El interno Raúl Abel Sánchez, que se encontraba detenido en la Unidad 6 del Servicio Penitenciario de Corrientes, está ahora internado en estado de coma en un hospital provincial luego de haber recibido una fuerte golpiza durante una represión ocurrida el 16 de enero en esa cárcel y que recién fue difundida en el día de ayer. La noticia, que fue informada a Página/12 por Hilda Pressman, de la Comisión de Derechos Humanos de la provincia, había quedado silenciada porque en forma casi simultánea, el fin de semana del 14 al 15 de enero, en la Unidad 1 de la misma provincia, otro motín había sido sofocado con violencia y acaparó toda la atención de la prensa local. “En la Unidad 1 los incidentes comenzaron porque a un preso se le negó ir al velatorio de su padre, lo que dio lugar a una represión generalizada que terminó con mas de cien presos lesionados, diez de ellos de gravedad, al punto de que tuvieron que ser internados”, explicó Pressman a este diario. La denuncia penal por el caso de Sánchez fue denunciada ayer ante la Fiscalía a cargo de Buenaventura Duarte.
El interventor del Servicio Penitenciario provincial, Miguel Angel Domínguez, informó ayer que se abrió “una investigación administrativa y en los próximos días se tomarán las medidas disciplinarias que correspondan”. Domínguez confirmó que Sánchez está internado en terapia intensiva en el Hospital Escuela General San Martín. La intervención penitenciaria, que recién ayer informó sobre el caso, hizo saber que existen “algunos elementos” que establecen quiénes fueron los responsables de la agresión sufrida por Sánchez y otros tres internos.
Según Domínguez, los incidentes ocurrieron a partir de que “uno de los internos (el propio Sánchez) se negó a una requisa”. De acuerdo con la versión oficial “el personal penitenciario fue atacado” y “en la defensa se produce un cruce de golpes”. Los familiares y la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes denunciaron ayer que el ataque a los presos fue realizado por el Equipo Táctico de Operaciones Penitenciarias (ETOP), un grupo de elite antimotines, pero Domínguez aseguró que “eso no fue así” y que sólo intervino el personal de la guardia. En la jerga carcelaria, a los miembros del ETOP se los conoce como “los hombres de negro”.
Los familiares de Sánchez, que tiene 30 años, denunciaron que el paciente estaba esposado a la cama del hospital. Domínguez, por orden del fiscal que investiga el caso, se hizo presente en el establecimiento y ordenó que le quitaran las esposas. Según Domínguez, el detenido Sánchez es “una persona problemática”.
Según Pressman, el conflicto en la Unidad 6 comenzó “con una discusión acerca de lo que había sucedido, en días anteriores, en la Unidad 1 de Corrientes. Fue una discusión que, de acuerdo con el testimonio de algunos presos que presenciaron los hechos, se podría haber solucionado con una negociación, pero todo se complicó porque apareció personal del ETOP, que también había intervenido antes en la Unidad 1. Este es un grupo que siempre reprime en forma violenta, sin miramientos”.
Pressman sostuvo que “hubo un ensañamiento con el detenido Sánchez, y luego contra otros tres presos que trataron de intervenir para que no le pegaran más al detenido que hoy está en coma”. La dirigente de derechos humanos dijo que Sánchez está hoy internado en terapia intensiva “con respiración artificial y sin ningún signo de recuperación positivo”. Respecto de lo ocurrido antes en la Unidad 1, Pressman informó que “todo comenzó cuando un preso llamado Daniel Luque “solicitó permiso para salir de la cárcel para asistir al velatorio de su padre”.
Ante la negativa de las autoridades “Luque se puso muy nervioso, tomó el colchón de su cama y le prendió fuego junto a las rejas. Allí fue que intervinieron primero los guardias y luego el ETOP, cuyos integrantes ingresaron a las celdas y golpearon a todos los que se cruzaron en su paso. Hubo más de cien heridos, diez de ellos graves”.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-186690-2012-02-01.html