“Lo que uno busca es una oportunidad, y el cooperativismo fue el que estuvo ahí, el que la generó”, afirmó Marcelo Vargas, presidente de la cooperativa Kbrones, y ex interno de la Unidad Penitenciaria N°12.
Lo más difícil para las personas que recuperan la libertad luego de pasar muchos años detenidos es conseguir un trabajo para sobrevivir dignamente. Julio Cesar Fuque, tesorero de la cooperativa, describió las dificultades que sufren los ex internos para reinsertarse socialmente, “cuando cumplís tu condena y salís a la calle en busca de un trabajo, te rebotan inmediatamente al pedirte antecedentes penales. Se hace muy difícil y ante la desesperación por no tener posibilidades muchos compañeros vuelven a delinquir”, explicó.
Ante esta problemática situación, los internos de la unidad N° 12 tuvieron la iniciativa de formar una cooperativa de trabajo. La Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOOTRA), brindó su ayuda y asesoramiento, capacitando a los internos sobre cooperativismo y solidaridad, junto a Operadores de Psicología Social, en el marco del proyecto Inserción Socio-Laboral a personas privadas de su libertad.
La cooperativa Kbrones se constituyó en diciembre de 2010, convirtiéndose en una experiencia pionera en Argentina y teniendo como única precursora en América Latina, una cooperativa intramuros de Guatemala. Kbrones trabaja en el barrio porteño de Barracas realizando productos textiles y de marroquinería. Además de estar formada por ex internos y familiares, la cooperativa asoció a varios profesionales textiles de distintas nacionalidades que vivían situaciones de precarización laboral, y ahora pueden contar con los beneficios sociales de cualquier asociado.
Esta experiencia inédita en el país se fue difundiendo en otras unidades que solicitaron capacitaciones. Tanto FECOOTRA, como los mismos iniciadores de Kbrones asisten a las unidades para dictar cursos de cooperativismo y hacer posible que se multiplique esta experiencia, definida por la licenciada Maria Suárez, una de las creadoras del proyecto, como “una apuesta a un cambio de vida”.
Leonardo Castelao, se formó en los talleres de la Unidad N°12, aprendió el oficio de marroquinería y al obtener el permiso para salida laboral, desde mediados del año pasado, la cooperativa Kbrones le abrió las puertas para que trabaje de lunes a viernes y luego retorne al penal los fines de semana. Actualmente Castelao recuperó la libertad y superó el obstáculo más grande que tienen las personas que recuperan su libertad: se reinsertó socialmente con un trabajo digno, “gracias a la cooperativa puedo sostenerme y mantener a mi familia dignamente”, enfatizó.
Capacitar en cooperativismo a las personas privadas de libertad y fomentar los valores solidarios, no sólo les brinda oportunidades laborales a los que salen de las unidades penitenciarias, sino que beneficia al conjunto de la sociedad, ya que reduce la posibilidad de reincidencia delictiva por falta de oportunidades.