Las condiciones personales, especialmente su vulnerabilidad individual y social, sus limitaciones económicas, su falta de educación, como así también 
el hecho de tener tres hijos, el arrepentimiento y el resarcimiento a una de sus víctimas, obraron a favor de un condenado a prisión para que el monto de la pena se redujera sustancialmente, a pesar de que era reincidente.

Esta es la historia de Wilson Alfredo López (30), quien corrió mejor suerte que los otros tres condenados por tres asaltos 
en el corredor de Sierras Chicas. López participó en dos de esos hechos (en uno actuó solo) y a pesar de que tenía una condena pendiente recibió una pena de tres años y medio de prisión unificada en cuatro años y dos meses.

El hombre fue hallado cul­pable de violación de domicilio y coautor de robo calificado por 
el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada (no se secuestró). Además, López tenía pendiente de cumplimiento total una condena anterior de seis años 
y medio por dos robos califi­cados, más violación de domicilio y abuso sexual sin acceso ­carnal.

Los otros condenados en este juicio son Víctor René Benítez –recibió seis años y medio de cárcel–, Leonardo Moyano –cinco años y medio–, Maximiliano David Reynoso –cinco y medio–, quienes también tuvieron alguna consideración de parte del juez por similares cuestiones.

Los porqués del juez

“Como circunstancias atenuantes, evalúo su vulnerabilidad individual y social, como así también sus condiciones y limitaciones socioeconómicas puestas de relieve en su interrogatorio de identificación, en especial las falencias de su educación y por ende su escasa formación cultural, al decir que no inició su ciclo secundario por tener que empezar a trabajar; que tiene tres hijos a los cuales, cuando puede, les pasa dinero para su manutención; y que en el debate, desde el inicio mismo se expresó reconociendo su intervención en los hechos atribuidos, mostrándose arrepentido y ofreciendo sus disculpas a las víctimas, todo lo cual nos está marcando un primer y muy importante paso en el camino hacia su resocialización”. Con estas palabras, el juez unipersonal de la Cámara 8ª del Crimen Juan Manuel Ugarte evaluó las condiciones de López como importantes atenuantes.

Actitud diferente

Son muy escasos los ejemplos que se ven en las audiencias de juicios orales en los cuales la colaboración del reo y las posibilidades de reinserción se combinan para que el proclamado fin de la prisión pueda cumplirse como la teoría lo señala.

Este condenado entró a robar solo a un quiosco de Río Ceballos la tarde de la Navidad de 2006. Luego, en agosto de 2011 asaltó una noche un domicilio en compañía de Benítez y tres personas más.

López mostró su arrepentimiento desde el inicio del debate, pidió perdón a las víctimas, devolvió lo robado en el primer hecho en el que actuó solo y manifestó su voluntad de iniciar una nueva vida.

El juez tomó en cuenta que recientemente perdió una hermana y que cuando puede colabora con la manutención de sus tres hijos.

Además, consideró que no accedió a una socialización adecuada y que por su educación no pudo recibir una formación cultural idónea.

 

http://www.lavoz.com.ar/sucesos/aligeran-pena-asaltante-por-su-condicion-socioeconomica