El diario La Mañana de Neuquén publicó un informe sobre adolescentes que se muestran armados en fotos publicadas en Facebook. Algunas imágenes, rastreadas por Internet, pertenecen a publicaciones antiguas de Mendoza, capturas de video de Youtube y hasta una es propiedad de la agencia internacional AP sobre la violencia en Libia.
El fin de semana el matutino publicó un informe (de varias entregas) sobre la supuesta red de narcotráfico que hay en la ciudad en la que participarían bandas delictivas, adolescentes, niños y la policía. En la edición del sábado 23 de febrero de 2014 la nota sobre el tema se publicó bajo el título “Los pibes del Oeste se muestran armados y con drogas en Facebook”. En la crónica se asegura que “se produjo una llamada de una fuente que se limitó a decir: ‘Revisen los Facebook de… (y dieron un par de nombres)’. Esa misma jornada comenzamos a navegar en la red social más popular del mundo. Dimos con estos chicos y nos extendimos al grupo de amigos y familiares. A partir de eso juntamos todas las fotos que acompañan el artículo”.
Lo llamativo fue que luego de la publicación en el diario de esas fotos comenzaron a circular por las redes sociales denuncias de que las imágenes no pertenecerían a la ciudad de Neuquén. Una protagonizada por dos jóvenes armados que se apuntan entre sí fue publicada en diciembre de 2012 en Taringa en una nota titulada “Impactantes fotos Mendoza: chicos armados”, y también fue replicada por diarios de la vecina provincia como “Uno” de San Rafael. Otra foto que ilustra la nota es la de un cigarrillo de marihuana encendido, y al ser rastreada por Internet, se halló que es parte de unacaptura de un video de Youtube. En tanto, una tercera sería de la agencia de fotografía AP, que retrata a un niño con un revolver durante las revueltas en Libia. En la doble página del diario la foto aparece ocupando casi media página y muestra la mitad del niño con el arma en alto. Al ser rastrada por Internet se encontró la misma imagen publicada por el sistio “Msn Noticias” de Perú bajo el título “País en guerra”. La foto del niño tiene el crédito de la agencia AP y del fotógrafo Ben Curtis. (Las fotos no serán “re-publicadas” en este medio para no continuar con la vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes).
El informe contenía más fotografías de adolescentes que aunque certeramente pertenezcan a jóvenes de Neuquén estaríaninflingiendo el artículo 20 de la ley 2302 “De protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes”. El apartado sobre el derecho a la reserva de identidad establece que “Ningún medio de comunicación, público o privado, difundirá o publicará información o imágenes que infrinjan el derecho al respeto y a la dignidad. Quedando prohibida toda individualización de niños o adolescentes infractores o víctimas de un delito. El juez competente mandará cesar en su conducta, de conformidad con el artículo 1071 bis del Código Civil, al medio que violare dicha prohibición”.
Aún si no existiera ese marco legal, publicar imágenes de niños o jóvenes en esa situación, es una decisión ética cuestionable para cualquier periodista y/o empresa periodística.
Planes de estigmatización
El informe que presentó el diario La Mañana es abordado desde una perspectiva que estigmatiza la delincuencia, la pobreza y sobre todo a los niños, niñas y adolescentes que viven en el oeste capitalino. Generaliza la portación de armas, aduciendo que quienes viven de la calle Godoy para el oeste son ladrones, se drogan y forman parte del narcotráfico neuquino. También detalla el supuesto funcionamiento de las redes de narcotráfico identificando roles que cumplen los niños y jóvenes neuquinos, pero sin citar la fuente que habría revelado dichos detalles. En caso de citar una fuente se lo hace bajo el criterio de “reservado” (no se pone ni el nombre ni el apellido). No se tiene la misma reserva con la publicación de las fotos donde aparecen los adolescentes.
La crónica refuerza además la idea de los planes de seguridad que viene implementando el gobierno provincial desde los tiempos de Jorge Sobisch.
El Plan Integral de Seguridad (PIS) fue presentado en 2007 y, en base a una investigación realizada por 8300 que accedió al documento “reservado”, tenía como objetivo capacitar a efectivos policiales, equiparlos, trabajar de manera conjunta con las empresas de seguridad privadas y “trabajar en zonas degradadas donde viven personas riesgosas” (el oeste).
El Plan de Sobisch tenía como supuestos que la delincuencia se concentra en grupos de riesgo integrados en su mayoría de hombres de 15 a 24 años, “excluidos del mercado laboral y del sistema educativo; que viven en un entorno violento; hijos de individuos privados de la libertad; con antecedentes criminales”; y que “la comisión de un delito es un negocio cuando las oportunidades de escapar son mayores que las de ser atrapados”.
Seis años después el gobierno de Jorge Sapag viene desarrollando medidas que continuaron ese Plan Integral. El ministro de Coordinación de Gabinete, Seguridad y Trabajo, Gabriel Gastaminza, anunció el año pasado la inversión de 30 millones de pesos para reforzar el “Sistema de Seguridad Urbano”, basado en móviles policiales que patrullan los barrios de la ciudad, cámaras de seguridad y equipamiento para los efectivos.
En este contexto se ha registrado el incremento asesinatos de jóvenes a manos de policías. Matías Casas fue ultimado por el policía Héctor Méndez, quien espera el desarrollo del juicio en su contra, Braian Hernández murió ejecutado por el cabo Claudio Salas, condenado a prisión perpetua. Un joven de 19 años murió el domingo pasado en una persecución y no hay una versión oficial clara del hecho.
Los planes se ejecutan con el control, con patrulleros y balas. El desarrollo de espacios deportivos, de contención social, de recreación e inclusión no se han concretado hasta el momento en los barrios del oeste neuquino, ni del este. Familiares de jóvenes asesinados por la policía vienen reclamando desde el año pasado políticas públicas que tiendan a la inclusión.
Si bien el Estado emepenista ha sostenido una visión policialista de la seguridad, no es menos cierto que los medios de comunicación, con estas prácticas, legitiman ese paradigma.
La nota de La Mañana, no investiga la realidad: la arma a imagen y semejanza de la política represiva oficial.