Una interna entre penitenciarios dentro de la Unidad 23 de Florencio Varela permitió la fuga del preso Marcelo Adrián Segovia. Una de las cinco autoridades desplazadas, apurada en despegarse del escándalo, proporcionó el dato clave que guía la investigación del fiscal subrogante Hernán Bustos Rivas.
Tanto el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) como el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial difundieron que la cúpula del penal había sido removida luego de que el viernes pasado uno de los condenados por el crimen de Emiliano Martinó burlara todos los controles de un complejo de máxima seguridad.
Trascendió, casi en simultáneo con la noticia de la huída, que el director de la cárcel, prefecto mayor Raúl Martínez; el subdirector de Seguridad, prefecto Mario Arapa, y el subdirector de Asistencia y Tratamiento, subprefecto Jorge Elichiribehety, fueron pasados a disponibilidad. También se supo que la misma suerte habían sufrido el jefe del penal y el encargado de los talleres, aunque todos los voceros se negaron a entregar sus nombres. Las razones de la reserva son distintas en cada caso.
Al jefe de talleres, inspector mayor Rubén Simon, lo condenó un detalle burocrático. Está contemplado en el régimen de la unidad que los penitenciarios lleven sus autos para que los internos los arreglen. El día de la fuga, Simon ingresó su coche al penal pero no lo oficializó en ningún registro interno. Por esa «irregularidad», el SPB dispuso que sea separado.
Pero al penitenciario no se le pudo probar nada. Su auto nunca salió de la cárcel y la búsqueda de huellas de Segovia en el interior del vehículo arrojó resultados negativos.
La situación de Horacio Barrera, jefe del penal, es muy distinta. Una de las autoridades desplazadas apuntó contra «El Chino», como se lo conoce intramuros, al contar que el director estaba cansado de las denuncias en su contra de parte de los internos y que tenía decidido echarlo. La fuga de Segovia, entonces, se convirtió en la represalia ideal de Barrera contra su jefe.
El fiscal Bustos Rivas también cree que «existió apoyatura interna». Los investigadores probaron que la huída de Segovia se concretó entre las 14:30 y las 15, unas tres horas antes de que finalice el horario de visitas. Ese día, a Segovia lo fue a ver Natalia Vallejos, pareja y madre de sus dos hijos. Ella también se retiró antes de tiempo.
«Es imposible que el preso haya atravesado el puesto de las visitas porque a todas las personas, además de requerirles los documentos, se les toma una fotografía de rostro. Creemos que Segovia llegó al portón que da a la calle sin escalas y eso sólo se consigue si un penitenciario le franqueó el paso», reveló una fuente.
La policía, en tanto, confía que la captura del prófugo «es inminente». Afirma que no tiene infraestructura para salir del país o para mantenerse escondido por mucho más tiempo.
«El rumor que se instaló es que Segovia escapó vestido de mujer, pero la realidad es que no tenemos a nadie que lo haya visto. Creemos que esa versión es la que más le conviene al SPB. Prefieren quedar como incapaces antes que corruptos», reflexionó un investigador. «
las hipótesis del ministerio
El subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, César Albarracín, admitió ayer que es «muy posible» que haya habido «connivencia» de miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en la fuga de Marcelo Segovia.
Según Albarracín, «más allá de todas las posibilidades que haya manejado el interno, como imaginado la fuga, nosotros estimamos que esto él solo, sin ayuda activa o pasiva, no lo pudo haber concretado».
«Él no pudo haber superado cinco o seis controles exhaustivos», añadió el funcionario en diálogo con una radio Mitre y el canal de televisión C5N.
Además, Albarracín abonó a la teoría de que Segovia se habría disfrazado de mujer para escapar del penal.
Luego, Albarracín vaticinó que «en poco tiempo Segovia será recapturado». «Tenemos tres hipótesis fuertes sobre el paradero, muy concretas, y estamos esperando, de un momento a otro, proceder a la recaptura; en poco tiempo.» Aunque hasta el cierre de esta edición, Segovia seguía prófugo.