Un total de 125 cadáveres arrojados a un único agujero, tras ser fusilados por las tropas franquistas en la Guerra Civil. Es la cifra que prevén encontrar los arqueólogos al cargo de la exhumación de la que se considera la segunda mayor fosa de España por el número de restos, en el cementerio municipal de Teba, en Málaga.
Hasta el momento se han hallado restos de 35 de las personas que fueron fusiladas entre 1936 y 1949 en Teba, un municipio gobernado ahora por los socialistas. En ese periodo destaca la conocida como ‘la noche de los 80’, el 23 de febrero de 1937, cuando fueron fusilados 81 hombres y 3 mujeres, ha relatado el arqueólogo que dirige la exhumación, Andrés Fernández.
Más de 30 familias han colaborado con la esperanza de poder enterrar a sus seres queridos
El coordinador de esta investigación, Juan Fuentes, miembro de la Asociación por la Memoria Histórica de Antequera que solicitó la financiación para comenzar con esta labor, ha explicado que, de forma paralela, se está llevando a cabo una labor de investigación tanto en el archivo histórico local como en archivos provinciales.
Fuentes, que está en contacto con más de 30 familias del municipio que desean poder enterrar a sus seres queridos en un lugar digno, ha dicho que se pretende crear un banco de datos de muestras de ADN para identificar los restos.
Los primeros reprimidos por el franquismo
Entre el 12 y el 14 de septiembre de 1936, cuando las tropas franquistas tomaron el pueblo, muchos tebeños huyeron en busca del frente republicano, situado entre Peñarrubia y Ardales, en dirección a Casarabonela, en la que se llamó ‘la noche de las huidas’. «Muchísima gente se fue, otras personas que creían que no tenían por qué irse se quedaron aquí en el pueblo, y con estas se empezó la represión», según Fuentes.
Hasta febrero de 1937, la mayoría de los que escaparon se refugiaron en Casarabonela y en cortijos aledaños, y cuando el frente republicano estaba a punto de caer todos se fueron en dirección a Málaga.
Mucha gente creyó que no habría represalias y regresaron a Teba
Sobre el 6 de febrero de 1937 fueron interceptados en Campanillas, y al asegurar las tropas franquistas que las personas que no tuvieran delitos de sangre podían regresar a sus casas sin que les pasara nada, mucha gente emprendió el viaje de vuelta.
Llegaron a la entrada de Teba, según Fuentes, entre los días 7 y 10 de febrero, y fueron detenidos casi todos los hombres, para los que improvisaron un par de cárceles en viviendas, donde los tuvieron hasta el día 23 de febrero, aunque algunos fueron liberados. Esa misma noche, los captores llevaron al cementerio a 81 hombres y 3 mujeres, en grupos de diez, y los fusilaron.
«Es algo que hay que hacer»
La dificultad para desenterrar los restos e individualizarlos es «máxima», según el arqueólogo, puesto que las víctimas fueron arrojadas unas sobre otras. Ramón Espinosa, vecino de Teba, ha recordado cómo a sus dos abuelos y a un tío los fusilaron en este cementerio, donde se solía colocar a los apresados en la pared contigua a la antigua entrada para ejecutarlos.
El concejal de Cultura de Teba, Manuel Pinta, ha asegurado que la exhumación «se está haciendo como una cuestión absolutamente normal, como algo que hay que hacer», y ha avanzado que se hará un panteón para enterrar los restos y una vez que se identifiquen, los familiares que quieran podrán darles sepultura donde deseen.