Jesica Vanesa Pérez será penada por homicidio simple y le fijarán una condena que va de los 8 a los 25 años de prisión. Denunció que su ex pareja la golpeaba y no la escucharon. Un día, fue y cortó la amenaza con un cuchillo. La herida le costó la vida a Emilio Cisneros. El engranaje de justicia no  hizo nada para evitar que el muerto hoy estuviera con vida: si hubieran atendido la denuncia por violencia de género podrían haber cambiado la historia. Ahora, quieren dar una lección a la sociedad sin contar la versión completa.

 

Los jueces Carlos Mattei, Carlos Bessi y María Florencia Maza no tuvieron en cuenta que Jésica Vanesa Pérez fue abandonada por el estado desde muy pequeña y la condenaron por homicidio simple. Llegó a denunciar en sede policial que Emilio Cisneros la golpeaba pero nadie hizo nada.

Hoy los pétreos magistrados consideraron que “no existió un accionar ilegítimo inmediato de parte de Cisneros que la pusiera en peligro y legitimara su accionar”. Jésica reaccionó porque estaba convencida que a la violencia de género, Cisneros le sumó la sustracción de un televisor que había comprado con el ingreso obtenido en un taller de panadería a partir del cual dejó de prostituirse.

Para los jueces no quedó claro que ella tuviera “la certeza de que él haya sido el autor, admitiendo que se trasladó hacia el lugar donde lo agredió con el fin de darle un susto o solamente pincharlo, circunstancias que demuestran claramente la inaplicabilidad de la causal de justificación invocada por la Defensa”, dijeron en su fallo.

Jésica Vanesa Pérez fue internada en un hogar de menores y se escapó a los 6 años. Desde los 12 ejerció la prostitución para sobrevivir, la volvieron a internar en un hogar de menores y luego, en un centro de rehabilitación para adictos a las drogas.

El 11 de marzo de 2012 Jésica volvió a arreglárselas sola. Cortó la relación de violencia de género con un arma blanca con la que le dio muerte a Juan Emilio Cisneros, su ex pareja, el hombre que la golpeaba.

Jesica Vanesa Pérez (24 años), es madre de dos hijos, (de 6 y 9 años). El inesperado final se dispara por un incidente menor. Emilio le robó el televisor que había comprado pocos días antes con el fruto de su trabajo en el taller de panadería. El hecho desencadenó la bronca acumulada contra su golpeador. Tomó un cuchillo y se las volvió a arreglar sola. Cisneros recibió una puñalada en el pecho que le provocaría una herida mortal.

Los jueces consideraron que “las circunstancias relativas a la historia de vida de la historia de vida de la imputada, signada por el abandono desde su niñez, el desamparo, abusos, violencia y vulnerabilidad, legalmente no son argumentos válidos a los fines de la aplicación del art. 34 inc. 6º o 81 inc. 1º del C. Penal, como pretende la Defensa”.

La fiscal Cecilia Martini, que defendió a los patoteros que atacaron a los trabajadores de la empresa Dumas y amenazó con meter presos a los agredidos, consideró que “la violencia de género no es causa para llegar a matar”.

Nada dijo sobre las mujeres que pierden su vida ante la pasividad del estado, que las invita a denunciar y luego no hace nada. Ella es parte de ese engranaje estatal en pos de la justicia. Hoy actuaron a favor de otra víctima pero nada hicieron para que Cisneros siguiera con vida y que el transitar de Jésica no fuera un calvario.

Cuando le fijen la cuantía de la pena, se encorsetarán en un Código Penal que desde su letra fría estipula la posibilidad de cargarle entre 8 y 25 años de prisión. Ese día, el estado pampeano volverá a condenar a la joven. Creen en su solemnidad y se muestran remisos a revisar sus actos.

Los honorables están convencidos de que el fallo debe ser ejemplificador y no habrá miramientos. A la vícitma que se convirtió en victimaria, la van esconder tras las rejas. Lleva más de 2 años de prisión domiciliaria. Será justicia…

JJB

 

http://www.planbnoticias.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=32692:2014-07-11-21-40-17&catid=52:la-ciudad&Itemid=70