Al principio se habló de suicidio. De la chalina que bastó para dejarla sin vida, atada a un tirante de la casilla rodante donde vivía. Pero el fiscal Romero vio un poco más. Observó el desorden del lugar, las marcas de los golpes que tenía Mariana Condorí grabadas en el cuerpo, los destrozos al interior de la casa y la furia con que la pareja recibió a los policías que llegaron al domicilio. Caratuló la causa como homicidio.
El jueves pasado por la mañana la encontraron muerta. Mariana, de 20 años, era madre de tres hijos. Bautista, el mayor, de 4 años, estaba en lo de la abuela. Facundo, de 3, y Aymara de apenas tres meses, vivían con ella. Este año había regresado a la escuela, estaba cursando los estudios primarios.
Gabriel Elmir Maldonado, su pareja, era albañil, tenía 25 años y se sabe: era un tipo agresivo. Le decían “El chancho”. Capaz de fracturarle la mandíbula de un puñete, de atropellarla con su moto o de correrla por las calles de tierra del barrio de Villa Elvira, en La Plata, hasta agarrarla y pegarle con furia. Los vecinos aún escuchan los ecos de sus gritos. Esperaban un final así.
No fue el lazo que tenía enredado en el cuello lo que la dejó sin oxígeno, sino la violencia a la que estaba expuesta. Por eso, aunque la autopsia confirmó que Mariana se ahorcó, el fiscal del crimen de La Plata, Marcelo Romero, dictaminó que fue un homicidio por autoría mediata – o sea: se considera autor a quien ejecuta el hecho utilizando a otro como instrumento- y acusó al golpeador. Romero dijo que Maldonado “anuló totalmente la voluntad y decisión de la víctima, transformándola en un mero instrumento para perfeccionar su cometido, al crear no sólo las condiciones externas, sino también minando el libre albedrío de la víctima”. Pidió su detención.
Desafiando lo que dice la medicina, hizo una lectura jurídica de los hechos. Habló de la necesidad de considerar la ley de violencia de género, porque esta joven mujer, como sus hijos “fueron pasibles de la extrema y sistemática violencia por parte del imputado, lo que generó la despersonalización de la víctima, a quien no sólo desamparó luego de incapacitarla psíquicamente, sino también dejándola sin la capacidad de elegir un camino distinto para el infierno en el que se hallaba sumida”.
Además el fiscal Romero sumó al homicidio otros dos hechos: cuando los patrulleros llegaron al domicilio donde encontraron muerta a Mariana, Gabriel Elmir Maldonado los recibió lanzándole piedras. Y luego rompió un vidrio de la dependencia a la que fue trasladado.
El caso fue rechazado por la jueza de Garantías Marcela Garmendia, quien de todas maneras dejó detenido a Maldonado por el delito de daño calificado. Si bien la figura es excarcelable, los antecedentes del recluso por robo a mano armada fueron decisivos para tomar la desición. El caso abre un debate jurídico que podrá continuar.
Fuente: http://cosecharoja.fnpi.org/argentina-un-fallo-novedoso-en-violencia-de-genero/