Y la situación sería aún peor si no fuera porque el Consejo de la Magistratura, responsable de enviar las ternas para que la Presidente nomine a los futuros jueces, muestra una baja productividad que se acentuó en el último año y medio. Con mayoría oficialista, sólo terminó cinco concursos durante ese intervalo. En 2009 había terminado 26, y en 2010, 39.
Entre las consecuencias de estas demoras, se debe recurrir a soluciones de emergencia como jueces vecinos que quedan a cargo de más de un juzgado o subrogantes, suplentes sin las garantías de inamovilidad que prevé la Constitución Nacional para asegurar la independencia de los magistrados.
La situación se agrava porque además las renuncias de los jueces aumentan. De acuerdo con el Boletín Oficial, en lo que va del año renunciaron 21 jueces nacionales y federales y en los últimos seis meses se fueron más jueces que en todo 2011, año en que se le aceptó la renuncia a 18.
Sobre las causas de este incremento, en los tribunales estiman que son las posibles reformas al régimen jubilatorio especial de los magistrados y de una supuesta incomodidad con el Gobierno por parte de algunos jueces de mucha antigüedad, según informa un matutino.
Las demoras generan un enorme malestar en la Justicia y, tanto en público como en privado, la Corte reclama celeridad y señala que el sistema es cada vez más lento, que las vacantes son muchísimas y que “sin jueces no hay Justicia».