El guardiacárcel Julio Vanucci, que en mayo de 2010 –mientras estaba fuera de servicio– mató al adolescente Brian López fue acusado de «homicidio simple» durante el juicio oral y público que comenzó ayer. En su declaración, el imputado aseguró que pretendía hacer un tiro intimidatorio al aire cuando le dio en la nuca al chico de 15 años, en barrio Moderno; y alegó que López estaba armado y que lo amenazó. Por eso, salió a correrlo con su pistola personal. «Cuando él se dio vuelta para dispararme, yo di un tiro intimidatorio. Entonces vi que caía y me acerqué a sacarle el arma», relató el ex empleado del Servicio Penitenciario. En cambio, la familia de Brian sostiene que se trató de un caso de gatillo fácil contra el chico que cursaba 7º grado, y que no tenía antecedentes penales. Los testigos aseguraron que el jovencito no estaba armado. Además, algunos dijeron ver a Vanucci y a su sobrino Alan Colasso –también policía, acusado por encubrimiento–, con más de un arma. «Vanucci tenía un arma en la mano; y el que lo acompañaba tenía dos armas en la mano y quería ponerle una al pibe; por eso yo no me quería mover de al lado de la víctima, mientras se desangraba», dijo Lino G., que vive enfrente del descampado donde ocurrió el hecho. Durante la primera jornada el juicio presidido por los jueces Carlos Carbone, Julio Kesuani y Edgardo Fertita, el fiscal Esteban Franicevich acusó a Vanucci de «homicidio simple», porque el 14 de mayo de 2010, «pasadas las 16, en la esquina de Biedma y Pasaje 1870 ejecutó de un disparo en la nuca a Brian López con un arma de su propiedad»; y agregó que el motivo fue un «altercado entre vecinos». También acusó a Colasso de «encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público» porque siendo policía y habiendo estado en el lugar y el momento del hecho «no se ocupó del muerto, no llamó a la policía, no preservó las pruebas, ni detuvo al procesado». Por su parte, el defensor de Vanucci, Luis Tomasevich, alegó que su cliente actuó en «defensa propia y se excedió»; pero aclaró que «no existió dolo de matar». Al mismo tiempo, la defensa de Colasso, aseguró que es «errónea» la imputación por encubrimiento y consideró que su defendido debe ser absuelto. Vanucci relató que ese día tenía turno en el dentista. «Pasé a buscar a mi hija por la casa de mi hermana, y ella estaba discutiendo con un vecino por un parrillero. Empecé a hablar tranquilo con el hombre. En eso aparecen dos personas a las que no conozco. Me decían que sabían que yo era policía, que me conocían, y me amenazaron de muerte porque yo era un poli. No le di importancia, pero siguieron con que sabían adonde vivía, y decía que podían matar a mi hija y a mí. Entonces uno de los chicos se metió la mano en el bolsillo del buzo como si tuviera un arma. Empecé a correrlo y a los pocos metros se dio vuelta y me apuntó con el arma en la mano izquierda. Yo quise dar un tiro intimidatorio, y cuando vi que se caía me acerqué a sacarle el arma que tenía», contó sobre la escena frente al Tribunal. Más adelante, señaló que mientras él corría a López, Colasso llegaba al lugar, desde la casa de su madre, y vio el arma que supuestamente Vanucci le sacó a la víctima. «Empezó a llegar un montón de gente que nos tiraba piedrazos», dijo el acusado, quien aseguró que recién al día siguiente supo «por los diarios» que le había pegado un tiro en la nuca al chico. Y aclaró que «no estaba en posición de disparo», sino que quiso «pegar un tiro al aire». Colasso narró que cuando llegó al lugar acompañó a su tío a la casa de su madre para hacerle curaciones porque tenía lastimada la cabeza, a causa del presunto ataque a piedrazos. «De ahí lo llevé detenido a la comisaría 19º, pero había un tumulto de gente que no nos permitió entrar; y fuimos a la 13º, donde pedí asentar el ingreso y me dejaron detenido a mí también», dijo el empleado policial de la Patrulla Urbana. En tanto, testigos que viven frente al descampado donde cayó muerto López, aseguraron que el chico «no tenía un arma»; sino que «el hombre que acompañaba al policía le disparó a Brian, tenía dos armas en la mano y quería ponerle una a la víctima», según declaró Lino G.. La defensa puso en duda la declaración de este testigo, que se contradijo al relatar la cantidad de disparos que aseguró ver y oír. Además, la testigo Joana G. dijo que los dos policías «se fueron del lugar diciendo que iban a llamar una ambulancia que nunca llegó».
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-33107-2012-03-28.html