Comparto la idea del Juez de la Corte. Raul Eugenio Zaffaroni, de crear un nuevo Código Penal. No es que el de 1921 esté obsoleto, sino que ha sido reformado en muchas oportunidades, a los apurones y sin razonabilidad y coherencia, que lo han desnaturalizado y lo han hecho ineficaz. No es fácil esta tarea. Es muy difícil por los intereses que hay en juego y por las tendencias ideológicas dogmáticas que quieren imponer sus criterios. El Código Penal se ha hecho para proteger al pueblo del poder punitivo del Estado que cuando no tiene control se acrecienta y produce mucho daño y dolor.
Hay que crear en el Congreso una comisión que redacte un nuevo proyecto con la participación de técnicos conocedores del sistema penal donde deben estar representados los partidos políticos y la Universidad, en principio. El Derecho Penal tiene que ser simple y entendible. Hay que buscar en la Constitución Nacional los bienes jurídicos que se deben proteger y a partir de ello crear las figuras penales. Las penas deben ser novedosas, tratando de que la pena de prisión, que evidentemente ha fracasado, sea la ultima ratio. Debe existir un sistema de proporcionalidad de las penas, según la trascendencia social del bien jurídico a proteger. Solo cuando hay lesión al bien jurídico protegido -vida humana, honor, integridad sexual, libertad, propiedad, seguridad pública, etc. – existe el delito.
Lo mas grave del deterioro del Código Penal es que ha ocurrido en esta etapa de gobiernos representativos con órganos legislativos en pleno funcionamiento. Lo que pasa es que los gobiernos han carecido de una política criminal y esta carencia ha permitido la improvisación y la presión de grupos que aprovecharon la comisión de delitos que han tenido mucha trascendencia a través de los medios. Entonces la solución consistió en más delitos, en más penas y en más cárceles, lo que no ha servido para nada.
Hay que ponerse a trabajar con sabiduría e inteligencia.