El equipo profesional que hizo la evaluación consideró que «son muy pocas las personas las que realmente están en condiciones de cumplir con la mayoría de los requisitos del perfil que requiere su cargo».
Mientras desde la flamante gestión en el Ministerio de Bienestar Social se anunciaron cambios en su estructura y funcionamiento, la vida interna del Instituto Provincial de Educación y Socialización de Adolesentes (Ipesa) sigue bajo la lupa a raíz de la poca información pública al respecto y por las recurrentes denuncias de quienes allí trabajan.
Una de esas denuncias se conoció en estos días y señala que en el año 2011 se realizó un completo trabajo de diagnóstico psicotécnico a los operadores. Según los resultados, de 30 trabajadores, solo 5 estaban en condiciones de cumplir sus tareas sin inconvenientes.
Qué fue lo sucedido con los resultados de ese informe es la pregunta que surge al conocer las conclusiones, ya que según se puede apreciar había recomendaciones muy precisas respecto a los pasos a seguir.
«Proyecto de evaluación diagnóstica previa a la programación de capacitación para operadores socializadores y auxiliares socializadores» es el nombre del trabajo que realizó un equipo profesional encabezado por la psicóloga Graciela Lis Rossi de Bergés.
El estudio se hizo en junio de 2011 y los resultados se agruparon en tres tablas de acuerdo a la aptitud. En el Grupo A fueron encuadrados cinco operadores, en todos los casos bajo la calificación «apto para el cargo en el momento presente».
En el Grupo B quedaron 15 trabajadores, a la vez divididos en dos subgrupos, unos los que «reúnen solo algunas de las características para el cargo o podrían llegar a ser aptos mejorando ciertas condiciones a través de la psicoterapia, etc. Es necesario observar su evolución». En total son diez los que estaban en esas condiciones.
Los otros cinco «poseen características que (si se exacerban) aumentan el riesgo de pasar al Grupo C». Allí quedaron los diez operadores restantes, que de acuerdo a los resultados del estudio «no son aptos para el cargo o tienen un pronóstico reservado por riesgos para su salud o la de los demás».
En ese momento, Rossi aclaró que las pruebas tenían «una validez de seis a diez meses» aproximadamente, «considerando que las personas pueden cambiar». Por eso, recomendó chequeos anuales.

Factores.
El informe médico que se realizó y al cual tuvo acceso este diario muestra que la evaluación fue muy amplia y pormenorizada ya que se trataba de «evaluar el estado actual de salud psicológica en que se encuentran» los operadores, y determinar las condiciones «favorables y no favorables» para el adecuado ejercicio del puesto y sus funciones.
En tanto, las variables de estudio estaban relacionadas con factores intelectuales, que «implican la capacidad de resolución de problemas y de comprender el ambiente que lo rodea. Organización y orden. Capacidad de observación, sentido común, juicio crítico».
También se tenían en cuenta «factores de la personalidad» como poseer un adecuado «sentido de la realidad», capacidad de adaptación, de autoestima, buena tolerancia a la frustración, capacidad de afrontamiento (de conflictos) adecuado control de los impulsos y de la agresividad (autocontrol emocional), sociabilidad, posibilidades de establecer relaciones y/o vínculos maduros tanto en lo familiar, social, sexual y con la autoridad o la ley.
Además, se evaluaron ítems como «liderazgo. Empatía. Honestidad y responsabilidad. Capacidad de integrar una cadena de mando». Otros factores estaban en relación a la salud psíquica de cada uno de los operadores.

Estrés.
En los resultados, se expuso: «Con respecto al estado actual de salud psicológica en que se encuentran los operadores, se encontró en la mayoría de la población un alto nivel de estrés e incluso algunos de ellos con un padecimiento por estrés postraumático de larga data».
Y agrega: «Al determinar las condiciones favorables y no favorables para el adecuado ejercicio del puesto y sus funciones, observamos que gran parte de la población conserva en mejor estado las funciones cognitivas que aquellas en las que están involucrado el control de las emociones e impulsos o madurez en las relaciones interpersonales».
En los resultados, el equipo profesional consideró que «son muy pocas las personas las que realmente están en condiciones de cumplir con la mayoría de los requisitos del perfil que requiere su cargo». Y añade que sería importante «tratar de recuperar la mayor cantidad posible de operadores a través de psicoterapia grupal y de prevención de estrés postraumático y laboral».

Talleres y cursos.
En la evaluación, los operadores contestaron sobre lo que sería importante para el mejoramiento del Ipesa, y la mayoría afirmó que hace falta una comunicación «más dinámica y asertiva» acerca de los diferentes casos, por parte del equipo técnico, para con los trabajadores. También pidieron talleres de diferentes oficios para los adolescentes y el seguimiento posterior a la salida del Instituto para su reinserción social. Además, reclamaron «cursos sobre adicciones, trastornos psiquiátricos, relaciones humanas y manejo de adolescentes».

 

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