Gabriel Kessler es doctor en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, donde además fue elegido profesor en 2004. Es investigador del CONICET, profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento y del doctorado IDES-UNGS. Es autor de los libros “Sociología del delito amateur”, que ya es un clásico, y de “El sentimiento de inseguridad”, entre muchos otros. Infojus Noticias lo consultó sobre los resultados del informe de la Corte Suprema sobre homicidios dolosos. “La baja de imputabilidad es un debate tomado por sectores autoritarios y es una demagogia punitiva: los datos son útiles para mostrarnos que ahí no está el problema”, señaló. Y afirmó: “La violencia policial no se analiza como otros móviles de asesinato, sino que es un problema en sí mismo.”

-¿En base al informe de la Corte, le sorprende donde se sitúa el territorio del delito?

-No me sorprende, porque responde a los estudios desde mediados de los años ‘90 que marcan cómo se concentran los homicidios en determinados barrios de la Capital Federal y determinados partidos. Pero tampoco es algo particular de Buenos Aires, sino que se da en todas las grandes urbes. Es muy raro que un área metropolitana no marque índices mayores que otras.

-¿Le llama la atención que el mayor móvil del crimen sea por discusión, riña o venganza?

-Acerca de cuestionar el sentido dogmático, el dato es excelente, aunque más que clausurar la indagación abre preguntas. Pienso que está bueno y es interesante el dato en la medida en que cuestiona la opción automática entre robo y homicidio, en ese sentido es positivo. Aunque no comparto que ese dato alcance para decir que solo el 20% por ciento sea robo, porque muchas veces el homicidio o la forma en que un crimen es caratulado, pueden dar lugar a ambigüedades.

-¿Qué piensa del índice del crimen en la intervención policial?

-La violencia policial no se analiza como otros móviles de asesinato, sino que es un problema en sí mismo. Que tenga un porcentaje pequeño de homicidios (2,66 por ciento), es ya un problema en sí mismo y no lo sumaría a las otras causas. Me preocupa que esté junto a otros móviles del crimen porque alguien que lo lea puede decir que las muertes de los policías son pequeñas, y creo que son órdenes de proporción difíciles de comparar. Cuando uno junta cosas alguien puede ver la imagen como que no es un problema y la violencia o los enfrentamientos policiales son un tema que debiera analizarse caso a caso.

-¿Y del índice de victimarios?

Es una regularidad general de una presencia ínfima de menores y una concentración en las franjas de juventud. Esto no es llamativo, en el buen sentido de la palabra. Entre los 18 y los 35 años hay un 24,3 por ciento, y de 26 a 35, un 18,43 por ciento, lo que da un total del 45 por ciento a esa franja. También es una regularidad internacional, y se vio en años anteriores, que se concentra en lo que serían los adultos jóvenes y confirma dos cosas: una es nuevamente que los discursos del problema de los menores no son el principal problema, y otra es una tendencia mundial que tanto víctimas como victimarios de muertes y homicidios suelen conformase en esa franja de edad. Muestra algo que es una regularidad en Argentina y en otros países.

-Sólo el uno por ciento de los homicidios fueron cometidos por menores de 16 años. La cifra aumenta al 2 por ciento si se toma en cuenta el conurbano y la ciudad de La Plata. Es decir, derriba mitos para el debate sobre la imputabilidad de los menores.

-Estoy en contra de lo que se refiere a la baja de imputabilidad, por distintos motivos y en primer lugar porque no cambia el impacto en relación a la inseguridad. La baja de imputabilidad es un debate tomado por sectores autoritarios y es una demagogia punitiva: los datos son útiles para mostrarnos que ahí no está el problema.

-¿Dónde está el fuerte a tratar?

Lo primero es celebrar estos trabajos que la corte hace desde el 2010, pero precisamos también datos nacionales, para ampliar el alcance geográfico. Los datos sirven para cuestionar el sentido común y la concentración en determinadas zonas, pero necesitamos comparar a nivel nacional, ya que esto abre un montón de preguntas. Debemos abrir la caja de pandora de los homicidios y profundizar en determinadas zonas. También armar técnicas zonales, que abarquen los mercados ilegales, y la conflictividad social e interpersonal en los barrios. Esto no tiene que ver con la concepción clásica, sino con preguntas sobre las distintas formas de conflictividad que dan lugar a los distintos tipos de homicidios.

-¿Una policía comunal, barrio por barrio?

-Algo que ayude a analizar desde determinadas situaciones a los conflictos interpersonales y microsociales de determinadas zonas: ver a qué se deben y cuáles son las formas de intervención que pueden apuntar a políticas de seguridad y dialogo. También hay otra línea de violencias domesticas e interpersonal. Hay que ver cómo funcionan determinados mercados ilegales y territorios y ver si los homicidios tienen que ver. Creo que los datos dan preguntas para analizar y ver la especificidad de cada tema en cada territorio no es una solución, pero evita la imagen de un problema insoluble.

 

http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales/la-baja-de-imputabilidad-es-demagogia-punitiva-ahi-no-esta-el-problema-2307.html