“La Justicia tiene que cambiar. No puede ser que personas que se la pasan encerradas en un escritorio decidan si alguien es culpable o inocente. El juicio por jurados, con participación popular, tiene que aplicarse, porque es una forma real de participación del pueblo; la Justicia no puede estar en manos de miembros de una misma clase social.” Santiago (19), estudiante de Filosofía, expresó su opinión ante Página/12, luego de participar, como uno de los doce “jurados populares”, en un simulacro de juicio por jurados que, organizado por el Consejo de la Magistratura porteña, se hizo ayer en la sede de la Fiscalía General de la Ciudad, en Beruti 3345. Antes del simulacro –declararon “no culpable” a una mujer “imputada” de asesinar de un balazo a su marido golpeador–, el fiscal general Germán Garavano sostuvo que el sistema de “juicio por jurados” elegidos entre vecinos de la ciudad es “una asignatura pendiente que lleva siglos porque está contemplada en la Constitución de 1813 y sigue vigente” en la Carta Magna. En la representación, a sala llena, con un público compuesto por miembros del Poder Judicial y legisladores, se explicó que hay dos proyectos de ley en la Legislatura, además del que impulsa el Consejo de la Magistratura. Una de las iniciativas pertenece a Aníbal Ibarra y el otro a Helio Rebot, del PRO. Garavano consideró importante que se lleve a la práctica el juicio por jurados para dirimir conflictos vecinales y para resolver causas penales.
“Argentina es uno de los países con menores niveles de aprobación por parte de la ciudadanía respecto del funcionamiento del Poder Judicial, al que se lo ve como ajeno y hostil, cuando no oscuro porque responde a determinados intereses.” El fiscal admitió que no se está aplicando en la mayoría de los distritos judiciales del país, con excepción de Córdoba, Neuquén y Chubut, a las que ahora se podría sumar la provincia de Buenos Aires, dado que la Legislatura bonaerense aprobó un proyecto en ese sentido. Garavano subrayó que “el instituto está vigente en el 80 por ciento de los países occidentales, pero acá no avanza porque hay resistencia corporativa”.
El organizador del encuentro, Juan Manuel Olmos, titular del Consejo de la Magistratura porteño, no pudo estar presente, pero envió una carta que fue leída al público. “Con los mandatos constitucionales plenamente vigentes, es un gran compromiso para quienes integramos el Consejo impulsar la implementación” del juicio por jurados. Agregó que “en los poderes Ejecutivo y Legislativo los ciudadanos ejercen su soberanía a través del voto; el Poder Judicial es el único que no tiene representación popular y aquí es donde el pueblo puede participar a través del jurado”.
Olmos resaltó que “en otros lugares del mundo, donde el instituto es centenario, hay estudios que demuestran que los habitantes se han concientizado acerca de la utilidad y beneficio de ser juzgados por pares, sintiendo mayor confianza en los fallos y mayor compromiso para con la sociedad a la que pertenecen”. Para el simulacro realizado ayer, el Consejo convocó a los vecinos, con los mismos requisitos de un juicio real: ser argentino, mayor de edad, saber leer y escribir, contar con pleno ejercicio de los derechos políticos, tener domicilio conocido y una residencia en la ciudad no menor a cuatro años.
Están inhibidos magistrados y funcionarios judiciales, abogados, escribanos y procuradores en ejercicio y estudiantes de Derecho. Las doce personas que ayer integraron el jurado popular (cinco mujeres y siete hombres) fueron elegidas por sorteo entre los inscriptos. El consejero y juez Gustavo Letner, que leyó la carta de Olmos, destacó el hecho de que “el instituto del juicio por jurados esté ahora en la agenda pública”. Consideró que su instrumentación, a través de una ley de la Legislatura porteña, “va a mejorar la calidad de la Justicia”. Aseguró que “la experiencia en Córdoba es altamente positiva, porque ha incrementado la confianza del pueblo en la Justicia”.
En el juicio ficticio se analizó un hecho supuestamente ocurrido a principios de año en el Barrio Mitre, aunque el caso real ocurrió en Misiones. Una mujer, el día del cumpleaños de su hija mayor, de 15 años, asesina de un balazo a su marido golpeador, del que estaba separada. El fiscal Mauro Tereszko acusó a la mujer de “homicidio agravado por el vínculo”, penado con prisión perpetua.
El defensor, encarnado por Luis Dua Castella Arbizu, defensor general adjunto porteño, alegó que durante ocho años la mujer había sido golpeada por su esposo alcohólico y que no había tenido intención de matarlo. Tomó un revólver calibre 22 “sólo para asustarlo y durante un forcejeo el arma se disparó”. El juez profesional, que condujo la audiencia, fue el fiscal Luis Cevasco, quien explicó a los jurados populares que debían votar sólo por “culpable” o “no culpable”. Aunque este dato no podría hacerse público en un juicio real, en el de ayer, once de los doce jurados, después de deliberar en privado, votaron por la opción “no culpable”.
En un juicio por jurados, para que alguien pueda ser declarado “culpable” hay que reunir al menos nueve votos positivos sobre doce. El rol de la imputada fue interpretado, de manera magnífica, por la actriz Victoria Moreteau, quien el martes ganó un premio ACE como “revelación” por su actuación en la obra Alfonsina y los hombres. Elogiada por los presentes, luego de su actuación, le dijo a este diario que “a una mujer le resulta fácil ponerse en la piel de otra mujer maltratada psicológica o físicamente; todas hemos pasado alguna vez por eso”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-227817-2013-08-29.html