Según la investigación de la fiscal general de Rawson Silvia Pereira, en el período 2006/12, el aún presidente del Superior Tribunal de Justicia, Fernando Royer, estuvo un promedio de dos años fuera de la sede de ese tribunal y todavía le queda una licencia pendiente acumulada de 230 días. El cálculo surge si se toma como promedio que un mes tiene 22 días hábiles.

El dato consta en el informe que la fiscal escribió tras una pesquisa que incluyó entrevistas personales y telefónicas y exhaustivo análisis de documentación. El disparador fue la explosiva entrevista que el ministro Alejandro Panizzi concedió a este diario, en la cual acusó a sus colegas de la Sala Civil de irregularidades en el uso de viáticos, licencias y designación de funcionarios.

En el caso del ministro Daniel Caneo, a punto de jubilarse, promedió el año y medio de ausencia en dicho período y le resta una licencia pendiente de 97 días. “Analicé también las licencias otorgadas a Caneo conforme el detalle de la declaración de Panizzi y dicho análisis avala la autenticidad de sus dichos. Efectivamente, Caneo en el período agosto de 2012 a febrero de 2013 estuvo más de cien días fuera del asiento del tribunal, de los cuales sólo 15 se corresponden a licencia otorgada”.

“Igual criterio para el caso de José Luis Pasutti –escribió la funcionaria- promediando el año de ausencia del asiento del tribunal en dicho período, restándole usufructuar 130 días pendientes”.

No se detectaron períodos prolongados de ausencia en los ministros de la Sala Penal. Es que si bien Daniel Rebagliati Russell estuvo fuera de Rawson durante 339 días, 123 correspondieron a enfermedad, “razón por la cual no haré consideraciones al respecto”.

Panizzi registra 311 días de ausencia en 2006/12. Sin embargo, “no posee licencia pendiente para usufructuar y sólo registra 7 días, es decir que usufructuó las licencias conforme al artículo 22 del Reglamento Interno General”. No hay observaciones acerca de licencias de Jorge Pfleger: es quien registra menos ausencias del edificio del STJ en esos 7 años. “No observo en los ministros de la Sala Penal licencias acumuladas por períodos que excedan los dos meses”. Pereira hasta revisó la conducta del exministro Juan Pedro Cortelezzi. Tampoco lo cuestionó.

La feria anual de verano sólo puede acumularse hasta dos períodos y la de invierno caduca el mismo año, norma que Royer, Pasutti y Caneo habrían transgredido. Pereira le da la razón: “El uso de las licencias en el modo en que se vienen llevando a cabo no se ajusta a las normas vigentes”.

Hay un proyecto de reforma del artículo 22 para que esta restricción no incluya a los 6 ministros. Según interpretó Pereira, “si explícitamente se menciona en el proyecto de reforma que los ministros estarían autorizados a acumular licencias, es claro advertir que a la fecha no están autorizados a hacerlo, caso contrario dicho proyecto devendría en abstracto”. En buen romance, si necesitan autoimponerse un límite es porque ese límite no existe.

Según el detalle, Pereira advirtió que Royer usufructuó 7 días de licencia compensatoria pendientes de la feria ordinaria anual de 2004. Ocurrió en diciembre de 2012 y el ministro utilizó licencia acumulada ocho años después, “en clara violación al texto del Reglamento Interno”.

También figuran 10 días de licencia compensatoria correspondiente un día a la feria de 2005 -“haciendo uso de la misma 7 años después”-, y 9 días de la feria de 2006, “haciendo uso en 2012”. Es decir seis años después.

La lista incluye 8 días de licencia imputables a la feria de 1996, que usufructuó entre setiembre y octubre de 2009, trece años después. También en 2009 usufructuó 11 días de licencia imputable a la feria de 1996, y otros siete días en mayo de 2009, pero imputables a la feria de 1996. La fiscal halló otra licencia pendiente de la feria de 1995 pero usada en 2008. Todo en contra del Reglamento.

En cuanto a Caneo, usufructuó el año pasado 26 días de licencia pendientes de 2007 y este mismo año, quince días de licencia en febrero, correspondientes a la feria de 2009. Cuatro años después y en “clara violación” a las normas.

