En lo penal, pensamos que hay que pensar

Publicado en Opinión el 10/02/14 1:30 PM

justicia

Atreverse a pensar en la dirección opuesta a lo que el momento ordena siempre es un acto de valentía. Hoy es muy fácil sumarse a quienes achacan todos los males a la inseguridad delictiva, y con ellos a determinado tipo de sujetos, a determinada clase social.

En esta columna vendremos a proponer un ejercicio de pensar, a contramano de las emociones más urgentes. A reflexionar, en contra de sumarse convenientemente a un coro de gritos. Los que aquí vamos a escribir somos personas de carne y hueso: alguna vez hemos sufrido, en carne propia un delito, y nos hemos sentido indignados, y seguramente en su momento deseamos lo peor para aquel que nos lo hizo sufrir.

Pero también somos personas que estamos en contacto permanente con la policía, con la cárcel, con las torturas, vejaciones y sufrimientos, de aquellos que viven encerrados en esos mundos, y con sus familiares, del otro lado del muro. Vemos todo eso, lo sentimos, también. Y la solución del encierro no nos cierra. Algo clama en la conciencia que nos dice que lo que vemos ahí no está bien tampoco.

Es nuestra experiencia como operadores y actores en el sistema penal o en trabajos o lugares que lo tocan, la que nos convoca, la que nos exige moralmente, ese ejercicio del pensar más allá de nuestras reacciones, más allá de las posturas cómodas que achacándole el mal absoluto al otro, pueden justificar que a él se le haga cualquier cosa.

Algunos de quienes pensamos que hay que pensar en estas cosas nos hemos organizado, en este caso, por ejemplo, en una revista y una red de acción y debate, que se propone cambiar las cosas. Esta red que es la Asociación Pensamiento Penal está integrada por operadores del sistema penal (jueces, fiscales, defensores, docentes y estudiantes) de todo el país. En el centro de nuestras ideas y objetivo está la dignidad de todo hombre y mujer, incluso la de aquellos que a los que la ley se los niega, también incluso aquellos a los que la ley y sus instituciones han privado de su libertad o condenado, aunque esto estuviera justificado como un castigo por un hecho que ha cometido.

Dicho de otra manera, nuestros principales objetivos son la promoción, el respeto y resguardo de los derechos humanos. Y por eso despierta nuestra reacción moral atestiguar que, tras el nombre de la justicia se intenta legitimar los más ominosos atropellos, dar una justificación institucional al sadismo o a la crueldad.

También nos alarma constatar que ese sistema legal e institucional que es llamado en ocasiones “La Justicia”, se aplica con distinta vara a unos y a otros: con mayor dureza y crueldad mientras menos recursos se tengan para denunciarla y resistirla; con mayor tolerancia y perdón a aquellos que desde su jerarquía social, pueden evitar la degradación. Finalmente, y visto desde el gran cuadro, parece que siempre los castigados los ponen los que menos tienen; y que el resultado es que no sirve para proteger ni los bienes ni el bienestar de todos, sino de los que más tienen.

Pero esta alarma moral no se puede agotar en la indignación. Llama a la reflexión y a la acción. La reflexión sobre las formas de reducir o evitar estas desigualdades, de evitar la indignidad, la violencia institucionalizada, el atropello. La acción en muchos niveles, para concientizar, intervenir, controlar, interpelar, a quienes de una forma u otra estamos involucrados en las instituciones de aplicación de violencia. Eso es lo que proponemos desde esta institución.

Pensamiento Penal comienza hacia fines de 2004, cuando a partir de la inquietud de un grupo de juristas, académicos y funcionarios judiciales se crea un espacio virtual para debatir ideas y reflexionar sobre el funcionamiento del sistema penal en un Estado democrático y con la mira en la defensa de los derechos fundamentales. Ese espacio es la revista virtual (www.pensamientopenal.com.ar), que fue cobrando relevancia impulsada por un foro de discusión y estudio desde una perspectiva crítica de la realidad social y penal.

En el año 2006 se constituyó formalmente la Asociación Pensamiento Penal para contribuir en los procesos de transformación democrática de los sistemas judiciales en toda la región, en la difusión de ideas vinculadas a la libertad y al derecho penal de mínima expresión, en la elaboración de material jurídico, en la capacitación como herramienta de cambio y en la proposición de políticas públicas penales respetuosas de los derechos humanos. La Asociación ha sido, desde su composición original, multidisciplinaria y federal. Esto nos ha permitido conocer y actuar en las realidades penales de cada una de las provincias.

Durante todo este tiempo hemos intervenido a través de “Amicus Curiae” en procesos o situaciones de alto impacto de vulneración de derechos fundamentales y en la constante emisión de pronunciamientos reclamando la protección de sectores vulnerables que, muchas veces, no tienen fuerza suficiente en su propia voz para reclamar.

Intervenimos mediante pronunciamientos y dictámenes en deliberaciones legislativas relacionadas con la sanción de leyes penales. Y nos encontramos en redes de cooperación con otras instituciones públicas y privadas relacionadas con el sistema de penal.

Desde 2010 contamos con un campus virtual de educación a distancia, integrado por profesores de diversas ramas del saber penal y de reconocida trayectoria en los ámbitos de actuación judicial, docente e investigativo, y ha posicionado a la institución a nivel nacional e internacional.

La Asociación Pensamiento Penal es una institución democrática, plural y ampliamente participativa. Por ello, compartir este espacio, que esperamos que sea otro “espacio para la justicia y la libertad”, con los lectores, nos entusiasma. Y también nos estimula a seguir pensando a contramano de lo que las voces de los gritos imponen, nos convoca a seguir interpelando, a todos y cada uno, por la defensa de la dignidad de todo ser humano. Dicho de otro modo, a la lucha por la plena vigencia de los derechos humanos fundamentales. Esperamos que el lector, si no encuentra aquí una voz dónde reconocerse, encuentre una voz con la cual preguntarse.

Fuente: Adolfo Christen, para 24Baires

 La nota original en http://www.24baires.com/opinion/40190-en-lo-penal-pensamos-que-hay-que-pensar/