Un hombre que está detenido en el Penal 1 de Viedma enfrenta un grave riesgo de salud porque, a modo de protesta, tragó cucharas, chapitas, bombillas y hasta un alicate. Numerosos elementos metálicos están atrapados en su sistema digestivo y los médicos dictaminaron que su organismo ya no soportaría más exposición a la radiación, por eso dejaron de hacerle radiografías.
La última vez que lo analizaron a través de rayos X tenía objetos de distintos tamaños alojados en el estómago, el intestino grueso y el intestino delgado, según el informe que el médico del Servicio Penitenciario Provincial hizo llegar a la justicia.
Hugo Orlando Maciel, un hombre con antecedentes penales oriundo de la provincia de Buenos Aires, está procesado con prisión preventiva por un «robo calificado por el uso de arma de fuego, en poblado y en banda». Comparte la causa con otros dos sospechosos, también detenidos.
Según revelaron fuentes judiciales y penitenciarias, desde hace tiempo Maciel está reclamando ser trasladado a una cárcel de Buenos Aires y decidió comenzar a «ingerir elementos metálicos» para presionar al SPP a que tome la decisión de pasarlo a una unidad Federal. El motivo de su pedido sería poder estar más cerca de su madre, que estaría enferma. Una fuente carcelaria dijo que el hombre atraviesa un cuadro depresivo. Según las leyes de Ejecución de Penas (la provincial Nº 3008 y la Nacional Nº 24660), la determinación del lugar de alojamiento de una persona sin condena firme es resorte exclusivo del SPP. La razón por la cual el planteo del detenido ha sido denegado hasta ahora sería presupuestario, trascendió de una fuente del Penal 1.
Maciel está detenido a disposición de la Cámara Criminal Primera de Roca, que esta semana fijó para el 1 de agosto su juicio por el robo. De las constancias médicas y los informes que las autoridades de la cárcel han remitido a la Cámara surge que el detenido «todos los días» ingiere un nuevo «cuerpo metalizado». En la lista figuran un alicate, cucharas de distintos tamaños, bombillas, un mango de cuchillo y trozos de hierro, sin que hasta ahora haya podido expulsar de manera natural los objetos más riesgosos.
Ante cada ingesta los médicos lo sometieron a placas radiográficas para poder conocer la ubicación de los elementos. Pero el pasado viernes se supo que los facultativos dijeron basta.
El problema, apuntaron en un informe a la Cámara, es que Maciel alcanzó «el grado máximo de radiación» posible para un ser humano. Nuevos estudios con rayos X no harían más que agravar su situación. También consta en los registros que el detenido cuadra dentro de los parámetros de la «normalidad», según las pericias psicológicas y psiquiátricas a las que ha sido sometido. Uno de esos informes sólo reveló un rasgo «manipulador» en su personalidad. (Redacción central)
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