Cabe recordar que un tribunal que integró Yangüela consideró a Diego Currumil culpable del crimen de Nelson Trigo en la cuidad portuaria. Lo castigó con 15 años de prisión. Pero la Cámara Penal que revisó esa sentencia descubrió que el magistrado había copiado su voto de su colega Alejandro Defranco. Por eso el fallo se cayó. Ahora otros jueces deberán decidir la nueva pena.
El ministro del Superior, Alejandro Panizzi, confirmó la presentación de ese tribunal debido al “strepitus fori” que generó el caso. “Lo digo en latín para que no suene tan fuerte”, aclaró. En la jerga de tribunales, esa expresión denota el “caos jurídico” que causan episodios como el de Yangüela. “Ante la nulidad que dictó la Cámara, pedimos los precedentes y remitimos todo al Consejo para que lo evalúe y diga si eventualmente hay alguna infracción”.
“Lo hacemos para deslindar y echar luz sobre el asunto –añadió- porque quedó como que esto era el escándalo del mundo mundial y hay un organismo neutral y encargado de revisar la actitud de los jueces para que diga si estuvo bien, estuvo mal y eventualmente sancione”.
Panizzi advirtió que en su presentación, el Superior “no valoró” la conducta de Yangüela. “Simplemente ante un hecho que derivó en un escándalo y que tuvo repercusión nacional en todos los medios, dijimos que para echar luz vaya al Consejo para que recaiga una infracción sobre el juez o diga si hay que reivindicarlo porque no tiene nada que ver con el escándalo”.
“Las reglas del juego suelen ser que, por ejemplo, si un juez aplicó mal un artículo y a criterio del Superior debió aplicar otro, esa sentencia se revoca”. Pero este caso fue diferente ya que fue una Cámara la que revocó la decisión del tribunal de juicio. “Y dio cuenta de que uno de los jueces no habría hecho su voto sino que lo copió”.
Otra falta de Yangüela fue que “tampoco cumplió con uno de sus deberes, que es dirimir la disidencia”. Panizzi recordó que los tribunales son impares para que en caso de empate, un tercero decida. “Si el primero dice blanco y el segundo dice negro, el tercero debe decir es blanco o negro”. Pero en el caso Trigo “no se conformó la mayoría y por lo tanto la sentencia era inválida; incluso hay que olvidar el posible plagio: si el juez hubiese hecho su propio voto tampoco dirimió la disidencia, por lo cual la sentencia también hubiese sido inválida”. El juez Marcelo Orlando votó por 18 años de prisión para Currumil; Defranco se inclinó por 12 y Yangüela, que en realidad debió desempatar, por su cuenta pidió 15 años.
“Si realmente como dice la Cámara un juez copió su voto, aún cuando hubiera dirimido la disidencia, si lo copió es porque no lo hizo y si no lo hizo, no cumplió con un deber que tiene a su cargo que es elaborar su voto”, dijo el ministro. “Además, el primer y segundo juez dicen que copió párrafos hasta que llegan al último y dicen que ese no se lo copió. Pero la jueza Mónica Rodríguez dice ´Se lo copió de mí en otra causa y no me citó´. Elaborar un voto significa realizar una composición intelectual y es su deber como juez”.
-¿Cómo reaccionó el cuerpo ante el plagio?
-Nosotros recibimos las malas noticias como lo que son, como malas noticias. Pero por suerte el sistema judicial tiene muchísimos controles. Uno es interno y la Cámara dijo “esto no va”. Si hubiese sucedido en otro Poder, pasa de largo porque no tienen controles. También está el control del Superior y el externo, como el Consejo de la Magistratura. Los jueces deben estar tranquilos porque sus decisiones son sometidas a controles una y otra vez desde afuera y desde adentro.#