Julio Alberto Peralta, alias «Tajo», tiene experiencia en la cárcel. «Ustedes no saben lo que era mi papá en Villa Urquiza, tanto ha robado que se ha criado ahí», afirmó su hija, Pamela Peralta, cuando el hombre acababa de trepar una antena de 25 metros, desde donde reclamaba su libertad.

Todo comenzó a las 16, cuando finalizó el horario de visitas en la comisaría de El Manantial. Mientras los seis detenidos caminaban de regreso al calabozo, uno de ellos burló la guardia policial y corrió hacia la antena de radio que está empotrada en el patio. Poco pudieron hacer en ese momento los policías, ya que el individuo tenía un cuchillo y una sábana con la que improvisaba un arnés. En pocos minutos, las miradas de cientos de curiosos se posaron sobre él y no se movieron durante las seis horas y media que permaneció arriba.

El jefe de la comisaría, Daniel Paz, informó que Peralta tiene 43 años, que cumple prisión preventiva desde octubre por tentativa de robo y amenaza de muerte, y que tiene un prontuario que ocupa varias páginas. Según explicó el comisario, «Tajo» debía estar en Villa Urquiza pero nunca lo trasladaron por falta de cupo. «Él dice que fue detenido injustamente, pero la Fiscalía de Turno nos ordenó que lo bajemos», señaló apenas empezó la historia.

Pamela contó que, esta vez, su papá quedó detenido por intentar robar una moto. «Él es muy maligno, pero en esto no tiene nada que ver», expresó la joven y advirtió que el hombre era capaz de tener cualquier reacción. «Yo les dije a los milicos que no se arrimen porque mi papá tiene un cuchillo y los va a degollar», afirmó. Después de conversar con LA GACETA, Pamela se fue del lugar. Los policías la iban a llamar a la noche para que los ayudara a persuadirlo para que bajara.

«Estoy por tentativa de robo, sin secuestro, y quiero mi libertad», gritaba el hombre desde la antena. A cada rato, los uniformados intentaban negociar con él, pero «Tajo» bajaba unos metros, los escuchaba y pronto volvía a subir, exigiendo que se presente el juez. «Estoy preso por no tener plata», vociferaba. Y se mostraba desafiante desde la altura: «estoy dispuesto a morir, total estar preso o muerto es lo mismo». Cada vez que «Tajo» hablaba, en la calle estallaban los aplausos de los familiares de los otros presos. Mientras tanto, desde el calabozo, se escuchaban los gritos en señal de apoyo.

En menos de una hora, la comisaría estaba rodeada. Además de los curiosos, había un camión de Bomberos, tres patrulleros y una ambulancia. Alrededor de 30 policías (de la Unidad Regional Oeste y el Grupo CERO) entraban y salían del edificio, ubicado frente a la plaza principal de El Manantial.

Cayó la noche y los uniformados no lograban convencer a «Tajo» de que bajara. Ni siquiera con el secretario de la fiscala Marta RivadeneiraFernando Valladares, aceptó negociar. «No quiero hablar porque ustedes no me van a solucionar nada. Que venga el juez de turno porque quiero mi libertad», insistía, y volvía a trepar hasta la cima de la estructura.

El desenlace llegó a las 22.30. En el patio, al pie de la antena, estaban las autoridades de la comisaría y de la Regional, los representantes de la fiscalía, Pamela Peralta y los otros cinco presos. Entre todos, le prometieron que hoy a primera hora llevarían a los seis detenidos a tribunales para que averiguasen en qué situación se encuentran sus causas. «Tajo» parecía convencido y emprendió el descenso con cautela, pero dos policías corrieron a atajarlo y, en el medio de los alaridos, el hombre tiró el cuchillo y lo redujeron.

 

 

fuente http://lagaceta.com.ar/nota/533123/policiales/estar-preso-o-muerto-lo-mismo-grito-tajo-amenazo-tirarse-desde-25-metros.html