En diciembre del año pasado, este ministro de la Sala Civil registró 5 días de licencia compensatoria de la feria de 2007, o sea cinco años después. El informe registra otros 8 días de licencia en 2012 pero tres de ellos correspondientes a la feria de 2009. “Estos últimos tres días traducen una clara violación al artículo 22 del Reglamento”.

En junio y julio de 2011 Caneo usufructuó 26 días de licencia. Varios se imputaron a la feria de 2006, cinco años después, y 9 días a la feria de 2007, cuatro períodos después. Además usó 7 días de licencia pendientes de la feria de 2006, pero lo hizo en febrero de 2011, también demasiado tarde.

De los papeles surgió que este juez usufructuó 14 días de licencia en marzo de 2010: 7 días se imputaron a la feria de 2002 y otros 7, a la licencia anual ordinaria de 2006. Además usufructuó licencia de la feria de 2002 pero durante 2009, violando de nuevo el artículo 22.

En cuanto a Pasutti, usufructuó 24 días de licencia pendientes en setiembre de 2011, imputándose 10 días a la feria de 2007. Entre setiembre y octubre de 2012 usó 26 días de licencia, 3 de ellos imputados a la feria anual ordinaria pendiente de 2008 y otros 23 a la feria de 2009. Y compensó 7 días de licencia en marzo de 2011, dos de ellos imputados a la feria de 2006 y 5 a la feria de 2007. Todo en “en clara violación” al Reglamento.

El juez de la Sala Civil usó 14 días de licencia entre setiembre y octubre de 2010 imputándose 7 días pendientes y correspondientes a la feria anual de 2004; en el informe figuran 12 días de licencia en abril y mayo de 2010 pero correspondientes a la feria de 2002, o sea 8 períodos después, y 3 días de licencia pendiente en febrero de 2010, pero correspondientes a la feria de 2002. Todo contra Reglamento.

Pasutti también gozó de 31 días de licencia imputables a la feria de 2001, pero lo hizo entre mayo y junio de 2009; siete días de la feria de 2000 en marzo de 2009; ocho días de licencia pendientes de 2000 en diciembre de 2008, y 12 días de licencia pendientes de 2000 los usó recién en octubre de 2008. Según la fiscal, todo antirreglamentario.

Juntar días de licencia, una

práctica que ya venía de 1995

En su conclusión, Pereira explicó que los ministros de la Sala Penal no se ausentan por largos períodos del tribunal y tampoco compensan licencias ordinarias ni extraordinarias contrarias al Reglamento General Interno. En cambio esta práctica “sí se observa en los ministros de la Sala Civil”.

Además aclaró que pese a las acusaciones de sus pares, Panizzi se opuso con insistencia a los privilegios. “Se reflejó a través de sus votos en disidencia respecto a la acumulación contraria de licencias establecidas en el Reglamento y a las observaciones plasmadas en todos los acuerdos”.

En tal sentido, “si siempre se interpretó que la aplicación del Reglamento no alcanzaba a los ministros ni a los titulares de los ministerios públicos, no alcanzo a vislumbrar los motivos por los cuales la Sala Civil propicia en la actualidad una reforma del texto actual del artículo 22, exceptuando de su alcance a los ministros, con el voto en disidencia de Panizzi repudiando enfáticamente el proyecto”. Es que para qué reformar un texto que ya los habilitaba a la acumulación, sino por el apuro de adecuar el molde.

«Cierta propensión»

En cuanto al uso y acumulación indebida de licencias, “los hechos sucedieron tal como los describe Panizzi” ya que “del análisis realizado de las licencias de los 6 ministros observo que existe cierta propensión por parte de la Sala Civil al uso y acumulación de licencias contrarios al artículo 22, no observándose dicha tendencia en los ministros de la Sala Penal ni en Cortelezzi”. La Sala Civil acumuló licencias de modo antirreglamentario y este ejercicio data al menos desde 1995.

