El Programa Acompañamiento y Supervisión en Territorio, más conocido como ‘Libertad Asistida’, trajo importantes reconocimientos para la Provincia, debido a las ventajas que ofrecía para el abordaje de chicos en conflicto con la Ley. Sin embargo, desde hace poco más de un año, este programa –perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia- prácticamente no funciona.
Según informaron fuentes consultadas, este Programa había sido bajado desde Nación, que destinaba fondos para su funcionamiento. Luego, la Provincia lo incorporó a su presupuesto. Sin embargo, hace tiempo que no funciona. No obstante, la misma fuente anticipó que la cartera social tiene previsto volver a poner en funcionamiento este Programa.
El juez de Menores Rodrigo Morabito, consultado al respecto, comentó que este programa, en algún momento, estuvo en funcionamiento y trajo muy buenos resultados, con los agentes que trabajaban. «Era muy interesante el Programa, que era bajado desde Nación. La Provincia, de manera acertada, lo adoptó. Fue una muy buena medida alternativa para tratar a los chicos en conflicto con la Ley penal. Ellos se sentían acompañados, supervisados y contenidos por el acompañante”, precisó.
Sin embargo, reconoció que desde hace un tiempo para la Justicia Penal Juvenil el programa dejó de funcionar. Según el magistrado, desde la Justicia Penal Juvenil, desde hace poco más de un año, no se está trabajando con este programa, que era fundamental.
Además, explicó porqué ‘Libertad Asistida’ tenía un importante valor para el abordaje de jóvenes presuntos infractores. «El juez tiene una medida alternativa a la privación de la libertad. La privación de la libertad de todo niño, niñas o adolescente es excepcional, como última ratio, última medida. El Programa Libertad Asistida preveía una rama de alternativas. El chico no solo era supervisado sino que también podía realizar distintas actividades recreativas y llevar adelante alguna profesión o estudio. Se iba trabajando en materia de reinserción y reeducación”, detalló.
En este sentido, destacó que la finalidad del régimen Penal Juvenil es la reintegración social y familiar del adolescente en conflicto con la ley. Por ello, recordó, también fue integrado este programa en el anteproyecto de Régimen Penal Juvenil que ambos jueces de Menores, Morabito y Fabricio Gershani Quesada y la comisión ad hoc de la Asociación Pensamiento Penal, habían presentado en mayo de 2012
«Este programa traía muy buenos efectos, trabajados del modo adecuado, y muchos beneficios que permitían la desinstitucionalización del adolescente. De este modo, no iba a parar en una institución por estar en conflicto con la Ley Penal, sino que estaba acompañado y contenido para su resocialización”, aseguró.
Sobre los efectos negativos del encierro en un adolescente, el juez advirtió que la privación de la libertad en materia penal juvenil –como lo estipulan la Convención de los Derechos del Niño, las Reglas de Beijing, las Directrices de Riad y toda la legislación que conforma el marco normativo de la niñez en conflicto con la Ley- tiene que ser la última ratio y excepcional, por hechos graves o por reiteración de hechos delictivos, en las cuales no se pudo contener al joven.
«La desventaja de tener a un chico en la institución implica tener un alto estigma. Aunque los lugares de detención reúnan las condiciones, siempre hay, dentro de un contexto de encierro, una cuestión de violencia estructural. La institucionalización, el encarcelamiento y la privación de la libertad deterioran a una persona, más aún a un chico en desarrollo”, aclaró.
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