ROCA (AR).- Un fuerte llamado a la Justicia para exigir «el castigo máximo» a «quienes atentan contra el personal policial» y polémicas declaraciones en relación a los menores de edad que delinquen realizó ayer el gobernador, Alberto Weretilneck, en un acto en Roca, donde dejó inaugurada la primera Comisaría de la Familia de Río Negro.

«Un menor no tiene menos responsabilidades que un mayor a la hora de cometer un homicidio. Aquí no hay atenuantes que valgan», expresó, a días del asesinato del policía Luciano Churrarín en Bariloche (Ver pág. 34).

«Si es un menor y es capaz de matar, significa que no sólo es un peligro para la policía, sino para toda la sociedad. Desde este lugar, queremos pedir al Poder Judicial la máxima pena, el máximo castigo para quienes atacan, lastiman, agreden y matan a nuestros policías, que tienen la sagrada misión de salvar vidas», afirmó.

«A veces si nos apegamos a lo que dice la ley ¿qué hace el juez con un menor? Se lo devuelve a la familia, y devolver cierto menor a la familia significa darle el arma nuevamente para matar, por la situación psiquiátrica y de adicción que tiene ese chico. Por eso a veces no hay que apegarse tanto a la ley, hay que tener más sentido común», dijo, y sorprendió.

Acompañado de miembros del gabinete, el senador Miguel Pichetto, legisladores nacionales y provinciales y el intendente roquense Martín Soria, además de la plana mayor de la Policía, Weretilneck cortó las cintas de la Comisaría de la Familia que funcionará en el edificio de la Comisaría Tercera. Destacó la importancia de habilitar un espacio de estas características y señaló que «si hoy analizamos los hechos policiales en toda la provincia, los que se distinguen en cantidad y en problemática sobre el resto, son todos aquellos que tienen que ver con las situaciones familiares».

«Hay más denuncias por día de amenazas de hombres contra mujeres, de violencia de padres contra sus hijos, de violación de domicilios de padres excluidos del hogar, que hechos que tienen que ver con robos, homicidios o con otro tipo de delitos. Es impactante ver los partes policiales de cómo la situación tutelar, la situación familiar, absorbe gran parte de la problemática de la policía de Río Negro», sostuvo.

En este marco, destacó la necesidad de «adaptar las leyes provinciales» para «definir definitivamente los lugares de contención de menores en situación de delito. Esto significa también que la policía tiene que tener áreas específicas que contengan este tipo de circunstancias».

Weretilneck homenajeó al sargento Churrarín y contó: «Tuvo la oportunidad de reunirme con familiares del caso del oficial Andrés Lucanera, que el lunes se va a juzgar su asesinato (en Viedma). Un hecho muy parecido al del sargento Churrarín en Bariloche. Ambos policías fueron atacados fuera de servicio e iban vestidos de civil y desprovisto su arma reglamentaria. Ambos asesinados a sangre fría, sin ningún motivo».

«Uno puede entender la conflictividad de un menor en un desorden, o puede entender distintas dificultades que se den, lo que no puede aceptar una sociedad y el Estado, es que un menor asesine a sangre fría y que esto signifique que siga teniendo las mismas libertades y garantías que podía seguir teniendo por ser menor», sostuvo Weretilneck

 

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