La Asociación Pensamiento Penal expresa su hondo pesar por el fallecimiento de Mario Bosch, quien siempre acompañó con su presencia y apoyo al Capítulo Chaco de nuestra Asociación.
Mario se recibió de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Nordeste en agosto de 1989 con postgrado en Derecho Penal.
Socio fundador del Colegio de Abogados y Procuradores de Resistencia.
Tuvo una activa participación en el proceso de discusión y elaboración de importantes leyes sancionadas, el análisis y redacción del Despacho de la Comisión de Legislación General y Justicia de la Ley 4425 de Ejecución Penal, Estatuto Jurídico del Menor de Edad y la Familia y del Nuevo Código Procesal Penal del Chaco, entre otras.
Miembro de H.I.J.O.S. Regional Chaco e impulsor en la reapertura de los juicios contra el terrorismo de Estado en 2001 hasta los recientes juicios orales de las conocidas megacausas “Masacre de Margarita Belén” y “Causa Caballero”, en representación de las víctimas, del Centro de Estudios Legales y Sociales (C.E.L.S.) y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Abogado Querellante en las Causas Regimiento 9 de Corrientes y Causa Panetta en Goya y en Misiones, por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Abogado querellante por H.I.J.O.S. Jujuy en causa “Ingenio Ledesma”, y abogado querellante por APDH en Formosa en causa “Domato”.
Entre otras tantas de sus participaciones Mario concurrió a la Cámara de Diputados a apoyar la oposición de Justicia Legítima y APP a la desfederalización de la Ley de Estupefacientes.
Actualmente era el Presidente, segundo mandato, del Comité de Prevención de la Tortura y Otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanas y/o Degradantes del Chaco.
Mario constantemente fue contra del discurso en el que se proclama al delincuente como un enemigo sin derechos, producto de mentalidades totalitarias, y que ha infectado y herido de muerte la formación de nuestras policías y fuerzas de seguridad.
La delincuencia es un fenómeno complejo que se aborda operando sobre sus causas y no reventando a golpes sus consecuencias, con el grave riesgo que personas confiesen delitos que, si los han cometido, se esclarezcan derrumbando aspectos básicos del ordenamiento jurídico como ser el debido proceso legal, porque la ruptura de la legalidad es el comienzo de la tortura.
Decía Mario: “¿Qué esperamos de esos pibes que la primera institución pública que conocen es la policía y no la escuela?