or lo menos tres presos se escaparon de distintas cárceles y pudieron permanecer prófugos indefinidamente porque no tenían orden de captura en su contra, ya que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) no avisó de la evasión a los distintos juzgados que tenían a su cargo a esos reclusos.

Esta grave irregularidad permitió, por ejemplo, que durante al menos once días nadie buscara a Marcelo Leonardo Ameijeiras Ríos , que el 14 de este mes irrumpió en una casa de Tortuguitas y tuvo como rehenes durante más de seis horas a un matrimonio y a su hija. La imagen de Ameijeiras Ríos con un brazo tomando del cuello a la dueña de la casa y con un revólver calibre 38 plateado en la mano derecha recorrió el país.

Al consultar a distintos magistrados del Gran Buenos Aires si era común que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) no avisara sobre algunas fugas, dos jueces afirmaron que también tenían al menos un caso cada uno en el que los presos se escaparon y ellos se enteraron de forma casual meses después. Las autoridades del Servicio Penitenciario no respondieron a las consultas de LA NACION sobre este tema.

«Esto ocurre, a veces, por negligencia de algunos funcionarios del SPB. En otros casos hubo complicidad de al menos un penitenciario. Y en la mayoría de los hechos pasó porque el organismo es un descontrol. Me pasó haber ido a recorrer cárceles y preguntar por un detenido y me respondían que había llegado tarde de la salida transitoria, cuando en realidad nunca había regresado. Si yo no preguntaba no me avisaban», explicó Luis Cayuela, integrante de la Cámara de Apelaciones de San Isidro.

En un juzgado de la zona norte del conurbano un preso estuvo casi nueve meses prófugo sin que nadie lo buscara porque no había orden de captura en su contra. Según fuentes judiciales, el SPB nunca notificó de la fuga al magistrado.

El caso quedó al descubierto de forma casual. En diciembre pasado, la defensora de Ejecución Penal pidió al juez que ordenara una serie de informes sobre las salidas transitorias de ese preso. Las defensorías cuentan con un sistema informático que contabiliza en forma automática el agotamiento de las distintas etapas de la ejecución de la condena. Cuando el magistrado envió los oficios a la cárcel en los que pedía el informe del Consejo Correccional del penal sobre ese preso, le respondieron que se había fugado en abril de 2012. Así, el recluso estuvo prófugo durante casi ocho meses sin que nadie lo buscara.

En otro juzgado, un magistrado recordó que pidió informes sobre un preso bajo su tutela. Como había sido condenado por distintos hechos en diferentes jurisdicciones, este recluso estaba a disposición de distintos tribunales.

Desde la cárcel le respondieron al juez que el preso había sido excarcelado porque se había agotado la pena que cumplía. Los responsables del penal no tuvieron en cuenta que la condena que se había saldado correspondía a un juzgado y que en el otro tribunal le faltaba al menos un año para cumplir.

Ameijeiras Ríos se había escapado el 12 de septiembre de la comisaría de Moreno. Estuvo prófugo entre el 12 y el 23 de septiembre pasados sin que el SPB avisara a la Justicia que había huido con otros cinco reclusos de esa seccional.

Por este hecho, el fiscal de Moreno, Federico Luppi, imputó a cuatro efectivos de la policía bonaerense por haber facilitado la evasión. Actualmente está preso uno de esos uniformados, acusado de haber cobrado 5000 pesos para dejar que se escaparan aquellos detenidos.

Uno de los internos que habían huido fue identificado como Miguel Ángel Ruiz Díaz. Según consta en el expediente al que tuvo acceso LA NACION, ni en la policía bonaerense ni en el SPB habían advertido que el ladrón que había sido detenido el 3 de septiembre pasado, acusado de privación ilegal de la libertad agravada, llevado a la seccional de Moreno e identificado como alias Miguel Ángel Ruiz Díaz era, en realidad, Ameijeiras Ríos, que se había escapado el 12 de abril pasado de la Unidad N° 11 del SPB en Baradero.

La jueza de Ejecución de San Isidro sospechó que Ruiz Díaz y Ameijeiras Ríos eran la misma persona. Fue mientras leía la notificación que le había enviado el fiscal de Moreno para avisarle que había detenido a un ladrón de apellido Ruiz Díaz, al revisar los antecedentes advirtió que estaba cumpliendo una condena a 11 años y medio de prisión, como Ameijeiras. La jueza solicitó el cotejo de huellas dactilares para establecer si Ruiz Díaz y Ameijeiras Ríos eran uno. La respuesta del SPB le llegó el 23 de septiembre, once días después de que se escapara de la comisaría de Moreno.

Ameijeiras Ríos se había fugado dos veces en seis meses de una comisaría y de una cárcel. En 2010 se había evadido de la Unidad N° 48 de San Martín. Durante la toma de rehenes del 14 de este mes pidió garantías de que no lo matarían y dijo que se había escapado de las cárceles del SPB porque había denunciado a varios guardiacárceles por haberlo liberado para que robara automóviles de alta gama para ellos. Actualmente está detenido en el penal de Sierra Chica..

 

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