El ministro de la Corte Suprema de Santa Fe, Daniel Erbetta, se pronunció ayer sobre los ataques de vecinos a supuestos ladrones, a raíz del asesinato de un joven en barrio Azcuénaga. El juez fustigó «la idea de luchar contra la violencia con más violencia», habló de «responsabilidades compartidas» y apeló «a la conciencia de la sociedad».
Luego de advertir que «varios sectores manifestaron su preocupación por el crecimiento exponencial de la violencia», el integrante de la Corte señaló que su opinión «es bastante predecible: este episodio que desencadenó un supuesto intento de robo no sólo es preocupante, porque si algo caracteriza a la sociedad organizada es tener la forma de canalizar el sentimiento de la víctima de cualquier delito, para eso es el estado de derecho», indicó.
«Realmente preocupa porque no se trata sólo del episodio de la pérdida de una vida humana, en este caso un joven de 18 años, es más preocupante por la cantidad de intentos de ese tipo», señaló en diálogo con LT 3.
Respecto de caminos para una solución, Erbetta sostuvo: «Hay que apelar un poco a la conciencia, para que una situación como la que se vio jamás puede tener una respuesta con la desproporción que tuvo: es decir una persona sospechada de robo recibe lisa y llanamente la muerte».
El juez de la Corte fue claro: «Estamos hablando de la idea de luchar contra la violencia con más violencia y el problema es que la violencia nunca fue solución a un conflicto, es más un camino de potenciación de los problemas».
También aceptó que «es una situación muy compleja y hay que reflexionar sobre eso como sociedad, ya que se ve de manera cotidiana, en el tránsito o en una cancha de fútbol. Hay una responsabilidad de las instituciones básicas, pero también las organizaciones sociales, la escuela y la familia deben hacer un gran aporte». Finalmente Erbetta resaltó que «hay una sensación muy profunda de impunidad en la sociedad, pero se debe tener en cuenta que nunca se puede resolver un problema a partir de la bronca y la venganza».
Sentenció que «la responsabilidad es bastante compartida, hay un permanente mensaje de violencia, además del contexto que vive la ciudad de Rosario».
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