escuchas telefónicas que se venían realizando en la investigación del homicidio de Ferreyra, y que llevaron a detectar el momento exacto en que, después del sorteo que asignó la causa a la sala III, Stafforini llevó un sobre con 50 mil dólares al estudio de Aráoz de Lamadrid, ex secretario de Riggi, igual que Ameghino.
Las conversaciones grabadas permitieron reconstruir la negociación para el caso de que les tocara a determinados jueces. Puntualmente tenían que resolver los pedidos de excarcelación planteados por los entonces siete detenidos. Si quedaban en libertad, el golpe a la investigación favorecería a Pedraza, que todavía no estaba preso. En los diálogos a Ameghino lo llamaban “el señor de las teclas”, porque el sorteo de las causas es informático. Cuando esta historia tomó estado público, se le abrió un sumario por orden de Angela Ledesma, quien presidía la Cámara.
La resolución de Casación recuerda que el propio Ameghino Escobar reconoció que después de asignar el expediente le mandó un mensaje de texto a Aráoz, que estaba en Brasil, donde puso que “le tocó al jefe o al cheef”, en alusión a Riggi. El 1º de febrero admitió que Aráoz pasó por la oficina de sorteos. Cuando el juez Rodríguez lo procesó sostuvo que “se interesó por asuntos de terceros y realizó gestiones para un letrado ajeno al expediente”. Esto, sostuvo Casación, es también una violación al reglamento de la Justicia. “Determina la pérdida absoluta de confianza (…) requisito indispensable esencial para el cumplimiento de la labor judicial en forma armónica.” “El sumariado se desvió de los deberes y las obligaciones que le competían como empleado judicial, contrariando el obrar irreprochable que se les exige a éstos con fundamento en la necesaria prestación de un adecuado y recto servicio de Justicia”, dice la resolución firmada por todos los jueces de Casación, excepto Riggi, quien está excusado en todo lo que tenga que ver con el caso Ferreyra. Riggi tiene un pedido de juicio político en el Consejo de la Magistratura, ya que en las escuchas no sólo es mencionado por Riquelme, como su contacto en Casación, sino que tiene conversaciones telefónicas con él.
fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-206316-2012-10-25.html