En lo que va de 2014, ingresaron casi 3.100 denuncias de violencia familiar a la secretaría civil de la mesa de entradas única de los Tribunales provinciales. En promedio, la cifra denota un incremento si se toma en cuenta que en todo 2013 fueron alrededor de 5.400 las causas iniciadas. Si bien el informe no abunda en el detalle de cantidad de causas por cada mes, los operadores judiciales consideran que en el segundo semestre de este año las denuncias podrían llegar en igual número que en los primeros seis meses transcurridos. En tanto, en 2012 habían sido 4.800 las presentaciones judiciales de este tipo. Otros datos hablan de la cantidad de causas ingresadas por pedidos de exclusión de hogar, cuota de alimentos, tenencias, régimen de visitas y guardas. «Esperamos que el camino en la Justicia sea cada vez más efectivo y eficaz para realmente ponerle fin a la violencia», planteó la abogada Susana Chiarotti, directora del Instituto de Género, Derechos y Desarrollo (Insgenar).
Las causas de violencia familiar que ingresan a los juzgado de Familia incluyen a mujeres víctimas de violencia de género; niños, niñas y adolescentes que reciben malos tratos; y hasta ancianos. «Podría decirse que más mujeres son recibidas por el sistema, pero después qué pasa? Se les da justicia? El sistema judicial está preparado para las investigaciones? Se aplican sanciones efectivas?», preguntó la abogada. Según consideró, «de cinco pasos que tiene un proceso de resolución de violencia para las mujeres víctimas, recién se está resolviendo el tema de la denuncia». Para Chiarotti, el trámite tiene que ser «rápido, efectivo y con una investigación; a ello le debe seguir una sentencia, con medidas precautorias urgentes; sanciones al acusado y reparación a la víctima, que es un horizonte al que no se llegó».
En cuanto a la situación de los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia familiar, Chiarotti planteó que hay chicos que pueden sufrir violencia directa o indirecta. «La violencia directa puede ser un golpe de parte de cualquier miembro de la familia, del que agrede a la madre o de quien sea». Esto, se da en casos en los que «se ha instalado una interacción violenta dentro del hogar, donde probablemente puede estar naturalizada con lo físico, pero también con insultos y malos tratos». En tanto, «la violencia indirecta es la generada a un chico por el hecho de que golpeen a alguien de su casa. Todo hecho violento crea un trauma en la criatura, aunque no reciba un golpe o sea insultado directamente. A eso le sigue un proceso de naturalización que lleva a que, según estudios, se repitan las conductas», señaló. Al mismo tiempo, la letrada indicó que «los niños y niñas son lo que llamamos comunidad de daño: las personas que son afectadas por la violencia que sufre un miembro de la familia; personas que rodean a una víctima directa».
Chiarotti relacionó los casos de ancianos como víctimas de violencia (que se dan en menor medida), «con el sistema capitalista que dice que uno vale mientras produce». Según indicó, la Organización de las Naciones Unidas «acaba de sacar una recomendación sobre adultos mayores, por la creciente violencia que tiene que ver con el desamparo del nuevo modelo de familia; y también con los modelos productivos».
En rigor, según el informe de Tribunales, entre enero y junio de 2014 se radicaron 3.094 denuncias de violencia familiar. Además, hubo (en la justicia de Familia) más de una decena de pedidos de exclusión de hogar, en este primer semestre; mientras que en 2013 fueron 37; y 28, en 2012. Otro dato es que ingresaron más de 1.100 trámites por alimentos; que en todo 2013 fueron unos 2.400. En tanto, los trámites de régimen de visitas, hasta junio, fueron 334.
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