Los jueces suelen pedir licencias por razones personales invocando el artículo 39 y por enfermedad invocando el 25. “Debo advertir que si usan dichos artículos para justificar sus licencias acordes al Reglamento, interpreto que también los alcanza el artículo 22 de la misma norma”. La legislación no se puede interpretar a conveniencia.

Si se aprueba una reforma para que puedan acumular licencias ordinarias sin límite alguno, significa que “hasta ahora lo hacían quebrantando lo establecido en el Reglamento, caso contrario carecería de sentido propiciar una reforma del artículo 22 que los excluya de la citada reglamentación”.

Ansiedad por un 0 kilómetro

A fines de 2010 el Superior compró tres Chevrolet Vectra para Pasutti, Caneo y Rebagliati, además de un Ford Focus para Royer. Los coches fueron cambiados entre marzo y abril de 2011 por dos Ford Focus y un Peugeot 306. “Es decir que cuando se procede al cambio de los citados rodados, tenían menos de 6 meses de uso”, dice el informe.

Luego se licitaron dos Renault Megane III. Originalmente eran para los ministros hasta que Pfleger manifestó su disidencia al presidente “refiriendo que no es necesario ampliar la dotación de rodados para el STJ”. Así las cosas, el 1º de febrero de 2013 los vehículos que originariamente habían sido licitados para los ministros son asignados a las Cámaras de Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia. Es decir: se cambió el destino de la licitación asignando a ambas Cámaras los vehículos que eran para los jueces. Pereira afirmó que “tengo por acreditados los dichos de Panizzi cuando cita como ejemplo de la existencia de gastos superfluos”.

“Surge claramente que los hechos que motivaron la presente averiguación preliminar han sucedido tal como los describe Panizzi”, insiste. “Encuentro acreditados los argumentos del ministro respecto de la compra de 3 vehículos para uso exclusivo de los ministros. Efectivamente se adquirieron a fines de 2010 con el destino invocado por el ministro y luego fueron cambiados en menos de 6 meses, con igual destino. También le asiste razón cuando expresa que los vehículos fueron cambiados hasta dos veces en un mismo año”.

Los Megane III que debían ser para los ministros, “luego de iniciada la presente averiguación fue mutado el destino original de la licitación, asignándolos en febrero a las Cámaras penales de Madryn y Comodoro”.

A modo de anécdota, el informe revela que Caneo viajó a Buenos Aires en comisión de servicios conduciendo un auto oficial. Chocó y los arreglos los costeó el Poder Judicial. El ministro no negó el episodio pero aclaró que en su momento “quiso hacerse cargo del gasto que demandó tal colisión”. La fiscal no lo pudo verificar.

Aunque descartó la mala intención del juez, sí advirtió que si una comisión de servicios requiere el uso de un vehículo oficial, lo debe manejar un chofer oficial. “No surge de la documental aportada por el Superior que haya existido autorización que permita a Caneo el uso del vehículo sin chofer. De ello deduzco que tal como requiere Panizzi en su declaración, estaríamos en presencia de un quebrantamiento de dicho reglamento”.

Aclaración: No hay delito

Aunque la fiscal Silvia Pereira consideró probadas buena parte de las irregularidades administrativas dentro del Superior Tribunal, desestimó el caso ya que pese a su gravedad porque involucran uso de fondos públicos, ninguno de sus hallazgos puede ser considerado un delito penal. Sin embargo advirtió que de sus averiguaciones podría desprenderse una eventual infracción a la Ley de Ética de la Función Pública.

Esta hipótesis “deberá disiparse en los canales institucionales adecuados, previstos en la Constitución”. La funcionaria prefirió “dejar a criterio del Superior como cuerpo colegiado que administra sus propias decisiones de manera discrecional evaluar la conveniencia o corrección de los hechos”.

Los ministros cuestionados habían argumentado que todos los gastos son controlados por el Tribunal de Cuentas. La fiscal aclaró que ese organismo “sólo se limita a aprobar los gastos, controla su legalidad pero no su oportunidad, mérito y conveniencia”. 

 

 

fuente http://www.diariojornada.com.ar/65829/Politica/El_Superior_Tribunal_un_festival_de_licencias_y_las_compras_de_coches_nuevos_sin_necesitarlos