Contenido extractado de la Obra «En la escena del crimen». (José María Otín del Castillo. Lex Nova, 1.ª edición, marzo 2012).

 

Una de las mayores expertas en investigación de la memoria, la Dra. Elizabeth Loftus, resume muy bien lo que sucede tras observar un suceso y hasta que lo recordamos: «después de pasar por el filtro de la memoria, la vedad y la realidad no son hechos objetivos, sino realidades subjetivas e interpretativas. Interpretamos el pasado, nos corregimos, añadimos detalles, eliminamos impresiones discordantes o inquietantes, barremos, limpiamos el polvo y ordenamos las cosas».

 

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La mayor parte de las personas creen que nuestro cerebro graba las percepciones de hechos particulares de forma similar a como lo haría un vídeo. Esto es un grave error, debido a la concurrencia de factores tales como lapercepción, que puede ser errónea y sobre la que influyen aspectos tales como: motivaciones, expectativas, juicios de valor estables, estado físico y anímico y mecanismos psicológicos de defensa; y la memoria: los recuerdos son como una amalgama de fragmentos en los que es posible encontrar aspectos que realmente han ocurrido (lo que da lugar a la exactitud en la memoria) y lo que la persona intuye o infiere que ha ocurrido (lo que constituye una de las fuentes de error).

 

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El fenómeno de la transferencia inconsciente se produce con gran frecuencia por el contacto entre testigos, que comentan lo sucedido entre sí. De este modo, las lagunas en el recuerdo de unos son rellenadas con información proporcionada por otros, en muchos casos incorrecta. Pongamos un ejemplotres personasdesconocidas entre sí que transitaban por la vía pública de repente se alarman al escuchar gritos de auxilio. Observan a un individuo tendido en el suelo sangrando abundantemente por el abdomen, diciendo «me han pinchado, me han pinchado».

 

Una de ellas ha visto a otro individuo joven abandonar el lugar corriendo. Es un chico de unos veinte años de edad, estatura media, tez morena y viste pantalón vaquero y una chaqueta deportiva verde.

 

Otro testigo no ha visto a ese individuo. Su atención se centró desde el primer momento en el herido, quedando impresionado por la visión de la sangre. Se asusta e, incapaz de hacer otra cosa, abandona apresuradamente el lugar. Es un hombre de unos treinta y cinco años de edad, estatura y complexión media, que viste de sport con una cazadora de color azul.

 

El tercero reacciona rpidamente ya que es enfermero, y comienza a prestar los primeros auxilios al herido. Al despojarle de la ropa observa que presenta una herida incisa y manifiesta que al parecer lo han apualado. El primer testigo llama de inmediato al 112 para solicitar ayuda.

 

Al cabo de un par de minutos acude una ambulancia medicalizada, que comienza a tratar a la víctima en el lugar, a la par que una patrulla policial. Los agentes preguntan si alguien ha visto algo, y los dos testigos que quedan en el lugar asienten. Preguntan a ambos simultáneamente, y el que vio al joven abandonar corriendo el lugar lo describe como un individuo de estatura media, con pantalón vaquero y una chaqueta verde. Añade que creía haber visto que llevaba un cuchillo en su mano. El segundo testigo corrobora lo anterior, pero manifiesta que el agresor llevaba una chaqueta azul, no verde.

 

Ambos testigos se han contaminado mutuamente de modo inconsciente. Uno cree haber visto un cuchillo influido por la información aportada por el otro al referir que a la víctima le habían apuñalado. El otro ha confundido el color de la chaqueta con la del otro testigo que se asustó y se marchó.