La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)alertó hoy que los asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas de activistas humanitarios “han ido en aumento en América Latina”.
Al presentar un informe en Ginebra en el marco del periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la CIDH indicó que los casos aumentaron en los países donde se ha producido un quiebre democrático o persiste un conflicto armado interno.
Agregó que esta situación se repite también en las naciones donde hay un constante enfrentamiento con grupos del crimen organizado o sectores de gran poder económico, como las empresas que lideran proyectos de las industrias extractivas.
La CIDH denunció además que continúan las amenazas, seguimientos y allanamientos, así como los señalamientos por parte de las autoridades “que desprestigian y estigmatizan la labor de defensa de los derechos humanos”.
Indicó que existe una creciente sofisticación en los mecanismos destinados a impedir o desmotivar la labor de defensa y promoción de los derechos humanos. Esa situación se refleja en la apertura de causas penales, la restricción de fuentes de financiamiento a las organizaciones y la ausencia de mecanismos adecuados y efectivos para su protección, agregó.
Organizaciones humanitarias podrían perder financiamientos
Respecto a los países de particular preocupación, la CIDH destacó la situación en Colombia, México, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela, donde los ataques contra activistas “afectan seriamente el respeto a los derechos humanos”.
Manifestó además su preocupación por el hecho de que las organizaciones humanitarias corren el riesgo de ser “asfixiadas” a través de la eliminación de su financiamiento.
Como ejemplos, la CIDH citó a Brasil, donde en cinco días de mayo de 2011 fueron asesinados cuatro activistas contra la tala de árboles, mientras que 125 líderes campesinos están amenazados de muerte. Otro caso de especial mención es el de Venezuela, donde al menos 97 líderes sindicales fueron asesinados entre 2007 y 2010. En Colombia, hubo 68 víctimas mortales entre 2006 y 2010, se añadió en el informe.
Los defensores de los derechos humanos son “un pilar esencial para el fortalecimiento y consolidación de las democracias, por lo que cuando se les ataca, se afecta directamente al resto de la sociedad”, apuntó la CIDH.