Los debates jurídicos miopes, acotados al caso individual y al adecuado encuadre legal, impiden visibilizar que, detrás de ello, en el derecho hay política. Siempre hay política. La frecuencia con que, a los mismos de siempre, el poder punitivo se le presenta cada vez más amenazador, es inversamente proporcional a las interpretaciones no restrictivas que reciben otros.
Las veces que la CSJN, usando la herramienta del artículo 280, ha decidido ni siquiera tratar casos de personas con larguísimas penas privativas de libertad, aparece incompatible con la impronta protectora de derechos que se ha desparramado en el fallo “Muiña”.
Quizás haya que considerar estas decisiones en conjunto con otras, y observar la creciente frecuencia con que se están disponiendo prisiones domiciliarias a condenados por delitos de lesa humanidad, mientras se les niegan a mujeres embarazadas o con niños menores de edad, incluso sin sentencia firme y con el derecho a la prisión domiciliaria.
Frente a quienes declaman que el derecho es neutral, estas situaciones nos recuerdan que todos somos iguales ante la ley, pero que algunos son más iguales que otros.
Asociación Pensamiento Penal, mayo 2017