Además denunció que por decir la verdad fue amenazado de muerte él y su familia, le fundieron el motor de una camioneta y debió soportar también una discreta persecución de la Jefatura de Policía. Otros integrantes de la fuerza que atestiguaron antes que Amitrano quedaron al filo de un pedido de procesamiento por «falso testimonio» que en la acusación pública están evaluando.
Para la Fiscalía cuatro de los cinco policías que fueron a declarar junto a Amitrano en el juicio oral y público por los casos Avallay y Antillanca no dijeron la verdad o algunos la callaron, al parecer, para proteger a sus camaradas hoy sentados en el «banquillo de los acusados».
El primero en atestiguar a la mañana fue un oficial ayudante llamado Abraham Isaac Guerrero, luego lo siguieron; el suboficial principal Juan Peña, el cabo Víctor Francisco Lázaro, y el agente Víctor Andrés Trecañir. A todos los interrogaron acerca de los incidentes que hubo esa madrugada del 5 de setiembre de 2010 en la zona de los boliches del sur de Trelew y cada uno dio su versión de lo ocurrido.
Uno de ellos, incluso, dijo que una persona a la que conocería de la noche le habría dado su teléfono para que se pusieran en contacto con él porque decía tener información sobre el caso Antillanca. Pero llamativamente calló ese dato en las dos ocasiones que estuvo declarando ante los fiscales y recién lo reveló ayer. Tampoco aportó el número porque no se lo acordaba.
El cabo Lázaro, a su turno, ingresó a la sala a declarar con una actitud provocativa y evidentemente contrariado con los acusadores a los que imputó en varias ocasiones que las veces que fue a atestiguar ellos le indicaban lo que debía responder hasta amenazándolo de que podría terminar también imputado en la causa.
Al presidente del tribunal, el doctor Alejandro Defranco, no le gustó su comportamiento y las gesticulaciones que hacía al responder el interrogatorio de uno de los fiscales, le llamó la atención y manifestó que le indignaba que estuviera masticando chicle y la forma irrespetuosa con que contestaba al doctor César Zaratiegui.
Indudablemente que la declaración que hizo durante casi dos horas el sargento ayudante Darío Amitrano fue la más importante del cuarto día de juicio contra 9 policías y la hija de un comisario por los casos Avallay y Antillanca.
Amitrano denunció que fue «alevoso» como «pegaron» aquella madrugada del 5 de setiembre de 2010 los policías de la Comisaria Cuarta en las inmediaciones de los boliches bailables de la zona sur de Trelew e incluso explicó cómo salvó a uno de los hermanos Avallay de seguir siendo castigado por «el agente (Jorge) Abraham», antes que lo cargaran esposado a un patrullero y se lo llevaran demorado a la dependencia policial.
Su deposición no dejó dudas respecto de un proceder extremadamente violento y plagado de ilegalidades que terminó en una detención clandestina.
Es más, hasta aseguró que al encontrarse aquella madrugada con el oficial (Diego) Rey -otro de los imputados- le reprochó: «Qué c… que se mandaron. (El agente) Abraham se llevó un detenido, está todo golpeado y tiene la cabeza partida, así que no se cómo te la vas a arreglar».
Sobre el final de su testimonio le preguntaron si por denunciar a sus compañeros había tenido problemas o sufrido algún tipo de represalia y respondiendo que sí, consignó: «Sufrí amenazas de muerte, también hacia mi familia, mi pareja. En el horario que yo estaba trabajando, a eso de las cinco o seis de la mañana, los llamaron por teléfono para decirles que me iban a pegar un tiro a mí, a ellos o a la nena. Después llamaban todos los días a la casa de mis padres, tuvimos que cambiar los teléfonos y también la persecución de parte de la Jefatura de Policía»
¿En qué consistió? Le preguntaron. «En querer trasladarme a Puerto Madryn, Dolavon, Gaiman, según ellos por medidas de seguridad. La finalidad que perseguían con estas llamadas y amenazas era destruirme la vida y arruinarme psicológicamente. Por un tiempo estuve bastante mal pero después de casi siete u ocho meses todo se arregló», dijo.
La declaración del sargento Amitrano, la última en ser incorporada al debate ya cuando transcurrían las primeras horas de la tarde de este miércoles comprometió seriamente las situaciones procesales de los policías que están imputados de distintas participaciones en el caso de los excesos a que fueron sometidos los hermanos Sergio y Denis Avallay, aquella misma madrugada del 5 de setiembre de 2010 en que también ocurrió el brutal asesinato de Julián Antillanca.
Fuente: http://www.elchubut.com.ar/nota/582-sargento-que-denuncio-a-los-policias-en-el-caso-avallay-volvio-a-incriminarlos/