“Yo quiero en serio una Justicia democrática, no corporativa, no dependiente de los factores económicos, sabiéndose que es parte de uno de los poderes del Estado y que debe aplicar la Constitución. Y que el Gobierno está para el Poder Ejecutivo y, obviamente, para el Poder Legislativo, que somos los que tenemos estas misiones por Constitución.” Contundente, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se guardó para el final de sus casi cuatro horas de discurso de apertura del período de sesiones ordinarias la parte más sustanciosa de su mensaje: una anticipada apelación a la democratización del Poder Judicial, resumida en un puñado de medidas concretas que prometió enviar al Parlamento este mismo mes, entre las que se destacan la elección popular de miembros del Consejo de la Magistratura, una reforma del Código Procesal para limitar el poder de las medidas cautelares y diversos mecanismos de transparencia.
Además, la jefa de Estado repasó los logros conseguidos en los últimos diez años, que bautizó como “una década ganada”, le dedicó un largo pasaje a defender la postura argentina ante la demanda de los fondos buitre en la Corte de Nueva York y ratificó la voluntad de pagarles en las mismas condiciones que recibieron los bonistas que ingresaron a los canjes anteriores, en sintonía con la aclaración pedida ayer mismo por el tribunal que atiende el caso (ver página 6). También reivindicó el memorando firmado con Irán para intentar avanzar con la investigación sobre el atentado a la AMIA, reiteró el pedido a Gran Bretaña de negociar la soberanía del Atlántico Sur y, como al pasar y sin mencionarlos, dedicó algunos pasajes críticos al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, a los gobernadores Daniel Scioli y Daniel Peralta y al intendente de Tigre, Sergio Massa.
“Justicia legítima”
“Tenemos que hacer una profunda democratización y para eso vamos a proponer una serie de leyes que van a ser sometidas a consideración, obviamente, de este Parlamento, durante el mes de marzo”, anunció la Presidenta mientras la cámara de la transmisión oficial enfocaba el rostro algo desdibujado del titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Antes, la mandataria había destacado que la Argentina es “un país modelo” a nivel mundial en materia de derechos humanos y celebró la reforma de los Códigos Civil y Penal que se están llevando a cabo, aunque advirtió que luego de treinta años de democracia y diez de kirchnerismo, el Poder Judicial era el único que no había pasado por una etapa de modernización. “No se va a reformar ninguna Constitución, quédense todos tranquilos”, chicaneó, incluso, CFK al anunciar las propuestas.
El primero de los proyectos que presentó (acaso el que mayores repercusiones va a despertar en su tratamiento) es una reforma del Consejo de la Magistratura que contemple que “la totalidad de los miembros sean elegidos directamente por el pueblo” y aumente la representación de “académicos y científicos” entre los consejeros. Además, esos “académicos y científicos” no serían exclusivamente abogados, sino que podrían provenir de otras áreas. “Ni los jueces ni los abogados tienen coronita para elegirse entre ellos”, manifestó la Presidenta. En otra propuesta, el Ejecutivo intentará crear Cámaras de Casación para los fueros Civil y Comercial, Contencioso y Administrativo y Previsional y Laboral, calcando el modelo que dio resultados en el ámbito penal para alivianar el trabajo de la Corte Suprema y tener una tercera instancia previa a que un pleito llegue al máximo tribunal.
Las medidas cautelares, que quedaron en el ojo de la tormenta a causa del juicio por la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, podrían ser limitadas a través de una reforma del Código Procesal. “Se han transformado en una verdadera distorsión del Derecho, en una fuente de injusticia, de iniquidad y de negación de administración de justicia”, manifestó Fernández de Kirchner en referencia al abuso de esa metodología, además de considerar “un absurdo” la aplicación de amparos en causas de contenido patrimonialista contra el Estado. En el mismo sentido, propuso sancionar una ley de responsabilidad del Estado por considerar que el Código Civil y Comercial están diseñados para regir entre privados.
Por último, planteó tres medidas que ayuden a acercar el ejercicio de la Justicia a la sociedad y transparente sus mecanismos: una ley que haga más prístinos los métodos de ingreso al Poder Judicial, otra de acceso a la información para poder acceder vía Internet al trabajo que realiza cada juzgado y por último una que obligue a los magistrados a publicar sus declaraciones juradas. Respecto de la eximición de los jueces de pagar Impuesto a las Ganancias, CFK pasó la pelota al otro lado de la cancha: “Es una decisión que no corresponde al Poder Ejecutivo ni al Legislativo”, sino a la Corte Suprema, ya que es una acordada de ese órgano la que dejó sin efecto una ley sancionada en 1996 que los obliga a tributar (ver páginas 4 y 5).
