La OEA abrió la vía para continuar la discusión del tema de las drogas y los nuevos enfoques para abordar ese problema más allá de la represión, durante la 43ª asamblea general del organismo que culminó ayer en la ciudad guatemalteca de Antigua. En medio de debates que evidenciaron las divergencias sobre la visión de lo que debe ser en el futuro la política en materia de narcóticos, los cancilleres del hemisferio coincidieron en que el actual esquema, que data de hace más de cuatro décadas, ha fracasado en líneas generales y hay que revisarlo.
Los tiempos previstos para esa evaluación por parte de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) están definidos: en 2015 culmina el plan de acción a cuatro años vigente y en 2016 debe ser renovado para un nuevo período. La hoja de ruta convenida por los cancilleres en la Declaración de Antigua incluye la celebración de una asamblea general extraordinaria en 2014, en la que “se definirán los lineamientos para el inicio de la discusión de la estrategia continental sobre las drogas” para el período 2016-2020.
“Quisiera que en 2014 y 2015 se dieran cosas concretas para que en 2016 se tomen decisiones” y que América llegue a la ONU con un planteamiento para discutir las convenciones sobre drogas, dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. La Declaración de Antigua incluye “las resoluciones necesarias para seguir adelante con la discusión” del tema de las drogas, en un debate que de momento muestra “signos muy estimulantes” pero que apenas empieza, afirmó el secretario general.
Aclaró que en los últimos dos días “no se abordó la discusión sobre la despenalización ni la legalización porque no era objeto de esta asamblea” general. También expresó su “contento por la buena acogida de parte de los cancilleres del informe de la Secretaría General sobre el problema de las drogas en las Américas”.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, dijo que su país “seguirá insistiendo” en su propuesta de despenalización de las drogas, pero aclaró que no habrán decisiones unilaterales al respecto sino que la lucha la dará en espacios como la OEA. “La propuesta que hemos hecho ha ido avanzando. La despenalización de las drogas es una de las alternativas que no puede dejarse de lado”, subrayó.
El canciller de Brasil, Antonio Patriota, se mostró “satisfecho con los resultados” de la cita anual, porque la Declaración de Antigua recoge unos conceptos que se identifican con la visión brasileña de enfrentar el problema de las drogas desde una perspectiva integral. La lucha antidrogas con “énfasis en la represión no funciona, no produce los resultados satisfactorios”, dijo Patriota en una rueda de prensa. “Nos complace identificar en la Declaración de Antigua los conceptos de las responsabilidades comunes y compartidas” en el tema de las drogas, algo que el canciller brasileño tildó de “extremadamente importante”.
En otra rueda de prensa, el canciller boliviano, David Choquehuanca, valoró “las coincidencias en el compromiso de encarar de manera conjunta” la lucha contra las drogas, y sostuvo la posición de su país de que no está de acuerdo con la “legalización ni tampoco con las certificaciones unilaterales”.
Los insumos para elaborar la nueva política continental de drogas, según el consenso de los cancilleres, serán aportados por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, la Organización Panamericana de la Salud y la Cumbre de Ministros de Justicia y Seguridad de la región. Será durante la definición de la misma, según Insulza, que temas como la despenalización y legalización de las drogas podrían empezar a discutirse abiertamente en el seno de la OEA.
La Declaración de Antigua aprobada hoy por la 43ª asamblea general de la OEA incorpora a la salud pública, educación e inclusión social en el nuevo enfoque antidrogas que busca consensuar la región antes de 2016. La hoja de ruta convenida por los cancilleres en la Declaración de Antigua incluye la celebración de una asamblea general extraordinaria de la OEA en 2014, para definir las líneas de discusión de la estrategia continental sobre las drogas para el período 2016-2020.
El documento, de 20 puntos, aprobado en la medianoche del jueves, hace énfasis en que el hemisferio “continúe avanzando de manera coordinada en la búsqueda de soluciones efectivas al problema mundial de las drogas bajo un enfoque integral (…) que incorpore la salud pública, educación e inclusión social”. Los 34 países miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) establecieron que “el abordaje de nuevos enfoques sobre el problema mundial de drogas en las Américas” está “basado en el conocimiento y la evidencia científica”.
También señalaron que es necesario que la región, “en base al principio de responsabilidad común y compartida”, fortalezca e impulse la cooperación hemisférica, “reconociendo, entre otros, los diferentes impactos y manifestaciones en cada país” del problema de las drogas.
Los países de la OEA reconocen la “importancia de implementar plenamente la Convención Unica de 1961 sobre Estupefacientes enmendada por el Protocolo de 1972, el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971 y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, que constituyen el marco del sistema internacional de fiscalización de drogas”.
Además “reconocen al Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM) como el único instrumento hemisférico válido para la evaluación de las políticas de control de drogas en los países que componen el sistema interamericano”, y que “la evaluación de las políticas de control de drogas debe ser un ejercicio multilateral”.
La OEA señaló en su Declaración de Antigua que “las políticas de drogas deben contener una perspectiva transversal de derechos humanos (…) con el fin de promover y lograr el bienestar de la persona, su inclusión social, el acceso a la justicia y a la salud, entre otros”.
El compromiso hemisférico de emprender mayores esfuerzos para reducir eficazmente la demanda de drogas, y también para fortalecer esfuerzos destinados a reducir la oferta ilícita de drogas, está incluido en la declaración final de la 43ª asamblea general de la OEA.
También su compromiso de incrementar, en el marco de las legislaciones internas de cada Estado, los esfuerzos para prevenir, detectar y sancionar las operaciones de lavado de activos provenientes de actividades delictivas y reforzar la cooperación internacional para prevenir el ingreso, flujo y egreso de dichos activos a los sistemas financieros.
La 44ª asamblea general de la OEA se celebrará en junio de 2014 en Paraguay.
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