Con la firmeza del que se sabe honesto, Emanuel Barria vino de Las Heras a informar a un grupo de estudiantes de Comodoro Rivadavia sobre la sentencia a cadena perpetua que se les darán el 12 de Diciembre a su tío Darío Catrihuala y a otros trabajadores petroleros que son inocentes.

El caso trata sobre un conflicto laboral de trabajadores petroleros que se manifestaron contra el impuesto a las ganancias en el 2006, en la localidad de Las Heras provincia de Santa Cruz. Allí, en medio de una pueblada, muere el policía Jorge Sayago, sin que se pueda determinar quien realiza el disparo mortal. Sin embargo, se culpa a 13 trabajadores, y después de un proceso irregular, la justicia pide cadena perpetua a seis trabajadores sin presentar una sola prueba que justifica tal condena.

Por eso Emanuel vino a informar e invitar a los trabajadores que quieran sumarse a ir el 12 de Diciembre a Caleta Olivia, Santa Cruz, a realizar un abrazo y pedido de libertad para todos los trabajadores petroleros procesados. Este pedido forma parte de una gran red de trabajadores argentinos que vendrán a manifestarse apoyados por sus gremios, y otras organizaciones sociales y políticas que confían en que prevalecerá la Justicia.

Los chicos pertenecen a escuelas secundarias, y se han autoconvocado para apoyar a un compañero estudiante; esta práctica solidaria y democrática es otra muestra ejemplar de la juventud patagónica que está saliendo a la calle a decir su verdad. También se suman algunos profesores.

La policía de la provincia del Chubut ve al grupo y se acerca amenazante a pedir documentos y revisar mochilas a unos chicos que están charlando y a otro que está sentado solo; no quieren decir a que seccional pertenecen, preguntan si van a cortar la calle y se van, al rato otro patrullero se detiene a observar.

“Creo que todo va cambiar para bien, porque tiene que salir la verdad”

«Hay imágenes que no se borran más», relata Emanuel, quien junto a su novia Vicky, relata cómo este episodio le cambio la vida a él, a su familia y a todo un pueblo.

«Mi vida cambia el 24 de febrero del 2006 a los 11 años, ahí cambia rotundamente, del día a la noche, de estar jugando a la pelota en la calle a ver un centenar de milicos que viene a mi casa a revolver todo, a golpear (…) Al recordar ese momento temés. Tengo miedo cuando veo que llega Roata de Leone en una camioneta y detrás todos los milicos directamente a golpear y llevarse a quien se ponga por delante. Roata Leone bajo de la chata, y dice: ´lleven a ese y a ese´. Graciela Roata de Leone es la jueza que estaba en ese entonces, ella venia a verificar a quién se tenían que llevar y a cargarlos arriba.

No sé si era el GEOP, o quién era que los cargan en una Ranger doble cabina, a punta de pistola a mi padre y a mi tío, y de ahí no supimos nada más hasta la madrugada del otro día, fue muy feo para mí a los once años, vos fíjate que a los once años un pibe tiene una infancia total, no se hoy en día, pero en esos días, para mí era así, y de ahí comenzar a vivir una vida de perseguido, de no poder hablar por teléfono, de no saber con quién charlar porque te están espiando, y esperándote, como quien dice, para que pises el palito.

Al otro día tratamos de localizar a mi padre, a mi tío y a los otros chicos que habían sido encarcelados, en ese momento se los habían llevado a Puerto deseado, totalmente torturados (…) Te cambia todo, se hace muy difícil poder vivir después de eso. Mi tío estuvo detenido tres años y medio con los demás chicos, la mayor parte del tiempo en Puerto Deseado, y después en Caleta Olivia y en Pico Truncado».

Estas localidades están en la misma provincia, pero las distancias hacen que se los separe aún más de las familias y acentúe el calvario de los trabajadores y sus parientes, que son desde entonces tratados como culpables.

- ¿De que lo acusan a tu tío?

Lo acusan de lo mismo que a todos, no tienen ni una prueba sólida ni una causa, y lo acusan de haber matado al policía Sayago el 7 de febrero.

- ¿Pero ellos tenían armas, la policía encontró el arma homicida?

aNo, no tenían armas, no hay un arma. La policía los secuestra sacando unos anillos de un pozo de agua, lo único que tenían eran herramientas. Cuando llegan los milicos, rodilla en tierra, mano en alto y los cargaron nomás. Ellos estaban en un descampado; es más, había un pariente nuestro de 70 años que había sido operado de los riñones y lo agarraron a culatazos, a propósito nomás porque sabían que había sido operado.

- ¿A qué torturas los sometieron, que te contó tu tío?

Lo que más cuentan ellos es que les hacían cantar el himno, y cuando iban por la mitad del himno les echaban agua fría, y cuando suspiraban, les decían: «ahh, ¡vos no sos argentino hijo de puta!», y le sacaban la cabeza para afuera de la traffic, casi rozando en el asfalto, después que le gatillaban en la cabeza con la pistola.

- ¿Y el resto de los vecinos de Las Heras qué dice?

Es un pueblo chico y todos saben bien que todos los chicos procesados son inocentes, hasta el mismo fiscal se da cuenta, pero es un fiscal de las patronales, que se da cuenta que no tienen pruebas, el fiscal Ariel Candia. La mayoría de los vecinos sabe que son inocentes, lo que pasa que es un pueblo chico y se sabe la verdad. Hasta hace un tiempo atrás la gente tenía miedo, tenía miedo de salir a la calle de comentarte lo que pensaban ellos, pero a partir de que empezamos a movilizarnos Las Heras perdió el miedo, totalmente. Eso es lo que Candia (el fiscal), tiene miedo ahora, por eso pide el apoyo afuera a todos los jueces y fiscales de Santa Cruz, y sigue inventando diciendo que agredimos a su familia.

- ¿Y ahora, cómo es tu vida, estudiás, trabajás, qué hacés?

Mi vida nuevamente es normal. Porque siempre anduvimos con la frente en alto porque somos inocentes, me conocen todos en el pueblo, no tengo miedo de salir a la calle, no hay que tener miedo a esto. Trabajo y estudio, las dos cosas a la vez, en la escuela Industrial la N° 7, voy a quinto año, y trabajo en una empresa petrolera.

- ¿Como es trabajar en el ámbito petrolero con toda esta historia a cuestas?

Se complica todo, tenés todo tipo y clase de gente: gente que te apoya mucho, gente egoísta que te ve y se ríe irónicamente, como diciendo, «jodete, por algo te habrán metido preso», son cosas que molestan pero hay que aprender a vivir con eso, creo que todo va a cambiar y va a ser para bien, porque tiene que salir la verdad, tiene que salir que éstos chicos son inocentes. Por eso no tenemos que dejar de pelear.

- ¿Cuántos son los trabajadores implicados?

Procesados son trece y a seis le piden cadena perpetua, ellos están libres en Las Heras, pero procesados, si alguno de los chicos hubiese sido culpable podría haberse escapado, si tienen hasta el DNI en su poder, todos los que están procesados son inocentes, todos.

Mientras charlamos, los estudiantes van pegando unos afiches en la Plaza Kom Pu Che We. Para Comodoro este tipo de actividades pasa casi desapercibida, pero cada uno de los estudiantes llevará el mensaje a su escuela y lo multiplicará en cada compañero y profesor, invitando a ir el 12 de Diciembre a Caleta Olivia a buscar la libertad de los trabajadores.

Por Violeta Glenis, para ANRed

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