Consideró probado que en casos relevantes ocurridos en la ciudad petrolera, la magistrada no hizo caso a la jurisprudencia que el Superior Tribunal de Justicia les recomendó varias veces que siguiera y violó así los plazos razonables de investigación, poniendo en riesgo el servicio de justicia. Además consideró que Suárez cometió un error grave al confundir “evidencia” con “prueba” en un caso de abuso sexual, que culminó con el sobreseimiento del único acusado.
Un tercer cargo le imputaba haberse inmiscuido en las funciones de los fiscales por concurrir al lugar del hecho, pero esta acusación fue desechada por la falta de evidencias firmes. Cabe recordar que el Consejo de la Magistratura había declarado “insatisfactorio” el desempeño de la exjuez, tras evaluar sus primeros tres años de trabajo. Y envió su caso al jury de enjuiciamiento por la gravedad de las imputaciones.
En el primer caso, la conducta de Suárez fue calificada como “contumaz, irreflexiva, tozuda y caprichosa”. Es que la juez en varios casos utilizó un criterio propio para decidir sobre los plazos de las investigaciones en la ciudad petrolera. Y esto le valió al menos dos fuertes retos de la Sala Penal del STJ -especialmente de parte del ministro Jorge Pfleger-, que derribó sus sentencias y le recomendó con mucha vehemencia y críticas seguir la política que ese tribunal fijó a la hora de los plazos, y no otra.
En este sentido, advirtieron que Suárez nunca mostró buenos y suficientes argumentos propios para contradecir la sugerencia del máximo tribunal chubutense. Y que sólo logró gastar valioso tiempo procesal en decisiones que sabía que iban a ser derribadas. Peor aún: con justificaciones muy flojas, al mirar de los ministros.
En cuanto a la evidencia entre “evidencia” y “prueba”, a la magistrada la acusaron de cometer un “importante error conceptual” que trabó una investigación. Se trata de una nena víctima de abuso sexual en Comodoro. Su testimonio se tomó pero Suárez lo consideró inválido como prueba, ya que en la ocasión de escuchar a la joven, no estuvo presente la defensa del imputado. Con este argumento, sobreseyó al único sospechoso.
Pero según la acusación, la presencia de los abogados del acusado sólo es imprescindible en una etapa posterior de la pesquisa. En este sentido, también dijeron que la conducta de Suárez fue “arbitraria”.
Para el primer cargo, desde la defensa advirtieron que la juez no estaba obligada a seguir la jurisprudencia del STJ, ya que los magistrados gozan de independencia de criterios. “No están subordinados ni por otro Poder ni internamente”, dijeron mediante un Power Point.
Además consideraron que más allá de estar de acuerdo o no con su contenido, un jury no puede revisar los fallos de Suárez, ya que las opiniones de los jueces son inmunes. Además, consideraron que las decisiones de la magistrada destituida apuntaron a proteger las garantías constitucionales.
“En casos tan sensibles siempre hay una tensión entre las partes y decir que se trató de una violación o de un homicido es efectista, porque lo que importa es cómo y por qué se tomaron las decisiones, y no el hecho”, dijo su defensora, que recordó que en el caso del presunto abusador liberado, Suárez reflexionó y cambió su criterio “de modo radical”. En este sentido, “evidentemente el Superior no se enteró de este cambio y el Consejo de la Magistratura no consideró que fue un error que se rectificó”.
“No veo la forma en que un tribunal pueda juzgarla sin inmiscuirse en su esfera privada de decisión. Y si se hace eso, es una tarea contraria a Derecho”, remató su defensora, que insistió reiteradas veces con la necesidad de proteger la independencia de criterios de los jueces, para evitar que se sientan presionados.
La audiencia se inició a las 10 y tras varios cuartos intermedios, culminó cerca de las 20.30, con la lectura de la resolución.
La sentencia completa, con sus fundamentos, se leerá el jueves a las 12. Al Tribunal lo presidió el ministro del Superior, José Luis Pasutti. Lo acompañaron los diputados provinciales Argentina “Ika” Martínez (Frente para la Victoria) y Roddy Ingram (PJ Modelo Chubut), junto con los abogados Federico Arnoldi y Marcelo Bahamonde. De la acusación se hizo cargo el procurador general Jorge Miquelarena, mientras que la jefa de defensores oficales de Comodoro, Iris Moreira, patrocinó a Suárez.#
Mariel Suárez: “Di Pierro gestionó para que no trabaje más”
La exjuez se quejó de que “recibí un trato diferenciado respecto de otros jueces que habían sido declarados insatisfactorios pero no fueron enviados a enjuiciamiento: sus causas se remitieron al Superior Tribunal de Justicia”. En este escenario, “se cumplió lo que denuncié en el amparo, después de un proceso nulo del Consejo de la Magistratura, el tribunal ratificó todas las nulidades y me quedan más instancias: el amparo y el recurso extraordinario ante el Superior, que voy a seguir hasta el final”.
-¿Por qué se actuó distinto con usted?
-En mi amparo hice todas las denuncias y las previsiones de que esto iba a pasar, por la disputa que tenía con el intendente de Comodoro Rivadavia, Néstor Di Pierro; no puedo dejar de lado que en el Consejo hay gente que pertenece al Partido Justicialista y que los consejeros populares casi en su mayoría son del PJ. No es un dato menor, y también apareció gente del PJ juzgándome.
-¿La echó Di Pierro?
-No diría que me echó Di Pierro, pero sí diría que gestionó para que una persona que le molestaba en Comodoro Rivadavia, un juez independiente, no pudiera ejercer sus funciones en forma tan independiente como yo lo hacía. Entonces buscaron las excusas apropiadas y creen que consiguieron el objetivo, pero en las otras instancias la situación va a cambiar como cambió con los casos Colabelli y Pintos.
-En el Tribunal hay gente que no tiene que ver con el peronismo…
-Creo en la independencia de los abogados porque no los conozco, pero yo sabía que Pasutti tenía vinculaciones con Di Pierro: en 1991 ambos fueron diputados y los unía una amistad. ¿Por qué no los pude recusar? Denuncié que la ley de enjuiciamiento de magistrados es inconstitucional en el articulo 11, que me impide recusar a los miembros del tribunal. Si yo hubiera podido recusarlos quizás hubiera contado con un tribunal más imparcial. Aclaro que no dudo de la imparcialidad de los abogados Marcelo Bahamonde y Federico Arnoldi, que fueron muy respetuosos y votaron conforme sus criterios. El jueves veré en la sentencia qué cuestiones se esgrimieron.
-¿Cree que va a volver?
-Creo que sí, que es justo que vuelva a ocupar mi cargo.
-O sea, que en instancias superiores la influencia de Di Pierro se diluye…
-Creo que sí, los políticos no pueden manejar todo y hay un ámbito judicial que es inmanejable. Confío en las instancias superiores y en el STJ, por supuesto con otra conformación, porque hay actores que no van a poder actuar. Y si no, confío en la Corte Suprema de Justicia y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No es el único caso en el mundo de un juez destituido. Los hay a nivel internacional destituidos por sus opiniones y por eso la jurisprudencia que citamos en la estrategia defensiva.
-Hay disconformismo con la Justicia, ¿usted fue un chivo expiatorio?
-Por ahí sí, a veces se generan reclamos a la justicia que los operadores políticos no saben cómo responder y siempre achacan culpas a los jueces, que somos quienes decidimos y siempre vamos a dejar disconformes a alguien, porque nuestra es decidir sobre posturas contrarias.#