La tarde del sábado 6 de julio de este año, Mariela (separada, 38 años, dos hijos) llegó hasta este diario con un puñado de fotocopias en su cartera. Lucía inquieta y preocupada. Pidió hablar con un periodista.
Lo que llevaba en su cartera eran las impresiones de una conversación por el chat de Facebook que su hijo de 17 años había mantenido con su profesora de Geografía, una señora de 38 años. La charla -según se podía ver en las impresiones- duraba dos horas: entre las 2.30 y las 4.30 de ese mismo sábado.
«A la mañana, mi hijo se fue a jugar a la pelota y se olvidó de cerrar su Facebook. Yo nunca lo vigilo pero esa vez me dio curiosidad y me puse a ver qué había estado haciendo hasta tan tarde. Entonces me encontré con esta conversación de mi hijo con esta vieja de mierda», explicaba la mujer, muy molesta.
Si bien la la copia del chat que Marcela mostró a nuestro periodista era por demás extensa, la mujer permitió transcribir algunos párrafos en los que, según ella, la docente acosa a su hijo. Acá va uno.
* * * CHAT 1 * * *
Sábado, 3.02
…(viene de la conversación de la cual se omiten los horrores ortográficos del educando y los errores ortográficos de la docente)
Profesora: Y vos, ¿tenés novia?
Alumno: Ahora no, pero hasta hace poco sí.
P: Mirá vos, no te deben faltar candidatas ja ja ja
A: Las chicas de mi edad no me caben ni ahí.
P: ¿Te gustan más grandes?
A: De una. Una vez salí con una de 21 años, hace poquito?
P: A mí también me gustan los hombres más grandes, tienen experiencia?.
A: Y usted, ¿tiene novio?
P: No, ahora estoy separada, ¿por qué querés saberlo? Yo soy muy grande para vos!!!!! Ja ja ja
A: De una?
P: Pero como digo yo: «Nunca digas de esta agua no he de beber? ja ja
A: ¿Ud saldría con un hombre más chico que usted?
P: Depende, no está bien visto para las mujeres salir con un chico.
A: Entonces no la invito a salir!!! Ja ja, es una broma, profe?
P: mmmmmm, mirá vos qué atrevido?
«Me gusta»
Mientras Marcela mostraba esas conversaciones, levantaba temperatura. «¿A usted le parece? ¿No está claro que está histeriqueando a mi hijo esa vieja calentona que encima es más grande que yo?», se preguntaba.
Asimismo, la mujer llevaba consigo fotos del perfil de Facebook de su hijo y en la mayoría de las imágenes en que el menor salía en una especie de actitud «seductora» (como las fotos en que el chico sale en traje de baño), Marcela detectó el clásico «me gusta» enviado por la profesora en cuestión. La madre, entonces, se permite dudar:
«Es raro que le ponga ‘me gusta’ en ese tipo de fotos una mujer que le lleva 20 años y que además es docente de él; los otros ‘me gusta’ que salen en esas fotos son de los amigos y amigas de mi hijo. Es un mensaje jodido para un chico que, seguro, les debe mostrar esos ‘me gusta’ a sus amigos y les debe decir: ‘Miren, la tengo muerta a la vieja de Geografía…'», calculaba Mariela.
Denuncia
En la opinión del abogado Jorge Chaves, con ese material, la madre del chico tiene pocas posibilidades de hacer una denuncia de índole penal. «Con los escritos, por más que los lleve con el acta de constatación que hace un escribano público, es difícil encuadrar la denuncia en algún delito del Código Penal. Yo aconsejaría comenzar con la instancia administrativa: es decir, ir al colegio y a la Dirección de Escuelas con las pruebas y poner a las autoridades al tanto de lo que hace la docente; que no llega a ser un acoso pero puede terminar en algo peor».
Según algunos especialistas, este tipo de situaciones están mejor configuradas legalmente en algunos países de Europa o en algunos Estados de Estados Unidos, donde, por caso, las autoridades escolares piden a los docentes que cuando abran cuentas en redes sociales procuren, por ejemplo, no colocar fotos provocativas.
«Se entiende que los docentes son gente grande y si cuelgan fotos en las que salen en sunga, o mostrando el traste o las lolas, es algo que ellos mismos saben; es decir que no lo hacen inocentemente. Como saben también que sus alumnos van a ver esas fotos. En el fondo son situaciones un poco patéticas en las que adultos solos y aburridos se aprovechan de las hormonas de los más chicos que pueden terminar siendo víctimas», asegura el especialista en redes sociales Julio Alfieri.
* * * CHAT 2 * * *
Sábado, 4.13
(sigue la conversación, para entonces, el menor trata a la docente de vos y ya no de usted).
…
A: Puede ser, hablando de eso, te quiero decir que yo soñé con vos varias veces.
P: Mmmm a ver cómo es eso…
A: ¡No! ¡Si te lo cuento al sueño no apruebo la materia! Ja ja ja.
P: Bueno, no debe ser TAN grave como para no contarlo…
A: Me da un poco de vergüenza… te vas a enojar
P: Vos decís que me voy a enojar o me voy a calentar; ¡porque no es lo mismo! Ja ja
A: ¡Te vas a calentar! Ja ja
P: Mmmmm, qué intriga, me muero por saber qué soñaste.
A: ¿No me vas a desaprobar?
P: Ja ja, ¡no! ¿Acaso soy una bruja? Ja ja.
* * * * * *
A estas alturas, no es descabellado pensar que las hormonas del adolescente habían entrado en estado de ebullición; sin embargo, la docente, en lo que sigue de la conversación, modera el tono cuasi erótico y cambia abruptamente de tema: lo que se conoce vulgarmente como ‘histeriqueo’. «Y es lo que le puede servir para no ser acusada, ya que nunca utiliza palabras soeces ni invita al menor a su casa, por ejemplo», explica Martín Carranza, profesor de Derecho en altas tecnologías en la Universidad de Córdoba.
«Lo que debería hacer la madre del chico es fijar las pruebas informáticas, algo que se puede hacer legalmente a partir de que un fiscal mande a periciar las máquinas o los soportes de donde salieron los mensajes, y también comprobar que fueron las personas sospechadas quienes los escribieron»
«Si se está ante meras insinuaciones y no hay delito, es una tarea que el fiscal debe valorar. Obviamente que hay indicios, como el tenor de la conversación y el horario inapropiado para que una docente se comunique con un alumno suyo».
Duda
Mariela aún no ha hecho la denuncia y no sabe si hacerla. Pensó también en variantes vengativas como «copiar la conversación y mandársela a todos los amigos de ella en Facebook y ponerle: ‘esto es lo que hace la amiga de ustedes’. También pensé en ir a la escuela y romperle la cara, pero estamos de vacaciones».
Los especialistas coinciden en que depende cómo derive el suceso, puede llegar a ser caratulado en la justicia como averiguación de delito, o llegar hasta corrupción de menores, pero eso depende de quién tome la denuncia. Igual, para todos los consultados la situación de la docente es complicada desde donde se la mire. No va a acabar presa, pero puede terminar sin trabajo. «O con un par de dientes menos», tal como amenazó la madre del chico.
http://www.losandes.com.ar/notas/2013/7/14/delito-seducir-adolescente-chat-726283.asp