Ayer a la tarde murió Matías Tello Sánchez, un preso que se encontraba desde el jueves en terapia intensiva del hospital Central y con respirador artificial al presentar traumatismo de cráneo, con coágulos en la cabeza, situación que era desconocida por la Secretaría de Justicia, aunque ahora desde ese organismo se informó su deceso.
Antes de conocer este desenlace su padre había presentado una denuncia penal, a la vez que se constituyó en querellante particular, con la sospecha sobre la existencia «de torturas, mala praxis médico o abandono de persona».
Según le contó el hombre a Los Andes, su hijo estaba detenido desde el 22 de marzo del 2010 acusado de un robo cometido en grado de tentativa con uso de armas (ocurrido en la zona de El Carrizal), actualmente a disposición de la Sexta Cámara del Crimen y con un juicio abreviado pactado para el pasado viernes 2, pero que hace unos días fue suspendido.
En la denuncia se hace referencia a que Matías estaba alojado junto con su primo Andrés, en las celdas 44 y 48 respectivamente, en el Módulo 5-3 del Complejo Almafuerte, después de haber sido «paseado» por los establecimientos de San Felipe, Tunuyán, otra vez a San Felipe, Almafuerte, una vez más en San Felipe para volver, otra vez a Almafuerte, después de la presentación de diversos hábeas corpus y en donde se denunciaron «las condiciones de detención, los tratos inhumanos y degradantes a los que ha sido sometido» y aquí vale mencionar que Matías Tello Sánchez, era la misma persona acusada por los vigiladores como uno de los que entregaron los videos donde se muestra al personal penitenciario golpeando y torturando a presos, situación que siempre negó.
La denuncia
Según contó su progenitor, el pasado lunes 29 de octubre su hijo de 21 años estaba «desganado, sin apetito y triste». Un día después se descompuso y lo llevaron a la enfermería para atenderlo. Más tarde lo trajeron de vuelta pero dejándolo en un «cruce» (una especie de retén y donde, curiosamente, el lugar no es tomado por las cámaras de seguridad) para finalmente «encerrarlo casi desnudo y al cuidado de su primo Exequiel Yacante».
Horas después y ante el reclamo de los internos de ese módulo y cerca de las 8.30, el joven fue llevado por Yacante, quien lo cargó en sus hombros para dejarlo cerca de la enfermería. En su declaración aseguró que Matías «está inconsciente» y después no lo vio más.
Situación que más tarde pudo comprobar personalmente su padre cuando se presentó en el penal y desde la dirección del penal le informaron que había sido llevado al hospital Central, lugar donde falleció ayer en la tarde.
Finalmente en el escrito que cuenta con el patrocinio de los abogado Carlos Varela Álvarez y Lucas Lecour, se reclama ante la fiscalía en turno: «La declaración testimonial del joven herido», lo que por ahora es imposible, junto a la versión que pueda brindar Andrés Yacante y otros internos que comparten, aunque en celdas individuales, el módulo 5 del penal de Almafuerte.
Sin embargo, ante el deceso del joven ahora serán otros los reclamos contra el servicio penitenciario de la Provincia a la vez que se iniciará una investigación oficial.