Meta Nº 1: Mejora y reparación de infraestructura

Para mejorar la infraestructura de la unidad, se realizaron las siguientes acciones en el período comprendido entre agosto y diciembre de 2015: Mediante reuniones con familiares de internos, los internos y la comunidad cristiana (permitiendo que los familiares recorran la Unidad por dentro para la toma de consciencia en las carencias estructurales) se llegaron a acuerdos que permitieron realizar algunas obras con materiales aportados por la comunidad y con cero costo para el Instituto. Los internos pintaron los módulos 1, 2 y las barracas. Construyeron en el mismo período dos salones para el dictado de clases, como así también una escuela de deportes (gimnasio y sala de pesas), ambas en espacios vacíos del módulo1. En un local vacío, donde operó alguna vez una cocina, los internos colocaron un emprendimiento de almacén. Debajo de una garita abandonada, se construyó una peluquería utilizando la estructura existente. Los internos construyeron una sala de producción de productos de limpieza y contigua a la misma se construyó la oficina de trámites internos (gestionada por las ppls). La comunidad cristiana, mediante donaciones comenzaron la construcción de la iglesia. Antes de finalizar el año, las mismas ppls colocaron un servicio interno de parrillada en el patio del módulo 1, para mejorar la estadía de las visitas los días martes, jueves, sábados y domingos. En el período enero a marzo de 2016, los internos continúan con la construcción de la biblioteca de la unidad, una casa de empanadas, un servicio de parrilla para la visita del módulo 2, cuatro piezas para servicio de conyugales y la iglesia. Finalmente, se están reparando y construyendo dos espacios lúdicos para ser utilizados por los niños que visitan a sus familiares.

Meta Nº 2: Gestión de régimen penitenciario.

Las acciones tomadas en este sentido, implicaron que de la mano de la generación de infraestructura inexistente, se aumentó la población en actividades laborales y deportivas, disminuyendo el ocio compulsivo en forma inmediata. El comando se replanteó el sistema disciplinar que se aplicaba tanto para internos como para los funcionarios, apostando al diálogo en “asambleas abiertas” con la familia y las ppls, y por otro lado con charlas dirigidas a los funcionarios. Conjuntamente, se comenzó a aplicar la “justicia restaurativa”, a saber: si un interno rompe un vidrio o estructura de la cárcel y lo repara inmediatamente después de pasadas unas horas de reflexión y aceptación de su responsabilidad por lo hecho, no recibe sanción alguna. Se ubica e informa a su familia de lo ocurrido. De esta manera, se logró bajar las sanciones privativas de visitas y aislamiento, como así también los hechos de violencia en el desarrollo de la convivencia diaria. Así,  los internos restauran el daño provocado a las instalaciones a costo cero para el Estado y la acción se convierte en un hecho pedagógico para el resto. Se prohibieron y eliminaron las celdas de “aislamiento total” que existían.

Meta Nº 3: Optimizar calidad de la ingesta y acceso de alimentos de las ppls y funcionarios.

Las acciones llevadas a cabo en este sentido, son parte de una estrategia global. La generación de un minimercado interno, implicó que las ppls tengan la posibilidad de acceder a diferentes alimentos (alfajores, yerba, yogur, bebidas cola, etc)  a través de un sistema de tickets que la familia le compra en tesorería. Esto provocó que los bultos bajaran los días de visitas, y a la vez, agilitó los tiempos en revisoría, lo cual generó que se eliminaran las quejas por demoras al ingresar. Por otra parte, el servicio de parrillada, también generó que las visitas (en su gran mayoría) no tengan que traer comida elaborada, porque allí acceden a panchos, refrescos, hamburguesas al pan, etc. Los funcionarios también pueden comprar con el sistema de tickets. Esta naturalización de las relaciones interpersonales, generan que el clima de la Unidad, se parezca cada vez más a un pueblo donde hay policías e internos, y cada vez menos a una cárcel.