APU: Hablábamos de lo de La Cárcova en San Martín. Además participaste de un acto que hubo la semana pasada a un año de los asesinatos de dos jóvenes. La reflexión allí una vez más tiene que ver con el accionar de Casal como Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. ¿Qué reflexión te merece la gestión de él al frente de esa fuerza?

Marcelo Saín: Dejame explicártelo por lo que fue la masacre de José León Suárez, pero también por el caso Candela. Son pequeñas ventanas que te muestran toda una forma de gestión de la seguridad pública.

Lo que Casal, lo que Scioli y lo que la gestión gubernamental en materia de seguridad en la provincia de Buenos Aires ha hecho frente a estos casos no es más que preservar un conjunto de redes institucionales, que son las que ellos han optado como política de gestión de la seguridad pública, que tuvieron visibilidad con estos casos. Dejame decirte que el problema más serio que existía en La Cárcova cuando se producen aquellos acontecimientos a partir de un hecho fortuito que es el descarrilamiento del tren, es un lugar donde hay mucha regulación policial de narcotráfico y donde se extienden parte de las redes de lo que es la sociedad policial criminal más extendida de la provincia de Buenos Aires, o más sofisticada, que es la del narcotráfico en San Martín y en sectores aledaños como Tres de Febrero. Allí hay todo un conjunto de jefes policiales que han pactado con grupos narcotraficantes, con lo que llamo la primera federación de narco bonaerenses que se distribuye en el territorio y de donde provee una de las fuentes de recaudación ilegal más importante en la provincia de Buenos Aires.

Uno de los hacedores de ese pacto con los sectores criminales fue ascendido a Jefe Departamental después de los hechos y es uno de los imputados de haber intentado evitar una crisis institucional a partir de la masacre de José León Suárez, el Comisario Mario Briceño (Nota: la entrevista fue realizada antes de que fuera pasado a disponibilidad). Esto se armó desde el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Y quienes han conversado, dialogado con los sectores policiales para el armado de esta cuestión -2010 y la primera parte del 2011- son funcionarios políticos del Ministerio de Seguridad, que nosotros sabemos cómo se llaman y qué han pactado y cómo lo han hecho. Cuando vos ves que quien era Director General de Investigaciones de la provincia de Buenos Aires hace unos meses atrás, Castronuovo, se reúne con una persona por el caso Candela, que al mes tiene pedido de detención imputado de haber sido el mandante del asesinato de la piba por un cobro de factura entre sectores narcos de la zona y se presenta rápidamente ese comisario a la fiscalía para decir: “Era un informante para esclarecer el delito. No tengo nada que ver con el tema”, te das cuenta de esto que yo te estoy diciendo. En un país normal se le pide por lo menos juicio político al Gobernador. Acá, nada.

Entonces, yo lo que veo es que lo que ha habido acá es un pacto político, donde se acordó darle el poder a una cúpula policial sabiendo que esa cúpula policial estaba estructurando una red de recaudación de fondos provenientes de las actividades criminales, organizadas más rentables de la provincia de Buenos Aires. La última parte de Stornelli en la gestión… Por esas cosas de la vida, Stornelli era una persona muy ignorante. No conocía esto. Y cuando lo decíamos públicamente los adversarios se creía que era toda una fantasía. Pero mamó el polvo ese señor. Primero porque es un porteño y no entiende nada de lo que pasa del otro lado de la provincia de Buenos Aires. Pasan la General Paz para ir a los countries nada más. O sea que no entienden un fulbito de lo que pasa de este lado de acá. Pero en segundo lugar, una persona que además vive en un gueto institucional, la familia judicial. La familia judicial cree que la vida empieza y termina en un tribunal. Su vida social gira en torno de eso y demás. Es uno de los peores males institucionales de la Argentina. La familia judicial y particularmente la federal. Son muy pocas las excepciones. Muchos se atienen a la regla. Pero la última parte, Stornelli se quiso parar de guantes con los negocios de la Bonaerense en materia de regulación del robo de autos y la venta ilegal de autopartes. Le costó el cargo. Y esto ocurrió cuando determinados hechos estruendosos que provocaron demandas sociales en la zona sur del Gran Buenos Aires pusieron al descubierto esta connivencia, este concordato policial-criminal en la provincia de Buenos Aires. Pero Casal profundiza ese acuerdo. Stornelli delegó de manera directa el gobierno de la seguridad en la policía. Casal pactó los términos de esa delegación. Si no lo hizo él lo hicieron funcionarios de segundo escalón. Algunos ya no están en el Ministerio. Están en otros cargos gubernamentales o parlamentarios. Entonces, esto que se ha armado acá tiene que ver con estas cosas. Mandar a un abogado caro y pagarle caro para que en la causa del asesinato de Candela no aparezca la red de tramas de sociedad económica entre policía bonaerense y narcotráfico de San Martín y Tres de Febrero nos muestra a nosotros que este gobierno en esta materia está perdido.

Agencia Paco Urondo: ¿Cuál es tu opinión sobre las diferencias que se han dado entre sectores kirchneristas, pienso en Gabriel Mariotto, y el gobernador Scioli en torno a este tema?

