El vídeo se titula “Doble crimen de Lincoln: detalles del ataque”. La cobertura periodística de Telefé Noticias no busca esconder bajo la alfombra el morbo y la espectacularidad. Están ahí puestos de relieve en el vídeograph, en el relato del cronista y la voz de un vecino de la localidad de Lincoln que cuenta todos los detalles sobre una nena de 9 años que intentaba escapar sin éxito del hombre que hacía instantes había apuñalado a su madre. Según el Monitoreo de Violencia Contra las Mujeres (MVCM) del Observatorio de la Discriminación en Radio y TV, que analizó informativos vespertinos de la TV abierta, el 91 % de las 126 noticias estudiadas no tiene una perspectiva de género.
El informe fue presentado esta tarde en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) y analiza casos concretos sobre cómo los noticieros televisivos revictimizan, identifican a las víctimas, las culpabilizan y ponen el foco en lo morboso y la espectacularidad. También aporta una serie de recomendaciones para las buenas prácticas periodísticas.
El organismo, que depende de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), el INADI y el Consejo Nacional de las Mujeres, analizó 300 horas de noticieros emitidos durante la primera quincena de enero, febrero, marzo y abril de este año.
El monitoreo reveló que de las 126 noticias sobre la temática, la mayoría se emitió durante los primeros dos meses del año. El período coincide con el casamiento de Edith Casas con Víctor Cingolani, acusado de asesinar a la hermana de la mujer, el femicidio cometido por el atleta sudafricano Oscar Pistorius y el doble femicidio de Lincoln.
Otro dato que se desprende del informe es que Canal 9, con el 46%, es el medio televisivo con más cantidad de noticias sobre violencia de género, lo sigue América con el 24, luego Canal 13 con el 14, Telefé con 9 y por último, la TV Pública con el 7%.
Desde 2009, la violencia mediática está tipificada dentro de la legislación argentina. La Ley Nº26.485 de protección integral de las mujeres desarrolla seis tipos de violencia entre los que define la ejercida por los medios como aquella “publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.”
La investigación tomó como base esta definición y tuvo como objetivo relevar las formas de producción de tratamiento que presentan las noticias de esta temática en los horarios de mayor audiencia de los programas informativos en Argentina.
Según el informe, que tiene en cuenta la presencia de noticias en la agenda, la cobertura geográfica, el uso de fuentes y la participación de especialistas, “en el tratamiento periodístico, aún son insuficientes los elementos necesarios para posicionar a la violencia contra las mujeres como un problema social”. El MVCM plantea que el encuadre periodístico de tipo episódico: una cobertura enfocada hacia los acontecimientos, despreciando los elementos contextuales e interpretativos.
Por ejemplo, según el informe, el 59% de las noticias no incluyó la participación de columnistas, periodistas especializados o expertos. Los medios caen en distintos errores. Sobre la identificación de las víctimas, los resultados demuestran que en el 68% se presentaron imágenes que permitieron identificar a las víctimas.
Algunos ejemplos:
“¿Te da un poco de miedo o no? ¿Qué es lo que sentís ahora?”, le pregunta un cronista de Canal 9 a una joven de 19 años que había sido secuestrada en una camioneta blanca en Isidro Casanova, La Matanza. La chica contesta: “Sí, ahora sí. Pensar que en estos momentos también muchas chicas están siendo secuestradas. Así que no sé qué pensar, ahora nunca más salgo sola”. La ocurrente apuesta televisiva había sido acompañar a la chica en un recorrido a pie por el trayecto en el que estuvo privada de su libertad hasta que logró escapar. El videograph que acompaña las imágenes explica: “La odisea de Noelia. Los detalles del secuestro”. Según el Monitoreo, en el 6% de los casos estudiados a las mujeres se las revictimiza, infantiliza o subestima.
Los diferentes protocolos de buenas prácticas periodísticas en noticias sobre violencia de género aconsejan la protección de la identidad de las víctimas. El objetivo es no interferir en su posterior reinserción social: cuando la espuma televisiva baja ellas deben volver a protagonizar sus vidas cotidianas y transitar sus espacios de referencia.
Uno de los casos que presenta el Monitoreo relata un caso de violencia de género sucedido en Punta Lara cubierto por el noticiero de Canal 13. Carlos, había golpeado a su mujer mientras sostenía a su hijo en brazos. Después salió, se subió al auto y lo estrelló contra la casa en la que vivía con su pareja. Las imágenes que dan cuenta del caso muestran el paredón que se volvió escombros después de la embestida del hombre. Más tarde frente a cámara aparece Sofía, la víctima. El camarógrafo la toma en planos medios y primeros planos. El cronista advierte: “No decimos la localidad porque Sofía está amenazada de muerte”. No identifica Punta Lara, pero la cara de la mujer es vista por una cantidad inmensurable de televidentes.
En un 5% de los casos estudiados por el Observatorio los noticieros televisivos culpabilizan a las víctimas de violencia de género. Uno de los casos que se narran dan cuenta de la entrevista de un movilero a una mujer víctima de violencia en la que, paradójicamente, intenta buscar respuestas a una golpiza recibida.
-Esa noche él estaba bebido, ¿es de tomar habitualmente para agredir?
-Y es de tomar…sí, es de tomar.
-¿Y qué motivo aduce para agredirte?
-Ah, no, no, nada, no sé, no tiene coherencia lo que dice.
-Entonces si no hay ningún problema, no hay ningún problema que se pueda solucionar.
-No, no, claro, nada, yo le hablaba… (…) Motivos, yo no… ninguno
En el 23% de los casos analizados los conductores que presentaron las noticias hicieron foco en aspectos sórdidos y detalles morbosos. El ranking del morbo está encabezado por Canal 2 (11%), lo sigue Canal 9 (7%), después Canal 11 (4%) y por último Canal 13 (1%).
En la madrugada del 3 de enero del 2013 se produjeron dos femicidios, uno de ellos con carácter de vinculado. En la crónica policial se conocieron como “el doble crimen de Lincoln”. Las víctimas fueron Roxana Bustos y su hija de 10 años, Evelyn. Miguel Ángel López, el agresor, entró a la casa de Roxana, su ex pareja, y la atacó a puñaladas hasta matarla. La niña de 10 años, que dormía junto a su madre, intentó huir pero el agresor la persiguió, la alcanzó y la apuñaló. El hombre estuvo desaparecido por unas horas y luego apareció ahorcado.
Según el monitoreo, la espectacularidad y el morbo primaron en la cobertura televisiva. América Noticias tituló: “Hay una agonía que es terrible”. Y también: “Lincoln no logra superar la conmoción de lo que le pasó al niño Tomás Santillán. Detalles escalofriantes”. En otro titular este canal de televisión prometía la descripción pormenorizada del morbo: “La masacre paso a paso”. También se dieron detalles sobre cómo apareció el hombre y cuál era el árbol en el que se había ahorcado.
Según los especialistas que analizaron estas noticias, en este caso la búsqueda de impacto en el televidente también estuvo relacionada al uso músicas incidentales y de suspenso.
Según el Monitoreo, existe una tendencia a sobredimensionar el relato periodístico en casos de violencia de género. Se usan palabras como “tragedia” u “odisea”. Por ejemplo, Canal 2 para narrar el femicidio de la pareja del deportista sudafricano Oscar Pistorius tituló: “La tragedia del velocista Pistorius”. El informa también plantea que a los delitos de violencia contra las mujeres se les adjudican términos propios de la literatura griega, otorgándoles así una connotación que denota acciones fatalistas, inevitables o determinadas por el destinos. Así, se los trata como casos aislados y no como una problemática coyuntural.