Luego de una audiencia sin sobresaltos, el kirchnerismo aprobó en comisión el pliego del jurista Roberto Carlés como postulante a integrar la Corte Suprema de Justicia y convocó a una sesión para su tratamiento en el pleno del Senado el próximo 15 de abril. Sectores de la oposición como la UCR y el FAP adelantaron su rechazo, mientras el PRO y el Peronismo Federal se ausentaron de la reunión en la que Carlés respondió las consultas de los legisladores. Luego de una jornada que consideraron “positiva”, la expectativa del kirchnerismo quedó centrada en conseguir los votos en la Cámara alta para concretar su designación, ya que según el decreto firmado por Néstor Kirchner en 2003 son necesarios dos tercios de los senadores presentes para lograrlo. “Quedó demostrada la solvencia del doctor Carlés, que cumple con los requisitos legales y constitucionales para su designación”, aseguró el jefe de la bancada oficialista, Miguel Pichetto, en respuesta a las críticas opositoras centradas en la juventud del postulante y su falta de experiencia dentro del Poder Judicial.

Pasadas las 10 de la mañana empezó la reunión de la comisión de Acuerdos, presidida por el kirchnerista Rodolfo Urtubey. Además de los senadores, asistió un pequeño grupo de diputados opositores compuesto por la macrista Laura Alonso y los radicales Manuel Garrido y Juan Pedro Tunessi. El massismo, a pesar de no contar con representación formal en el Senado, no quiso perderse la oportunidad y llevó a su propia barra con pancartas, remeras y banderas para llamar la atención. El grupo de mujeres encabezadas por la concejal del Frente Renovador, Marcela Durrieu, suegra de Sergio Massa, pedía que el lugar vacante por la renuncia de Raúl Zaffaroni sea completado por una mujer, ya que la única integrante femenina que queda en el tribunal tras el fallecimiento de Carmen Argibay es Elena Highton de Nolasco.

A su turno, Carlés advirtió sobre las dificultades concretas para cumplir con el cupo femenino cuando la Corte posee sólo cinco miembros y remarcó que “la presencia de una minoría en un cargo no garantiza que se defienda o protejan los derechos de esas minorías”. El candidato expresó su compromiso para promover y profundizar el trabajo de la oficina de la mujer que funciona bajo la órbita de la Corte y, además, impulsar el tratamiento de otros temas como la trata de personas y la situación de las mujeres privadas de su libertad. Al cierre del debate, Pichetto volvió sobre este tema y agregó que no sólo debe tenerse en cuenta la cuestión del cupo, sino también la necesidad de incorporar un especialista en Derecho Penal –como Zaffaroni–, ya que el resto de los miembros del máximo tribunal se reparten entre civilistas y constitucionalistas.

La jornada había comenzado con la lectura del extenso currículum vitae del postulante, la larga lista de adhesiones tanto nacionales como internacionales, las impugnaciones y los descargos realizados por Carlés. Recién entonces llegó el turno de las preguntas, primero las enviadas por escrito a la comisión y luego las de los propios senadores. El radical Luis Naidenoff fue el más duro, al cuestionar su tarea como coordinador de la comisión que elaboró el anteproyecto del Código Penal en simultáneo con la tarea de asesor “full time” de la Dirección de Obras y Servicios del Senado. “Creo que nos está mintiendo”, señaló Naidenoff luego de que Carlés le respondiera que trabajaba hasta sábados y domingos, a costa incluso de los reproches familiares. El senador por Formosa también le preguntó sobre la situación judicial de Amado Boudou, a lo que Carlés respondió que la Justicia debe actuar “libremente y sin ningún tipo de interferencias”.

En la audiencia, Carlés dejó varias definiciones. Por un lado, se pronunció a favor de que los jueces paguen Ganancias y se encolumnó detrás de la jurisprudencia actual de la Corte en temas como el aborto y la despenalización del consumo de drogas. “El delito de aborto forma parte de la política criminal del Estado argentino. La Corte no tiene nada que decir respecto de la constitucionalidad de la política criminal”, señaló. Más allá de su conocida relación con el papa Francisco, se pronunció a favor tanto del matrimonio igualitario así como de la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Respecto del comienzo de la vida, Carlés se expresó a favor de darles “protección” a los embriones, aunque no hayan sido implantados en el seno materno. De todas maneras, aclaró que no le correspondería el mismo estatus jurídico de persona. Ante los cuestionamientos por la supuesta falta de “independencia” respecto del Gobierno, remarcó que no posee ninguna militancia partidaria ni en agrupaciones judiciales. Recordó que se afilió a la UCR a los 18 años inspirado en Raúl Alfonsín y que luego tuvo un breve paso por el ARI durante sus años de universidad. En contraposición, Carlés advirtió que deliberadamente se han tratado de ocultar pronunciamientos críticos hacia funcionarios nacionales para “construir la idea de un candidato adicto o sumiso”. Por otro lado, desconoció algunas expresiones polémicas atribuidas a él en las redes sociales.

Tras la insistencia del jefe del bloque radical, Gerardo Morales, en la “trayectoria insuficiente” y la “falta de experiencia” de Carlés, Pichetto retrucó con el antecedente del ex ministro de la Corte Julio Oyanarte, que ingresó al tribunal con 38 años, cuatro más que el propuesto por el Ejecutivo. “La experiencia es un peine que te dan cuando te quedás pelado”, citó el rionegrino, en referencia a los dichos de Ringo Bonavena. Con un apoyo que en promedio ronda los 40 senadores, la pelea pasará ahora por llegar a los 48 votos, en caso de que asistan los 72 senadores. La mirada está depositada en la bancada del peronismo disidente encabezada por el puntano Adolfo Rodríguez Saá. Algunos miembros de ese interbloque, como el sanjuanino Roberto Basualdo ratificaron ayer su rechazo, por lo que el camino hacia la designación es, por ahora, estrecho.

 

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