Una polémica ley pretende acabar con los 30.000 «sin techo» del país, que pueden ser enviados a prisión si no aceptan ir a un centro de acogida, aunque no hay plazas para todos
Una nueva ley en Hungría pretende estrechar el cerco legal a los 30.000 «sin techo» que existen por todo el país, ya que a partir de ahora pueden ser condenados a seis meses de cárcel por vivir en la calle. Esta normativa entró en vigor hace dos semana y pretende obligar a estas personas a trasladarse a cualquier centro de acogida del país, pese a que no hay plazas para todos.
La aplicación de la ley será a partir de distintas fases. Tras una primera advertencia para marcharse a uno de los centros, si no quieren o vuelven a la calle, se les impone una multa de 500 euros, en caso de no disponer de ellos, deberán pasar seis meses en prisión.
Pese a la amenaza, un grupo de tres vagabundos en una de las calles de Budapest cercanas a un centro comercial, no parecen estar preocupados. «Los policías no piden que nos vayamos, pero buscamos algún lugar en las afueras y allí no nos encuentran», dicen, y agregan que nunca acudirían a los centros, ya que allí solo hay «mal olor, robos y desorden».
La ley prevé que las sanciones sólo se podrían aplicarán en aquellas localidades que aseguren alojamiento a las personas afectadas, algo que no cumple ninguna ciudad del país.
Organizaciones humanitarias hungaras e internacionales ya han mostrado su más absoluto rechazo a la ley. Human Rights Watch (HRW) ha pedido anular la ley. Esta legislación significa un «grave problema» desde el punto de vista de los derechos humanos, aseguró HRW y viola la idea del trato igualitario de las personas.
Precedentes a esta ley
Esta ley nacional completa un proceso de sanciones que ha ido expandiéndose. Primero fue una ley municipal en Budapest que prohibía vivir en los pasajes subterráneos de Budapest y después se les impusieron multas en varios distritos de la cuidad. Un sin techo se presentó en un centro de acogida de uno de estos distritos y les dijo a las autoridades «¿por qué no tiráis a todos los vagabundos al Danubio? ¡Eso sería una solución al problema!».
En los primeros meses de este año más de 270 personas fueron arrestadas en Budapest por la aplicación de la ley municipal, aunque casi todos los casos han concluido con una «advertencia».
Activistas locales pro derechos humanos dicen no tener informaciones de que algún sin techo haya sido multado (por la normativa nacional), pero sí que «la ley significa una tremenda amenaza».
Los policías de la ciudad sulen participar en «campañas» para sancionar a los indigentes, aunque según las ONG, «La mayoría de los policías están hartos» de tener que participar en estas acciones y sólo piden a los vagabundos que abandonen la calle, aunque «cuando tienen esa orden» les arrestan.
Muchos vagabundos opinan que la única solución para su situación es encontrar un trabajo, pero pese a que las organizaciones civiles y varios centros de acogida les ayuda en la búsqueda, resulta cada vez más difícil debido a la crisis.