Dos mujeres y un hombre son los tres nuevos jueces del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro, con lo cual el cuerpo tiene cinco integrantes.
Los elegidos: la fiscal de Cámara Adriana Zaratiegui, el asesor legal de Cipolletti Ricardo Apcarian y la procuradora Liliana Piccinini.
Se trata de dos penalistas, Zaratiegui y Piccinini, ambas integrantes de la Justicia, y un abogado de derecho administrativo, Apcarian, ajeno a la estructura del Poder.
Esta terna se incorpora al STJ que ya integran Enrique Mansilla y Sergio Barotto.
Ayer, el Consejo de la Magistratura nombró –por unanimidad– a Zaratiegui y Apcarian, mientras que la elección de Piccinini fue muy reñida con la constitucionalista Marcela Basterra. La Procuradora se impuso por 14 a 11 votos.
Obtuvo esa mayoría con los apoyos del gobernador Alberto Weretilneck, los ocho consejeros del FpV, los tres de Bariloche y dos aportes individuales: Jorge Crespo de Roca y Marta Cranzi de Cipolletti.
Piccinini fue la única candidatura formal de Weretilneck y su designación se complicó tanto que el cuarto intermedio se extendió por dos horas más de lo previsto.
Cerca de las 19, el gobernador logró un atajo en favor de esa candidata, pero para eso abandonó su respaldo para el camarista civil Gustavo Azpeitía, su elección inicial entre los propuestos para la vacante de Viedma.
Allí reubicó a Zaratiegui, logrando su nombramiento y destrabó pocos pero suficientes votos para imponer a Piccinini.
Hasta entonces, la unidad de los colegios y de la oposición en favor de Zaratiegui representaba un escollo insalvable para el oficialismo.
A media tarde, ese obstáculo se consolidó cuando se unificó un voto resistencia a la Procuradora, depositándose en Zaratiegui, incluso de quienes ya preveían su adhesión a Basterra. Allí existía una postura común: evitar el ascenso de Piccinini.
Ese plan se cumplió por dos horas. El tiempo para que Weretilneck revisara candidaturas y lealtades para revitalizar la postulación de su elegida, acordada con el senador Miguel Pichetto, más allá de los múltiples enconos que en la víspera quedaron expuestos claramente.
En lo formal, Zaratiegui fue elegida para cubrir la vacante de Víctor Sodero Nievas y al final, logró la totalidad de los 25 votos. Apcarian fue propuesto por la circunscripción de Cipolletti, asignándole la representación regional a partir de la ampliación del STJ. El cipoleño también logró un respaldo unánime.
La elección del quinto vocal abrió el gran debate por el rechazo a Piccinini. Pero en contrapartida, la Procuradora disponía del sostén del oficialismo.
Esta fuerte confrontación derivó en el ajustado desenlace de la víspera.
En la mañana
Por la mañana, el proceso fue más sencillo, centrado en la exposición de los candidatos frente al Consejo.
Las presentaciones se repitieron en repasos de antecedentes, un análisis de la Justicia y los proyectos ofrecidos por cada aspirante.
Se completó con dos a tres consultas de los consejeros.
Cuarto intermedio
Al finalizar esa primera etapa, cerca de las 15, Weretilneck propuso un cuarto intermedio hasta las 18, que redujo a las 17 frente al pedido de los colegios de un impasse más reducido. Luego se sabría que ese espacio era necesario para recomponer mayoría. Ni esas horas fueron suficientes.
De vuelta a Casa de Gobierno, el mandatario –con sus legisladores– siguió en charlas informales con los otros consejeros hasta que revertir el posicionamiento de Azpeitía y aceptó a Zaratiegui para entonces conseguir los votos para Piccinini.
Antes del proceso de elección, Weretilneck resaltó el «gran nivel de propuestas» y manifestó que «la evaluación de los distintos postulantes nos llevó a este intercambio de opiniones que demoró la determinación final».
Agradeció a los consejeros por «la predisposición, colaboración, seriedad y respeto».
Luego se pasó a la votación. Piccinini y Apcarian estaban entre los presentes. En cambio, Zaratiegui, sorprendida, llegó cuando ya se firmaba el acta.
(AV)