MS: Creo que la Presidenta Cristina tomó conciencia de esto y creo que los sectores más antiguos del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires son conscientes de esto. Porque, como me dijo un dirigente de La Cámpora hace poco tiempo -que para mí me alumbró bastante-: “cuanto más nos metemos en los barrios populares, más ahondamos en los conflictos que hay entre los sectores populares y la policía represiva sobre esos sectores populares, que además se dedican a regular el negocio del narcotráfico en esos lugares, que muchos son economía de sustitución.” Esto me dijo el dirigente de La Cámpora. Me dice: “Entonces ahí tenemos un problema. El problema es que nosotros queremos organizar a los sectores populares para darles protagonismo político y para incluirlos política y socialmente, y cuanto más hacemos eso nos encontramos con esta contradicción, con una vorágine de demandas de los sectores populares a estos activistas políticos, a estos militantes políticos en función, justamente, de esta misma policía.”

Y acá está la contradicción que hoy estamos viendo entre Mariotto y Scioli. Tienen que ver con esto. Scioli expresa aquel acuerdo político-policial-criminal. Mariotto expresa la puesta en tela de juicio de ese acuerdo. Es la mano del kirchnerismo en la crítica a esa forma de gestión de la seguridad pública. ¿Cómo termina esta película? No lo sé. Pero acá hay una contradicción estructural en esta materia. Que poco tiene que ver si persiste como Ministro o no Casal. Tiene que ver, más bien, con toda una modalidad y una red de gestión de la seguridad pública a través de la policía y del delito que montó el sciolismo durante la gestión de Casal. ¿A vos te parece que es casual, que no significa que hay una gran zona liberada que es todo el Servicio Penitenciario Bonaerense, que maten a piñas a una persona privada de la libertad durante la visita, delante de testigos, un sábado a la tarde?

Eso te muestra a vos el desmadre del Ministro. Porque además el Servicio Penitenciario Bonaerense hoy tiene la suerte de tener un ministro, lo que nunca consiguió ni va a conseguir en su puta vida institucional. El Alcalde Mayor, Casal, hoy el Ministro. Entonces tienen luz verde para hacer cualquier cosa, total después va al Ministerio y trata de encubrir, como hizo en este caso. Ahora se llevaron puesto a todo el mundo porque estalló el escándalo político. Pero hasta ese momento no ocurría eso.

Entonces, lo que te muestran estos hechos es toda forma y una filosofía de gestión de la seguridad pública. Yo igual creo todo termina en algo bastante más trivial, que es vos decís: ¿el Gobernador conoce la letra chica de estas cosas? Bueno, ahora las intuye y lo único que hace es tratar de no pagar costos políticos. Porque es un gran intuitivo el Gobernador. Yo creo no es un gestor, creo que es un muy mal gobernante, creo que es un tipo que maneja muy bien lo que es la video política, exitosamente. Nada más. Creo que entrega lo que sea para poder llegar a algo más que Gobernador, aunque estoy seguro que no va a llegar. Pero lo que sí te digo es que el Gobernador no conoce quizás la letra chica de esto. En algunos puntos debe sospechar que la cosa está complicada. Lo que no me cabe ninguna duda es que están adormecidos con el valijazo de la policía.

A veces las cosas terminan en estas cosas. Hay gente que es muy avara, que le gusta mucho la plata. Cuando a vos te gusta más la plata que la política y ocupás un cargo gubernamental, estás en un problema. Y no busquemos más explicaciones porque a veces todo termina en eso.

APU: Por lo que planteás en el caso de la Bonaerense el panorama es muy sombrío. Un sistema penitenciario que mata sin control, una policía totalmente vinculada con las redes delictivas.

MS: Sí, sí. Y una policía por abajo pobre, que vive, como ocurre con la Federal, en el doble empleo porque no llegan a un sueldo digno a fin de mes, que no tienen condiciones materiales de trabajo a la altura mínima de los desafíos que tienen que afrontar, que no son objeto de ningún tipo de capacitación. Vos lo ves en aquellos programas que muestran operativos policiales, cómo aún sabiendo que los están filmando esos muchachos cometen errores que en cualquier policía mínimamente formada no ocurrirían. O sea que son víctimas del olvido en materia de capacitación y de formación. Y además, no tienen el derecho a la agremiación. Entonces, es una de las áreas laborales más precarizadas. Porque si no decimos esto, no entendemos que gran parte de los miembros operativos de la policía, algunos podrán participar más o menos en este andamiaje, pero la gran mayoría no. Lo ven. Algunos lo ven pasivamente. Algunos lo ven y no les importa. Otros lo ven y no les gusta, pero no pueden hacer nada. Esa es la policía trabajadora. No es la policía del comisariato.

Vos imaginate un policía que tiene que trabajar 12 horas de corrido en servicio ordinario y después 14, 15 horas a 30, 35 pesos la hora el servicio adicional y después volver al servicio ordinario sin descansar, cuando ve que tiene que llevar en el auto a un comisario que va a visitar a su amante, a la que le compró una casa, y va a pasar una buena tarde con esa amante. Y cuando después lo lleva a la casa con su familia formal, reconocida, legal se encuentra una casa de 500 mil dólares. Eso va deteriorando enormemente. ¿Cómo se sostiene una institución así? A través de la militarización. A través del control mediante la sumisión. Vos fijate que los comisarios no hablan de las comisiones de trabajo de los policías. Los policías     están para eso. Son esbirros de los comisarios. Fijate que uno de los cambios que hizo Arslanián en la última gestión es ir a un proceso de transición hacia la oficialidad única, una de las cosas más resistidas por los oficiales. La desaparición del agrupamiento de suboficiales. Lo primero que hizo Scioli es volver a eso. Volver a la construcción del estamento de esbirros policiales, la tropa, la perrada. Es la mano de obra del emprendimiento empresarial para cinco comisarios pícaros que salen ricos de la gestión.

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