La decisión de trasladar a un detenido desde la comisaría 30ª hasta la Alcaidía General de la Unidad Regional II desató ayer al mediodía un amotinamiento de los 18 reclusos alojados en esa seccional de la zona norte. La protesta incluyó el habitual recurso de incendiar colchones adentro de las celdas, por lo que la situación mantuvo en vilo a policías y familiares de los presos que se arrebolaron alrededor de la sede policial. Sin embargo, los detenidos depusieron su actitud y apagaron el fuego antes de lamentar consecuencias más graves.
Había pasado las 12.30 de ayer en la seccional enclavada en el complejo Fonavi de Superí al 2400, y las visitas se habían retirado ya en una jornada sin mayores novedades. Pero la situación se tensó cuando las autoridades de la comisaría comunicaron que había orden de derivar a uno de los 18 reclusos al penal de la Alcaidía General, en avenida Francia al 5200.
La noticia alteró el ánimo de los presos, que la resistieron en solidaridad con el compañero que no quería ser enviado a un penal situado en el extremo opuesto de la ciudad y donde, además, hace escasos días hubo un incendio en circunstancias no esclarecidas y que terminó con la muerte de tres detenidos.
Para rechazar la orden de traslado, los detenidos de la 30ª bloquearon el ingreso al penal y prendieron fuego un par de colchones y almohadas, para preocupación de los policías de turno y desesperación de los primeros familiares que regresaron ante el griterío que se escuchaba desde la calle.
Según señaló el jefe de Orden Público de la UR II, Juan Cabral, la situación volvió a su cauce algunos minutos después, y los propios agentes de guardia sofocaron las llamas ya cuando los amotinados habían aceptado desistir de la protesta. «Fue un problema entre los internos, y en poco tiempo quedó superado. Ni siquiera hubo problemas durante el horario de la visita», evaluó el funcionario policial.
fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-38741-2013-05-05.html