Nueva York, Teherán
“También fue una década ganada en política internacional”, destacó Fernández de Kirchner, al repasar los logros en ese ámbito durante los últimos diez años: “El Mercosur, política de Estado iniciada durante el gobierno del presidente Alfonsín y rescatada nuevamente por el presidente Kirchner y el presidente Lula, que hicieron de la amistad argentino-brasileña una cuestión de Estado, como hacemos también la presidenta Dilma Rousseff y quien les habla. La Patria Grande, la Unasur y ahora la Celac”, repasó, antes de insistir con la necesidad de abrir el diálogo con Gran Bretaña sobre la soberanía de las Malvinas. “Creemos que la diplomacia es el único camino para defender la paz”, destacó.
Sin embargo la atención en el plano internacional estuvo puesta en dos temas de actualidad: el memorando con Irán y el juicio en Nueva York con los fondos buitre. Respecto del acuerdo con Teherán, la mandataria hizo un detallado repaso de su conocimiento de la causa, por haber participado de las comisiones legislativas que en su momento llevaron el tema. “Lo más fácil hubiera sido hacer eso, lo que hacen muchos: la plancha. Pero la verdad que mi compromiso con esta causa es encontrar la verdad, saber precisamente qué es lo que pasó, no solamente desde afuera, sino saber qué pasó adentro también. Quiero saber quiénes fueron los que encubrieron, quiero saber quiénes fueron los que escondieron las pruebas”, apuntó. También le recriminó a la Corte Suprema la falta de avances en la investigación acerca del atentado a la Embajada de Israel (ver página 9).
Respecto del pleito con los buitres, la mandataria ratificó la voluntad del país de resolver la situación de aquellos que no adhirieron al canje aunque en las mismas condiciones que tuvieron los bonistas que aceptaron las propuestas anteriores, pero también que en caso de que el fallo final perjudique los intereses argentinos no se acatará. “Si hay un país o una Justicia o un sistema que elige perjudicar a un 93 por ciento para beneficiar a un 7 por ciento y perjudicar las finanzas del mundo y el equilibrio financiero del mundo, bueno, la verdad es que comenzaría a dudar si puedo tratarla de Justicia”, se plantó.
Además, “si realmente la Argentina tuviera que volver a pagar 170 mil millones de dólares, volvería a quebrar y tampoco podría pagar. Sería como el cuento de la cándida Eréndira, de Gabriel García Márquez”, señaló CFK. “En verdad, lo que quieren es que nos sigamos endeudando, porque lo que no le perdonan a la Argentina no es –como algunos dicen– la expropiación de Aguas Argentinas o de YPF. Miren: hay un gran amigo nuestro, Evo Morales, que ha expropiado hasta el pasto y, sin embargo, consigue dinero al 4,4 por ciento anual. El problema es que no hemos vuelto a pedir prestado, que no hemos vuelto a ser negocio financiero, ése es el problema. Nos quieren volver a endeudar”, sostuvo, generando el griterío de la militancia ubicada en los palcos superiores y el aplauso de pie de los legisladores del oficialismo (ver página 7).
El frente interno
Aunque al pasar, y sin dar nombres, Fernández de Kirchner también dejó caer críticas hacia el frente interno. Por caso, durante el resumen de los logros de la “década ganada”, hizo énfasis en la efectividad del uso de las partidas designadas al Ministerio de Desarrollo Social, que llegó al 99,3 en 2012. “Lo importante no es tener solamente partida presupuestaria, sino no subejecutarla”, marcó, en clara referencia al importante déficit de Mauricio Macri en la materia.
Por último, al hablar sobre la deuda, diferenció entre “el endeudamiento para pagar deuda financiera” o “para pagar gastos corrientes” del pedido de créditos para realizar obras de infraestructura o capitalizarse. El mensaje estaba dirigido a las provincias de Buenos Aires y Santa Cruz que, en distinto tenor, mantuvieron en los últimos tiempos debates con la Casa Rosada debido a la resistencia del gobierno nacional de aprobar que esos distritos tomen préstamos para hacer frente a gastos corrientes.
Respecto de la seguridad, pidió “no utilizarla como instrumento político, sino como preocupación real de toda la ciudadanía”. Mencionó, por ejemplo, el caso del enfrentamiento entre barras de Tigre de días atrás. “Cuando se balacearon dos grupos de barras las cámaras se habían dañado”, subrayó, en referencia a las cámaras de seguridad que tanto promociona el intendente Massa. “La seguridad es algo atinente a cada gobierno de la provincia. Buenos Aires tiene casi 60 mil efectivos, la Nación desde Tierra del Fuego a La Quiaca 100 mil”, lanzó, con Scioli observando desde los palcos. Y cerró: “Realmente hay una manipulación mediática y un ‘hacer la plancha’ y meter la cabeza como el avestruz, que también es bastante injusto más allá de la protección mediática con la que se cuente”.
fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-214934-2013-03-02.html